miércoles, 26 de octubre de 2016

¿Vivimos en un mundo deshumanizado?

Después de varios años sin trabajo (aunque no desocupada) por fin vuelvo a tener trabajo. Este año estoy trabajando como maestra de primaria. Siempre he querido esto pero no de esta manera, me explico: yo soy especialista de inglés y lo adoro pero siempre quise saber qué se sentía de tutora. Pues bien, este año lo estoy descubriendo. Me han dado plaza en un cole en el que soy tutora y especialista, hasta aquí bien ¿no? Eso pensé yo el primer día "qué bien podré combinar ambas cosas y descubrir qué me gusta más". Pues no tan bien. Resulta que como en todos los trabajo hay sitios en los que se trabaja a gusto porque hay una buena gestión y sitios donde prácticamente se trata de practicar la supervivencia día a día. Éste último es el que me ha tocado a mí este año. Para empezar me han dado todo lo que nadie quería: una tutoría de un grupo bastante complicado y la especialidad reapartida entre dos niveles que son lo peorcito del cole y el último de infantil que es donde hay que empezar a currar de verdad. Por si fuera poco es un cole "super moderno" de cara a la galería donde en junio decidieron prescindir de libros aun sin tener programaciones preparadas, así a lo loco. Y por si fuera poco la gestión del equipo directivo es de lo peorcito que he visto en todos los años que llevo dando vueltas por los coles. Resultado: todo el que trabaja allí está amargado y busca sobrevivir sea como sea sin tener en cuenta si para ello tiene que pisar al de al lado. Más vale no preguntar mucho porque la respuesta está siempre envuelta en un tono de amargura y recelo bajo las palabras "te tienes que espabilar".Así que me he visto sobrecargada de trabajo con el estrés de tal cambio de ritmo y de rutina y la ansiedad de la presión de todo el mundo a mi alrededor: mi jefa que no para de pedirme cosas y las quiere ya, mis compañeros que voy muy retrasada y que me espabile, el currazo de tener que ir creando programaciones sobre la marcha (incluso de asignaturas q no he dado en mi vida) y mi familia que trabajar 14h diarias sin fines de semana ni una puñetera tarde libre no es vida, que no trabaje tanto y que le den al cole.

Al final todo esto ha resultado en que llevo 1 mes enganchando todo virus que circula por el cole sin hacer ni un día en limpio. Voy a trabajar cada día cansada y medio mala, aguanto como puedo con una sonrisa porque los niños no tienen la culpa de la situación. Me levanto antes para adelantar trabajo, me quedo trabajando todas las tardes y los fines de semana y aun así no adelanto porque a veces ya no rindo, otras me encuentro mal y la mayoría cuando he avanzado algo me han añadido 3 cosas más a la lista. Finalmente he tenido que coger la baja. Es la segunda vez en mi vida que he necesitado coger una baja laboral (y he estado trabajando unos 12 años). Se juntó el agotamiento y el reenganche de virus y mi cuerpo ya no podía más.

Los primeros días he estado en cama con el móvil en silencio intentando desconectar (porque ahora gracias a las nuevas tecnologías tu jefa y tus compañeros pueden mandarte mails o wasaps dándote más trabajo o modificando tu programación incluso un domingo a las 23h - este cole funciona así). Días después de descansar miré el móvil y me encontré mensajes de varias compañeras preguntándome qué tal me encontraba y pensé: "no son tan malas, es que están estresadas y por eso suelen parecer estúpidas el día a día pero en el fondo tienen buen corazón y se preocupan por cómo estoy". ¡Error! Me equivoqué. Hice un grupo de wasap para contestarles y les conté un poco cómo me encontraba. Después de explicarles una parrafa, sus respuestas fueron todas del estilo "ok, que te mejores". Entonces me di cuenta de que no querían saber cómo estaba, no se estaban preocupando. Caí en la cuenta de que las cuatro personas que me preguntaron eran las que probablemente se estarían encargando de sustituirme y estarían puteadas así que querían saber hasta cuándo tenía la baja. Casualidad que no me preguntaron otras personas que sé que no les suelen dar sustituciones.

