martes, 21 de abril de 2009

Mi historia de amor (parte 1/3)

Hoy me siento romántica y después de haber visto y leído tantas historias de amor, hoy me apetece contaros la mía. Pero para no hacerme pesada y darle un poquillo de intringulis lo haré en tres posts. Éste es el primero :)

Verano de 2006, Barcelona, cerca de un año después de una tortuosa y triste relación de cinco años por fin estaba soltera. Me lo estaba pasando fenomenal. Por fin tenía tiempo para mí, para ir a nadar, para sentarme a escuchar música o a mirar las olas del mar, para salir a tomar un café con mis amigas, para leer, tiempo para no hacer planes, simplemente para disfrutar. Ciertamente, acostumbrada a estar en pareja desde los casi dieciocho añitos me sentía un poco rara a veces y me lanzaba en busca del príncipe azul de cabeza y sin casco. Así me fue al principio. Como yo no soy de las que dejan sin aliento al personal cuando se abre una puerta (a no ser que me caiga), y me seduce mucho la gente por su intelecto me centré en los chats. Bueno por eso y porque hoy en día si quieres conocer gente nueva fuera de tu círculo y eres más bien tímida son casi la única opción.

El que conozca el mundillo sabrá que allí habitan todo tipo de especies: salidos, mentirosos, gilipollas emocionales (como diría mi querida Bridget), gilipollas a secas, salidos, pedantes, tíos sin conversación, salidos, macarras, tíos que parecen demasiado buenos para ser cierto (probablemente mentirosos), tíos muy mayores para estas cosas, tías que te quieren convencer de que entre mujeres todo marchará mejor, salidos, etc. Bueno ya me entendéis. Así que al principio me llevé una decepción tras otra, porque incluso llegué a quedar con alguno. Con uno incluso probé aquello de tener una relación basada en el sexo, por eso que dicen que en esta vida hay que probarlo todo y que los hombres sólo sirven para una cosa (cosa que no comparto). Al final llegué a la conclusión de aquel viejo chiste que decía "¿Y qué haces con él las 23 horas y 45 minutos restantes?". Bueno más o menos, porque dime de qué presumes y te diré de qué careces. ¿Nos entendemos todos, no? jejeje Resulté ser demasiado romántica como para disfrutar del sexo sin amor. Y bueno, según me dijo el chico, un poquito "exigente" en la cama jajaja. Lo que te ríes cuando vuelves a estar soltera y a pensar sólo en ti ;)

Bueno pues 5 de Junio de 2006 (un día antes de mi cumple, por eso me acuerdo) ahí estaba él mezclado con toda aquella fauna. Yo, que ya había aprendido la lección, me dedicaba a entrar en el chat por pasar un rato y siempre daba datos falsos y jugaba a que cada día tenía un oficio, un nombre y una edad distintos. Aquel día tuve una de esas charlas que te marcan por singulares, me sentía tan bien hablando con él... ¡y ni siquiera había intentado tirarme los trastos! Recuerdo que hablamos de Andalucía, de olores, del olor a jazmín típico de las noches de verano, bueno, bueno, me embelesó.


¿Cuál es o ha sido vuestra historia de amor más bonita? ¿Os apetece compartir algún recuerdo romántico?

sábado, 18 de abril de 2009

DESPEINATE Y DISFRUTA

A todas las mujeres que nunca tienen tiempo de despeinarse, y sobretodo, a las que aún así sacan unos minutitos para pasarse por este rinconcito del cyberespacio ;)




¡¡¡VIVIR DESPEINADA!!!

Todos deberíamos atender esta frase con intensidad, sin poses, disfrutando cada momento, cada experiencia, cada afecto. Sin lugar a dudas, seríamos mucho más felices.

Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad…

El mundo está loco. Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga.

Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…
- Hacer el amor, despeina.
- Reírte a carcajadas, despeina.
- Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
- Quitarte la ropa, despeina.
- Besar a la persona que amas, despeina.
- Jugar, despeina.
- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
- Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…

Así que como siempre cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado…

Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida.

Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.

Puede ser que me sienta tentado a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: Péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria… Y quizá debería seguir las instrucciones pero ¿cuando me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda… ¡La persona más linda que puedo ser! Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser.

Por eso mi recomendación a todas las mujeres:

Haz el amor, UNA Y MIL veces haz el amor, Entrégate, Come rico, Besa, Abraza, Baila, Enamórate, Relájate, Viaja, Salta, Acuéstate tarde, Levántate temprano, Corre, Vuela, Canta, Ponte linda, Ponte cómoda, Admira el paisaje, Disfruta, y sobre todo, deja que la vida te despeine. Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.

viernes, 10 de abril de 2009

Un libro que me ayudó mucho a entender al otro sexo

De todos los libros que he leído si tuviera que elegir uno que realmente me ha sido útil y práctico en la vida diaria elegiría ¿Por qué los hombres no escuchan y las mujeres no entienden los mapas? de Allan y Barbara Pease. Este libro me ha ayudado mucho en mis relaciones con los chicos, no sólo en mi relación de pareja sino con mis amigos, padre, hermano, etc. ¿Y por qué no decirlo? A veces también un poco con las demás mujeres. Es un libro que está escrito en un lenguaje muy sencillo y cotidiano y el cuál te explica por qué somos tan diferentes hombres y mujeres en muchos aspectos.

Por ejemplo, para ser prácticos os diré algunas de las cosas que aprendí con él:

  • Las mujeres basamos gran parte de nuestra comunicación en nuestro tono de voz mientras que los hombres no. Por ejemplo, cuando nos enfadamos y ellos nos preguntan "¿Qué te pasa?" o "¿Te pasa algo?" y nosotras contestamos "NADA". Con ese tonito que todos conocemos, en realidad estamos intentando decirles "¡¿Cómo que qué me pasa?!", "¡Pues claro que me pasa algo!" o "Que me ha sentado mal que...". Pero en lugar de eso, intentamos que por el tono de voz se den cuenta de que nos pasa algo y averigüen qué es (o en la mayoría de los casos que nos pidan perdón pero ya). Grave error. Ellos son muy prácticos y literales y como nos han preguntado si nos pasaba algo y hemos dicho que nada, caso cerrado, no le dan más vueltas.
  • Nosotras normalmente somos capaces de estar pensando en más de una cosa a la vez y aprovechamos los "descansos" para hacer planes mentales o darle vueltas a algo. Así que cuando vamos en el coche y ellos van conduciendo en silencio y les preguntamos en qué están pensando y nos dicen que en nada no les creemos. Cierto. Realmente aunque nos parezca inverosímil ellos no están pensando en nada. Mente en blanco (concepto nuevo que deberíamos empezar a practicar).
  • Los hombres, a diferencia de las mujeres, no tienen la necesidad de mantener una conversación sólo por estar acompañados de otra persona. Algo impensable para nosotras y que interpretamos como que les pasa algo, que están cansados, pensando en algo, se encuentran mal, etc. Y no dejamos de dar la bara con lo de "estás muy callado, ¿te pasa algo?", "chico es que de algo tendremos que hablar", hasta que nos miran como a bichos raros o cotorras parlanchinas.
  • Las mujeres, normalmente, solemos ser más detallistas y observadoras que ellos y por eso nos resulta más fácil acertar con sus gustos y apetencias. Ellos, sin embargo, son muy simples y piensan que si quieres o deseas algo sólo tienes que pedírselo. Así que la mujer se suele pasar la vida esperando a que el hombre le adivine el pensamiento: que cumpla una de sus fantasías, que un día le de cierta sorpresa, que le lleve a tal sitio, etc. Mientras que ellos no tienen ni idea de tus esperanzas y deseos ocultos. Así, que ya sabes, hazlo fácil y si quieres algo pídeselo clarito "Mira, Juan, me encantaría que un día (mañana no, otro que tú elijas) me sorprendas con unas entradas para el teatro y una cena romántica, vale cariño?" Ale, él seguramente -si le gusta el teatro- estará encantado de hacer realidad tus deseos.
  • Y por último os voy a contar mi gran descubrimiento, lo que ha sido más útil para mí de todo lo que llevo leído hasta ahora: cuando hay una pelea, discusión, disgusto, etc. y ella se enfada por algo, lo mejor es decírselo clarito: "Juan, estoy enfadada -o me ha dolido- que me hayas dicho las cosas en ese tono, eres un bruto" (por ejemplo). Porque normalmente una se enfada y se disgusta y él tan ancho viendo el fútbol porque realmente no tiene ni puñetera idea de que estés enfadada o de por qué lo estás. Así que eso de discutir con el noviete y luego no cogerle el teléfono como síntoma de cabreo no funciona, es mejor cogerle el teléfono y decirle lo enfadada que estás y porqué. Luego ya, depende del noviete ya se las ingeniará para que le perdones.
Bueno, he de deciros que el libro me lo empecé a leer hace años pero no lo terminé y lo dejé en la estantería con la intención de terminarlo un día de estos -cosa que espero hacer. Así que seguro que por el camino encontráis más utilidades de las que ya os he comentado. Por cierto, que yo lo he explicado así un poco de andar por casa pero casi siempre te dan explicaciones científicas para todo esto eh. Para terminar, se me ha olvidado añadir que el libro está estructurado en capítulos o artículos muy cortitos ideal para coger cinco minutillos en el tren o a la hora de comer en el curro y además está narrado con mucho sentido del humor (hay chistes, tests, dibujillos graciosos, etc). Os lo recomiendo del todo, igual que la segunda parte que ya está a la venta y creo que puede que haya una tercera.

