viernes, 28 de septiembre de 2007

El problema de siempre: se me olvida que EXISTO!!!!

Este post va dirigido sobretodo a todos aquellos que desgraciadamente (o afortunadamente -con el tiempo lo sabréis) estáis pasando por una ruptura sentimental. A mí me ocurrió hace mucho y me puse a escribir, como siempre. Éste fue el resultado. Si os sirve de ayuda estupendo y si no al menos os distraerá unos minutos.¡Ánimo!
Acabo de pasar un capítulo de mi vida
que ha resultado muy bonito, doloroso también, pero bonito sin duda. No sé si la historia continuará en otro capítulo más adelante pero eso ya no depende de mí. Después de haber conocido a un chico genial y haber compartido con él momentos muy bonitos el destino ha querido que se interrumpiera la historia. Yo lo intenté, puse todo de mi parte pero de momento parece que sólo el tiempo tiene la respuesta a mis preguntas. Lo curioso del asunto es que después de un par de días en plan zombi por mi casa, llorando por los rincones (y por las esquinas), atormentándome con mil preguntas sin respuesta y suplicando a mi teléfono que sonora bajo la música de las nuevas oportunidades me he dado cuenta de algo: otra vez el mismo error de siempre por mi parte. Ese error tan recurrente y tan impresionantemente importante que parece ilógico y absurdo que se repita tan a menudo: se me olvida que existo. Quiero decir que centro tanto mi atención en el resto de las personas que a veces me olvido de mí. En este caso en concreto, he estado tan preocupada por imaginar cómo estará él, qué estará pensando, qué estará haciendo, si comerá y dormirá con normalidad y mil cosas más que se me ha olvidado preocuparme de cómo estoy yo, de lo q pienso y lo q hago y sobretodo de comer y dormir. Llevo unos días viviendo en el infierno de la ansiedad, la desazón, el desamor, la tristeza y culpabilidad. Sí, culpabilidad. Me sentía culpable porque al parecer le he hecho bastante daño sin haberlo percibido; y eso me mata porque cuando quieres a alguien harías lo imposible por evitarle cualquier sufrimiento por mínimo que fuera y lo peor que puede ocurrir en un caso así es que la fuente de su sufrimiento seas tú. A la vez que culpable me sentía como cumpliendo condena por dicho pecado desconocido y la cuestión es: ¿Cuál ha sido mi delito? ¿Protegerme a mí misma de los desconocidos y no concederles ni un resquicio de confianza hasta conocerlos mínimamente? ¿Hacer lo imposible porque funcionara asegurando cada paso? O lo que me temo que será lo más acertado: ¿dejar intervenir a la razón en los asuntos del corazón? Una reacción típica en mí ahora mismo sería decir “lo siento”. Pero la realidad es que no es así, no lo siento. No siento mirar por mí, cuidarme, protegerme, y haber aprendido que en la vida no todos somos buenas personas. Justo tras llegar a este argumento mi mente multifunción ha llegado a otra cuestión importante a tener en cuenta: ¿Por qué tras la ruptura de una relación donde ambos hemos disfrutado me siento desgraciada y con sensación de que la pérdida ha sido mía? Es absurdo. Los dos la hemos disfrutado y la hemos sufrido. Los dos nos sentíamos felices y afortunados al lado del otro. ¿Por qué siento que yo he salido perdiendo? Es curioso. Esto me recuerda a cuando pienso en el sexo con alguien que no conozco y me asalta el temor que tras el polvo el tío se pire y yo me quede ahí tirada en la cama sintiéndome utilizada. ¡¿Pero q caray me pasa?! Pues lo de siempre: que se me olvida q existo. Se me olvida que él también me ha querido y también me va a echar de menos, que le va a costar encontrar a otra que le llene a todos los niveles como lo he hecho yo (según palabras suyas) y se me olvida que durante el polvo disfrutamos los dos y nadie actúa en esta vida de forma gratuita, todos queremos algo a cambio de algo por mínimo que sea. En estos momentos me siento muy ingenua, es una sensación comparable a la de hace un año (un año señores y tengo 23, tiene tela lo sé…) y descubrí que, contrariamente a lo que yo había pensado toda la vida: John Wayne nunca ha sido el bueno de las pelis de indios y vaqueros. Uno de los héroes americanos del lejano Oeste en mi infancia era malo, de hecho, era “el malo”!!! Los buenos eran los indios, pobrecillos, dejándose la vida por defender sus tierras mientras llegaban los yanquis con mil excusas y bajo la palabra de Dios (autoadjudicada, por supuesto) declaraban que tenían pleno derecho sobre las tierras y sobre los demás. Vamos que viendo la actualidad estadounidense y ese presidente americano cuyas actuaciones confirman que efectivamente el hombre viene del mono… la vida no ha cambiado tanto. Lo malo es que al menos yo lo he descubierto con 23 añazos pero todavía hay personas que piensan que Bush es el bueno… ellos sí q tienen tela!! Bueno, a lo que estaba, que me voy por las ramas. Me he sentido muy ingenua al darme cuenta de que estaba tan preocupada por él y por lo que yo me perdería de ahora en adelante que se me ha olvidado que yo soy la parte importante en mi vida: la única, porque soy la prota (aunque creo que esto me pasa porque me encanta ver pelis y claro a veces sigo con el rol de espectadora incluso tras las letras The End). Además, mira que pensar que todo ha sido culpa mía y que he sido mala… esto si que es tener tiempo libre, definitivamente tengo que apuntarme a algún cursillo de lo que sea con tal de evitarme estas comeduras de olla. ¿Yo la mala? Pero si lo único que he hecho ha sido quererle y actuar con precaución. ¿Culpa mía? Como si esta relación hubiera sido sólo de uno…Pero ya se me ha pasado la paranoia, eh. Lo cierto es que duele y eso no se puede evitar, es un trago necesario por el que hay que pasar cuando has querido a una persona. Es como el precio que se paga por la satisfacción que provoca el amor, no te puedes ir sin pagar. Y yo lo he pasado fatal estos días y ahora aunque de una manera más liviana todavía me queda un buen trecho imagino. Pero bueno, al mismo tiempo, tras haber recordado que existo y todas estas cosas me siento mucho más tranquila, relajada y desahogada. Ya no tengo ese sentimiento humillante que me sobrecogió cuando al día siguiente le mandé 2 sms: en uno le decía que le quería y le echaba de menos y que lo único que quería era estar con él (sin más condiciones). En el otro le decía que a riesgo de parecer pesada me negaba a quedarme de brazos cruzados sabiendo que había un chico del que estaba enamorada y que vivía relativamente cerca. Los envié a modo de gastar mis últimos cartuchos y porque necesitaba que supiera que había sido muy importante para mí y que yo seguía teniendo la puerta abierta. Pero el resultado fue un cariñoso y educado mensaje suyo en el que me pedía que no le mandara esos mensajes porque le hacían daño y no eran apropiados a la situación. Ahí fue cuando me sentí humillada además de rechazada. Yo es que tengo ese don, sabéis? Soy genial machacándome a mí misma cuando peor estoy. Pues bien, lo cierto, es que la perspectiva hace mucho y ahora no lo veo así. Ahora me doy cuenta de que en aquel momento actué siguiendo a mi corazón, que ansiaba decirle que le amaba, y querer a alguien no puede ser nunca humillante. Ahora me siento bien, genial, y en paz conmigo misma por haberlo hecho. Yo he creído en nosotros y he luchado hasta el último momento. Por mi parte ya está todo hecho. Ahora la pelota está en su tejado y es decisión suya moverla o dejarla ahí para siempre. De hecho, este tema de no saber si él ha cerrado la puerta o la ha dejado entornada también me estaba consumiendo pero ese ha sido otro gran descubrimiento (es q hoy estoy sembrada chico…): ¿Qué diferencia hay desde mi posición? ¿Que más me da que esté cerrada o entornada? No me toca a mí mover ficha, yo ya hice mi jugada. Ahora lo que me toca es retomar el resto de aspectos en mi vida que he dejado temporalmente apartados tras el disgusto. Muchas ganas no tengo la verdad, pero bueno quizá también influya que estoy dolida y físicamente cansada. Pero bueno, sé de buena fe que día a día el dolor irá menguando y a fuerza de descanso y buena alimentación la energía se recupera. Así que aunque me faltarán ganas tendré capacidad para ponerme a ello ;) Al menos yo no tengo temas pendientes ni en los que reflexionar y puedo volver más fácilmente a mi rutina, esta es la parte buena de que te dejen. La parte mala se la lleva el que deja, que el pobre pasará toda su vida con la duda de si tomó o no la decisión adecuada. Una vez más, la respuesta está en el tiempo. Buenas noches!!
04 Marzo 2006 01'01h