Primero me decepcioné un poco y me dio bajón. Una vez más me encontraba en un momento y un lugar rodeada de un grupo de personas en el que sentía que no encajaba. Entonces recordé algo que he trabajado en terapia estos años y me pregunté a mí misma si yo realmente quería pertenecer a ese grupo o sólo sentía que debía encajar. Me di cuenta de que era yo la que no quería encajar, no me siento afín a personas que sólo se mueven por interés no por su corazón, se mueven por el beneficio que pueden obtener y actúan en base a él sin llegar nunca a mostrar quiénes son verdaderamente. No les culpo, entiendo que es un mecanismo de autoprotección y bastante mal lo pasarían al principio para haber llegado a deshumanizarse de esa manera. Pero yo no me voy a dejar arrastrar. Yo soy una persona honesta, me muestro como soy y digo lo que pienso, no pienso lo que tengo que decir en base a quien tengo delante para conseguir cierta cosa. Veo a las personas detrás de las situaciones y cuando alguien me cuenta algo tengo la costumbre de escucharle de verdad, no de esperar mi turno de palabra para hablar yo mientras desoigo lo que dice (como suele pasar hoy en día, que sólo queremos desahogarnos y en lugar de conversar esperamos el turno de palabra). Yo soy así y me gusta como soy. Obviamente no me gusta el ambiente de trabajo que me va a rodear este año pero es lo que hay y procuraré "espabilarme" y centrarme en el trabajo al máximo para no tener que trabajar 14h diarias y poder disfrutar de mi salud y mi tiempo libre. Por lo que me relacionaré lo exclusivamente necesario con los demás y no buscaré crear vínculos afectivos de amistad porque esas personas llevan años en un ambiente en el que no te pueden ofrecer ese tipo de relación.

Pero no es sólo en mi trabajo de este año. Al final si me pongo a pensar, a ver y a escuchar a mi
alrededor me doy cuenta de que estamos rodeados de personas infelices que se han vuelto egoístas y armagadas y han perdido su lado humano, el que está conectado a los sentimientos, la empatía y el amor. No sin ir más lejos me he encontrado otro ejemplo estos días: el primer día que fui al médico me tocó una doctora de guardia de las que no levanta la vista del ordenador en ningún momento y cuando te vas no sabría decirte si eres rubia o morena (de las que te pide que le describas una herida en lugar de acercarse a examinarla ella misma). Me preguntó qué síntomas tenía y en mitad de mi primera frase tras escuchar la palabra "vómitos" me interrumpió para preguntarme mi profesión y automáticamente determinó que "vómitos + maestra = gastroenteritis (porque hay una pasa)". No escuchó nada más porque no le interesaba, probablemente su objetivo era despacharme lo más rápidamente (no ayudarme). Así que me mandó para casa con una baja de 2 días. Al día siguiente volví porque pasé la noche con fiebre alta y yo ya sabía que no era gastroenteritis (¡ni siquiera me dolía la barriga!). Tuve la suerte de que me dieran cita con mi doctor, que es de los buenos, de los que cuando entras te pregunta cómo estás y escucha tu respuesta mirándote y haciéndote preguntas observándote antes de determinar un diagnóstico y ponerlo por escrito. En seguida supo qué me pasaba y qué necesitaba. Creo que estuve como dos minutos más en la consulta que con la primera doctora. ¿Esa es la diferencia entre una buena atención y una mala? ¿2 minutos? ¿Esa es la diferencia entre una persona deshumanizada que ha perdido de vista el motivo por el que eligió su trabajo? ¿2 minutos?

Y como estos hay montones de ejemplos a diario, pero creo que las personas que tenemos profesiones en las que trabajamos con personas (médicos, bomberos, policías, maestros, etc.) deberíamos plantearnos dejar el trabajo antes de llevarlo a cabo de tal manera que en lugar de ayudar a los demás - que suele ser el motivo por el que elegimos esta profesión- les estamos haciendo daño.

