miércoles, 23 de marzo de 2016

¿A los treinta y tantos es normal sentirse sola?



Me siento sola. Ya lo he dicho. Cuesta reconocerlo porque suena patético, como si tú fueras la patética porque "no vales la pena" para conservar amigos. Pero cada vez veo más a mi alrededor que hay ciertas cosas que nos pasan a todos a ciertas edades. Esto parece lo típico de la treintena: la gente se casa y parece que se anexa a la pareja (ya no saben hacer nada por separado, ni tomarse un café), otros viven por y para el trabajo (nunca tienen tiempo porque se llevan y se traen trabajos y todo son proyectos y "esperar el ok"), otros tienen hijos y ya no existe nada más en el mundo para ellos, otros están solteros y se pasan la vida mirándose en el espejo, yendo al gimnasio, comprándose modelitos y preguntándote qué tal están y por qué no encuentran pareja (por supuesto nunca escuchan, sólo hablan), otros tienen un combinado de todo un poco y sólo quieren desahogarse (nada más, sólo echar lo que llevan dentro y luego irse a casa sin preguntar sin tan siquiera "¿y tú qué tal?" aunque sea por educación), y así podría seguir con las diferentes ocupaciones que nos absorben de adultos. Y yo no soy un alien, yo peco de adicta al trabajo, lo reconozco. Sin embargo, creo que con organización siempre hay tiempo, no tienes que renunciar a todo. Lo mismo pienso de ser mamá, me esforzaré todo lo posible para que mi nueva faceta de mamá no eclipse y absorba a las facetas de pareja, amiga, hija, compañera de trabajo, hermana, tía, bloguera anónima, etc.

Lo que pasa eso de la organización que a mí tanto me gusta porque me facilita poder llegar a las cosas que quiero llegar es algo que a mucha gente le estresa, así que directamente no se organiza. El resultado es no tener tiempo para casi nada, cancelar citas a última hora dejando tirados a los demás y enfadarse porque los demás no se acoplan a sus "huecos".

¡Ésta es una de las razones por las que es difícil mantener la amistad en el mundo adulto!

Un ejemplo común: quieres quedar con alguien y habláis del jueves de la semana que viene, realmente te apetece quedar con esa persona pero vete tú a saber por qué decides ocuparte el jueves completo con otros planes y cancelas la posible cita. Cuando esto pasa una vez no pasa nada, a todos nos surgen cosas. Pero cuando esto ocurre a menudo con la misma persona, suele resultar que al final la otra persona pierde las ganas por quedar contigo porque siente que tú no tienes las mismas ganas y ya no le apetece tanto, ya no se esfuerza tanto por su parte en buscar un hueco y cuando le llamas, es ella la que tiene planes. Pero eso sí, tú te quejas porque "¡jooo es que nunca nos vemos!"

¿Os resulta familiar?

Luego a veces simplemente lo que pasa es la vida, que marca diferentes ritmos para todos. De repente tu amiga es mami y tú te alegras mucho por ella pero ahora ya no quedáis tanto porque va de culo aprendiendo a cuidar del bebé y compaginándolo todo. Entiendes que os veréis menos a menudo y que será entre pañales (sin problema). El problema viene cuando empieza a quedar con otros papis y sólo sabe hablar de cacas, biberones y el método Estivil. Entonces os dais cuenta de que estáis en un punto de vuestras vidas muy dispar y que aunque os queréis mucho ya no tenéis tanto en común, así que ese café cada 2 meses se convierte en un wasap que se va alejando en el tiempo hasta que se transforma definitivamente en una felicitación anual por el cumple y un "¡a ver si nos vemos pronto!".


Entonces, valoras la situación y te planteas conocer gente nueva ¿por qué no? Pero cuando eres adulta ya no es tan sencillo como cuando eras niña y hacías amigos en el parque tan rápido como se te caían las migas del bocadillo. Cuando eres adulta los círculos están más cerrados y es más difícil pero ¡oh! ¡oye estamos en el siglo XXI y existe internet! Así que buscas amigas a través del ciberespacio. Bueno, como me estáis leyendo en el ciberespacio, ni qué decir tiene que hay especímenes de todo tipo de los que parecen demasiado bonito para ser cierto, de los que te hacen ampliar conocimientos buscando cómo se bloquea a alguien en ese chat o foro y hasta de los que no les falta un tornillo sino cuatro. Pero, en mi experiencia, de lo que más me he encontrado hasta ahora es de buscadoras de contenedores de basura emocional, es decir, personas que sólo quieren desahogarse y contarte su vida porque seguramente también se sienten solas y no tienen a nadie con quien hablar (como tú) pero no se dan cuenta de que están siendo egoístas y de que tú a tus treinta y tantos sabes cuánto vale tu tiempo y para desahogarte de forma exclusiva pues mejor escribir en un papel, contárselo a tu gato o hacerte un blog como éste, pero desde luego no hacerle perder el tiempo a la persona que tienes delante tratándole como si su vida te importara una mierda. Perdón por la brusquedad pero es que...hay gente que no sólo es egoísta sino además maleducada y eso ya me puede.

Así que al final parece el pez que se muerde la cola porque se te quitan las ganas de conocer gente nueva, te centras en tu chico, en tu trabajo, en ir al gimnasio, en tu familia o por qué no, empiezas a plantearte que una de las ventajas de tener hijos es que al menos durante unos años no te sentirás sola como hoy, porque habrá un enano (espero que sean enanAs) deseando pasar el tiempo contigo, contarte cosas y preguntarte mil más!!

Un abrazo a ti que me lees!!