Y efectivamente el tiempo me dio la respuesta: aquello fue lo mejor que me había pasado porque precedió a que en mi siguiente y actual relación todo fuera rodado. Empecé a quererme más a mí misma y a confiar y creer en mí y cuando llegó mi príncipe azul lo supe en seguida. Todos los miedos e inseguridades que había tenido con la anterior relación desaparecieron porque por primera vez fui yo misma sin intentar contentar y enamorar al otro. No pretendíamos enamorarnos, pero fuimos nosotros mismos y ocurrió. Tiempo después he sabido que él había vivido una experiencia similar así que los dos estamos de acuerdo en que uno siempre tiene que cuidarse a sí mismo en primer lugar y en segundo lugar al otro, porque pase lo que pase tú eres la única persona que siempre estará contigo mismo y que mejor sabe cuidarte. Y sobretodo, cuando quieres a alguien siempre tienes el temor de que le ocurra algo y de esta manera, ya no me preocupo tanto porque sé que él cuidará de sí mismo por mí y no dejará que nada le ocurra. Besos!

04 Marzo 2006 01'01h

4 comentarios:

marsb dijo...

Ya sé que hace mucho tiempo que publicaste este post, pero lo he leído hoy y me ha encantado. Supongo que es porque me siento identificada en muchas cosas. Siempre intento contentar a la otra persona y me olvido de mí misma. Pero lo bueno es que ya me he dado cuenta y eso es un gran paso.

Gracias por compartir tu experiencia!

Saludos!

Britanny dijo...

Hola Marbs!

Aunque hace mucho que lo publiqué no pasa nada, los comentarios me llegan al correo y he leído el tuyo. Me alegro de que te gustara y te sirviera mi experiencia, un abrazo!

Anónimo dijo...

Las personas necesitamos un complemento para existir. Una vida solitaria sería una vida vacía.
Pero generalmente nos preocupamos de los impulsos inmediatos, y nos olvidamos de que hay algo mas.
El amor es confianza, lealtad, es dejar de ser dos y transformarse en uno solo. ¿Si te partieran en dos doleria?
Claro, igual de doloroso, es cuando compenetras con otra persona, y emocionalmente te parten en dos.
Lo importante es querer con todo el corazón. Nos van a lastimar cierto, por que el mundo es así, cruel y sin sentimientos, y las personas que viven aquí son así.
Y querer a otro como uno mismo es la clave del amor, si solo todos lo entendieramos este mundo seria diferente.

mechuda dijo...

mi duda es porque siempre caemos en el mismo error, o ya es una forma psicológica que toma la pareja para des afanarse que el del error es de el y no de uno.