Me he dado cuenta de que esto ocurre con más frecuencia en las ciudades porque en los pueblos pequeños todavía no se han corrompido tanto como en las ciudades. Vivo a 20minutos de Barcelona ciudad y esto es una jungla, todo el mundo tiene siempre una prisa tremenda, te compras un piso y ni siquiera conoces a los vecinos más allá de "el del audi o la pareja del perrito blanco", procuras conversar de cualquier cosa con alguien (un amigo en una cafetería, en la cola del súper, etc) y te das cuenta de que la otra persona no te está escuchando sólo está esperando educadamente a que termines de hablar para soltar lo suyo. A veces entiendo muy bien a mi hermana que por motivos personales decidió irse un tiempo al pueblecito de mis abuelos (en Extremadura) y tras enamorarse de su marido decició quedarse a vivir allí para siempre porque aunque no se tiene acceso a ciertas cosas que no valoramos cuando estamos al lado de una gran ciudad, ella allí encontró la humanidad que necesitaba. Cuando voy a visitarla es como viajar a otro planeta: voy por la calle y la gente a pesar de no conocerme me saluda y me sonríe, si me encuentro a alguien que me conoce me pregunta cómo estoy y noto que me escucha atentamente (¡incluso a veces me preguntan algo sobre lo que acabo de explicarles!), cuando preguntas por algo a desconocidos suelen contestar con mucha amabilidad, sales al parque o a tomarte algo y te encuentras gente que a pesar de tener sus dramas sabe ofrecerte una sonrisa, etc. Nada que ver. Y según me cuenta mi madre es como si su pueblo se hubiera detenido en el tiempo porque antes todo el mundo era así. Ella se vino a Cataluña de pequeña y aunque los catalanes tenemos otro carácter la cosa era diferente. Cuando mis padres se compraron el piso a finales de los 70 conocían a todos los vecinos (sus nombres, sus trabajos, su estado de salud, su familia, etc) porque todo el mundo se comunicaba más y se compartía la convivencia.

Hoy en día, sin embargo, parece que hemos perdido la convivencia a favor de la supervivencia. Pues yo me niego. Prefiero seguir siendo la rarita, no tener un facebook con 500 "amigos" y confiar en la bondad de las personas hasta que me demuestren lo contrario (y no viceversa). No quiero educar a mis hijos en un mundo donde reina la ley del más fuerte o del más "espabilado". Voy a esforzarme por aprender a conciliar la jungla que me rodeará los próximos meses con mi forma de ser porque no quiero dejar que me contamine, es cuestión de aguantar el chaparrón y buscarle algo bueno a la tormenta. Sin duda va a ser un año duro lleno de aprendizajes a todos los niveles. Pero prefiero cualquier año duro a un año de vacío en el que no le encuentras el sentido a levantarte por la mañana, eso para mí sí es lo peor que puedo imaginar; porque si algo he aprendido en esta vida es que hay que vivirla, arriesgarse, disfrutarla y saborear todos los momentos, hacer de todo con ella excepto sentarse a mirar cómo se te escapa entre las manos. 




Si estás leyendo esto y te apetece compartirlo cuéntame qué tal es tu entorno: ¿quedan personas unidas a los sentimientos o estás rodeado de robots eficientes? ¿sientes que cuándo alguien te pregunta cómo estás de verdad se para a escuchar tu respuesta o es pura cortesía y en realdiad sólo quiere soltarte él su rollo?

miércoles, 18 de mayo de 2016

Mi vida es muy complicada...


A menudo siento que mi vida es muy complicada, demasiado estrés, agobio, prisa, ¡¡¡demasiadas cosas!!! Ahí está la clave del asunto: no sé si demasiadas cosas (¿cuánto es demasiado?) pero por lo menos sí muchas cosas. Pero claro, como todo en la vida, es relativo en función de frente a qué lo compares ¿es que no habrá vidas más complicadas que la mía? o mejor dicho ¿con más cosas? Seguro que sí. ¿Y lo llevarán tan mal como yo lo llevo a veces? Pues supongo que aquí habrá respuestas para todo, y entre ellas habrá personas que dirán que lo llevan bien. ¿Pero por qué esas personas lo llevan bien y yo a veces lo llevo tremendamente mal? Creo que la respuesta es: "porque así lo han elegido". Esto es muy importante: ELEGIR. Elegir cambia tu vida, te hace sentir mejor, porque cuando no siente que eliges entonces te sientes atrapada, castigada, condenada, tratada injustamente, soportando un peso impuesto, etc. Esto es algo que me ha costado mucho aprender y que me siento muy muy muy orgullosa de haber aprendido en terapia: siempre se puede elegir (ya lo decían en Mentes Peligrosas, ¿no?). Pondré un ejemplo: hace unos años me quedé sin trabajo y lo pasé fatal, entré en una depresión profunda que parecía no tener fin (cierto es que se juntaron más cosas) pero yo estaba convencida de que estaba deprimida porque me sentía inútil por no tener trabajo. Entonces se me ocurrió una idea: me puse a estudiar una segunda carrera, parecía que tenía la solución ¿verdad? Pues lo cierto es que me costó muchísimo porque cuesta mucho volver a estudiar cuando hace años que lo has dejado y sobre todo si ya eres adulta (que no tu mente no es tan plástica y esponjosa como la de los niños que lo absorben todo) y sobre todo cuando tu vida de adulta te abruma de obligaciones y ya no diré si encima tu salud va de mal en peor. Total que me pasé meses protestando porque tenía mucha carga lectiva (he realizado una carrera de 4 años en 2'5), era muy difícil, me costaba mucho, no tenía tiempo libre en absoluto, etc. Así que un día mi psicóloga me dijo "pues déjalo, deja la carrera, si tan malo es déjalo". Según ella si era tan malo y me sentía tan castigada por la vida a forzarme a hacer este gran sacrificio lo más saludable era renunciar y ser feliz. Pero entonces le dije "no puedo dejarlo porque es la única oportunidad que se me ha ocurrido para salir de este agujero y además ya me he gastado un dineral y sería tirarlo a la basura" y entonces me preguntó "Por supuesto que 'puedes' dejarlo" y yo "Que no, que no puedo" Y ella "Claro que sí, llamas y dices que te das de baja y ya lo has dejado, claro que puedes" y entonces me di cuenta de a dónde quería ir y le contesté "pero es que no quiero dejarlo, esto valdrá la pena aunque ahora me parezca insufrible porque me abrirá la puerta a un lugar donde estoy deseando llegar" y de repente el peso se alivió y ya no me sentía obligada a estudiar, ni castigada por la vida y tenía ganas de estudiar otra vez y de luchar por mí, porque estudiar otra vez era mi elección, no era una imposición, ni un castigo. No sé si entendéis lo que quiero decir con este ejemplo.

Así que ahora cuando pienso que mi vida es muy complicada, a veces me siento a pensar y acabo sonriendo y agradeciendo tener la oportunidad de vivir tantas cosas y otras veces doy un paso más y hago una lista de todas las cosas que la componen y requieren mi tiempo en este momento y de por qué he elegido hacerlas (qué recompensa hay al final de la cuesta). Incluso si estoy muy muy negativa y tengo un día muy malo doy otro paso más, porque es entonces cuando me intento sabotear a mí misma y empiezo a ponerme ejemplos de fulanito o menganita que tienen una vida muy sencilla y mucho tiempo libre. Entonces cojo la lista que he hecho antes y me pregunto a mí misma si ellos tienen esos beneficios y si serán felices con tanto tiempo libre que parece que tienen y realmente lo estarán disfrutando. ¿A qué me refiero? Pues a que puedes tener tiempo libre y pasarte la tarde en el sofá chupando tv y estar en plan zombi, desconectado del mundo, sin sentir, simplemente estando. O puedes pasarte la tarde en el sofá viendo tus series favoritas y disfrutando, y generando endorfinas porque estás haciendo algo que te encanta. Hay muchas maneras de utilizar tu tiempo libre pero para mí sólo existen dos grandes categorías: dejándolo pasar y disfrutándolo. Y es curioso, pero casi siempre, tanto fulanito como menganita suelen tener una vida muy tranquila porque no es esfuerzan en nada, ni siquiera en disfrutar de su tiempo libre.

Pues resulta que es cierto que yo dispongo de menos tiempo libre del que me gustaría pero cuando lo tengo lo disfruto y lo aprovecho. Y mi día a día "tan complicado" es porque me encanta aprender y me paso la vida aprendiendo cosas nuevas, afrontando nuevos retos y procurando ser lo más feliz posible, y eso amigos míos, requiere de esfuerzo. A diferencia de lo que hemos visto en muchas pelis y cuentos infantiles, ser feliz es una cuestión de actitud pero también de trabajo, al fin y al cabo requiere trabajo igual que mantener saludable una relación con otra persona porque al fin y al cabo, ser feliz es una relación que eliges tener contigo misma. 



¿Y vosotros elegís u os sentís castigados, atrapados, etc.? ¿Vuestra vida también es muy complicada?

miércoles, 23 de marzo de 2016

¿A los treinta y tantos es normal sentirse sola?



Me siento sola. Ya lo he dicho. Cuesta reconocerlo porque suena patético, como si tú fueras la patética porque "no vales la pena" para conservar amigos. Pero cada vez veo más a mi alrededor que hay ciertas cosas que nos pasan a todos a ciertas edades. Esto parece lo típico de la treintena: la gente se casa y parece que se anexa a la pareja (ya no saben hacer nada por separado, ni tomarse un café), otros viven por y para el trabajo (nunca tienen tiempo porque se llevan y se traen trabajos y todo son proyectos y "esperar el ok"), otros tienen hijos y ya no existe nada más en el mundo para ellos, otros están solteros y se pasan la vida mirándose en el espejo, yendo al gimnasio, comprándose modelitos y preguntándote qué tal están y por qué no encuentran pareja (por supuesto nunca escuchan, sólo hablan), otros tienen un combinado de todo un poco y sólo quieren desahogarse (nada más, sólo echar lo que llevan dentro y luego irse a casa sin preguntar sin tan siquiera "¿y tú qué tal?" aunque sea por educación), y así podría seguir con las diferentes ocupaciones que nos absorben de adultos. Y yo no soy un alien, yo peco de adicta al trabajo, lo reconozco. Sin embargo, creo que con organización siempre hay tiempo, no tienes que renunciar a todo. Lo mismo pienso de ser mamá, me esforzaré todo lo posible para que mi nueva faceta de mamá no eclipse y absorba a las facetas de pareja, amiga, hija, compañera de trabajo, hermana, tía, bloguera anónima, etc.

Lo que pasa eso de la organización que a mí tanto me gusta porque me facilita poder llegar a las cosas que quiero llegar es algo que a mucha gente le estresa, así que directamente no se organiza. El resultado es no tener tiempo para casi nada, cancelar citas a última hora dejando tirados a los demás y enfadarse porque los demás no se acoplan a sus "huecos".

¡Ésta es una de las razones por las que es difícil mantener la amistad en el mundo adulto!

Un ejemplo común: quieres quedar con alguien y habláis del jueves de la semana que viene, realmente te apetece quedar con esa persona pero vete tú a saber por qué decides ocuparte el jueves completo con otros planes y cancelas la posible cita. Cuando esto pasa una vez no pasa nada, a todos nos surgen cosas. Pero cuando esto ocurre a menudo con la misma persona, suele resultar que al final la otra persona pierde las ganas por quedar contigo porque siente que tú no tienes las mismas ganas y ya no le apetece tanto, ya no se esfuerza tanto por su parte en buscar un hueco y cuando le llamas, es ella la que tiene planes. Pero eso sí, tú te quejas porque "¡jooo es que nunca nos vemos!"

¿Os resulta familiar?

Luego a veces simplemente lo que pasa es la vida, que marca diferentes ritmos para todos. De repente tu amiga es mami y tú te alegras mucho por ella pero ahora ya no quedáis tanto porque va de culo aprendiendo a cuidar del bebé y compaginándolo todo. Entiendes que os veréis menos a menudo y que será entre pañales (sin problema). El problema viene cuando empieza a quedar con otros papis y sólo sabe hablar de cacas, biberones y el método Estivil. Entonces os dais cuenta de que estáis en un punto de vuestras vidas muy dispar y que aunque os queréis mucho ya no tenéis tanto en común, así que ese café cada 2 meses se convierte en un wasap que se va alejando en el tiempo hasta que se transforma definitivamente en una felicitación anual por el cumple y un "¡a ver si nos vemos pronto!".


Entonces, valoras la situación y te planteas conocer gente nueva ¿por qué no? Pero cuando eres adulta ya no es tan sencillo como cuando eras niña y hacías amigos en el parque tan rápido como se te caían las migas del bocadillo. Cuando eres adulta los círculos están más cerrados y es más difícil pero ¡oh! ¡oye estamos en el siglo XXI y existe internet! Así que buscas amigas a través del ciberespacio. Bueno, como me estáis leyendo en el ciberespacio, ni qué decir tiene que hay especímenes de todo tipo de los que parecen demasiado bonito para ser cierto, de los que te hacen ampliar conocimientos buscando cómo se bloquea a alguien en ese chat o foro y hasta de los que no les falta un tornillo sino cuatro. Pero, en mi experiencia, de lo que más me he encontrado hasta ahora es de buscadoras de contenedores de basura emocional, es decir, personas que sólo quieren desahogarse y contarte su vida porque seguramente también se sienten solas y no tienen a nadie con quien hablar (como tú) pero no se dan cuenta de que están siendo egoístas y de que tú a tus treinta y tantos sabes cuánto vale tu tiempo y para desahogarte de forma exclusiva pues mejor escribir en un papel, contárselo a tu gato o hacerte un blog como éste, pero desde luego no hacerle perder el tiempo a la persona que tienes delante tratándole como si su vida te importara una mierda. Perdón por la brusquedad pero es que...hay gente que no sólo es egoísta sino además maleducada y eso ya me puede.

Así que al final parece el pez que se muerde la cola porque se te quitan las ganas de conocer gente nueva, te centras en tu chico, en tu trabajo, en ir al gimnasio, en tu familia o por qué no, empiezas a plantearte que una de las ventajas de tener hijos es que al menos durante unos años no te sentirás sola como hoy, porque habrá un enano (espero que sean enanAs) deseando pasar el tiempo contigo, contarte cosas y preguntarte mil más!!

Un abrazo a ti que me lees!!

martes, 5 de enero de 2016

¿Por qué prohiben hacer fotos en las tiendas?

Hace un rato he salido a hacer unos recados y he aprovechado para hacer una foto (desde la calle) de los carteles de la frutería para tener una referencia de precios y poder comparar con otras fruterías. Pues cuál es mi sorpresa cuando el dependiente me dice desde dentro cabreado (yo estaba como a 7 metros de la puerta) que no se puede hacer fotos, que está prohibido. Me he quedado flipada.
¿Prohibido? ¿Por qué? Estoy haciendo fotos de lo que veo, no he abierto ninguna puerta que estuviera cerrada, ni siquiera he entrado en el local!! Entiendo el tema de la protección de datos cuando salen personas en las fotos pero además donde yo estaba haciendo la foto no había nadie. Es que no lo entiendo de verdad, ¿por qué no puedes hacer fotos de lo que ves, de lo que está expuesto? Además es que me parece incoherente porque si tienes un negocio lo que te interesa es publicidad y cuanta más gente pueda hacerte publicidad mejor, ¿no? Si tienes miedo de que en la foto salga algo que no quieres será porque no lo estás haciendo bien, y si crees que los demás verán los precios y te perjudicará también es absurdo porque el que quiere comparar precios los compara igualmente, no es un secreto. Además, es que tiene muchas ventajas que puedas hacer fotos en las tiendas, supermercados, etc.: puedes colgar la foto en las redes sociales, un blog, web, lo que sea y recomendar la tienda o un producto, puedes resaltar una cualidad de los productos, puedes aconsejar a alguien o ponerte de acuerdo con alguien para comprar algo en grupo. ¿No os pasa a veces que os juntáis más de uno para comprar un regalo en grupo y el que va a comprarlo manda la foto a ver qué le parece al grupo? Es que lo veo absurdo vamos. 

He buscado por internet acerca de la legislación y es todo muy difuso, hay una línea gris muy amplia porque en la mayoría de los casos se trata de lugares privados pertenecientes a empresas pero de uso público y ahí está el problema. Al final dice que si hay un cartel que lo prohibe o el dueño no te deja está en su derecho y tienes que respetarlo, por otro lado que si las fotos son para uso personal tú estás en tu derecho de hacerlas. ¡Un lío!

Yo desde luego si tuviera un negocio permitiría hacer fotos, es más, pondría un cartel animando a los clientes a que hicieran fotos y las publicaran donde fuera con un hastag determinado o yo que sé, porque es promoción y eso quiere decir clientes. No vas a perder un cliente porque haga una foto de algo y al final no lo compre, no lo habría comprado igualmente. Pero igual si quiere hacer la foto para terminar de comparar y/o decidirse y no le dejas hacerla entonces si que perderás el cliente.

Si tienes un negocio y dudas si permitir o no a tus clientes que hagan fotos, te recomiento este artículo donde te explica las ventajas que te reportaría que tus clientes pudieran hacer fotos.

De momento, yo la próxima vez que vaya a la frutería me llevaré una libreta y me apuntaré lo que me dé la gana que ahí no me va a poder decir ni mú!!

FELIZ 2016 A TODOS!!!