lunes, 6 de abril de 2009

Las mujeres y el chocolate

Siempre he oído hablar de que existía una verdadera adicción al chocolate. Nunca lo había considerado tan grave hasta hace muy poco que me ha pasado a mí (hay cosas que hasta que no te pasan no te las crees). Nunca me ha gustado mucho el chocolate, soy una fanática del Neskuik se podría decir que me tomo un Neskuik como quien se toma un café, pero el chocolate nunca me ha hecho gracia. Es como los dulces, tengo fama de golosa porque me pirro por las chuches pero es lo único dulce que me gusta luego ni pasteles, ni bollería, ni bombones, ni postres, nada. Pues bien, hace muy poco en uno de esos días tontos que desgraciadamente tenemos las mujeres mi cuerpo empezó a transmitirme una necesidad vital de chocolate imparable. De repente sólo pensaba en chocolate, creo que hasta el iris del ojo se me convirtió en un Ferrero Rocher!! Estaba alucinada, así que me fui a la cocina directa a la Nocilla y en cuanto le hinqué el diente de repente me sentí bien, aliviada, como el que se muere de sed y toma el primer trago. En la vida me había pasado esto... Al poco salí a la calle con mi chico y en una tienda buscando una mascarilla vi unas galletas que no me pude resistir (barquillo con chocolate, ahí queda eso). Me compré tres paquetes niño! (Los tres cayeron el finde) Y lo peor, cada vez que alguien se acercaba al paquete de galletas yo casi que le enseñaba los colmillos "prohibido comer galletas de chocolate si no eres yo" ¡me faltó poner en la caja! Curiosamente en cuanto desapareció la regla, desaparecieron las ganas de chocolate. ¡Zas! Así que me puse a investigar en internet la famosa relación que hay siempre entre ambos pero no encontré nada claro, como mucho un estudio que decía que cuando la mujer tiene la menstruación su cuerpo pierde todo tipo de vitaminas y demás, entre ellas magnesio -si no recuerdo mal- y al parecer el chocolate es un alimento riquísimo en magnesio por eso cuando estamos tan pochas nos da por lanzarnos al chocolate como fieras. He de deciros que tampoco me he pasado días y días buscando información, sólo un ratito, así que...

¿alguien sabe más sobre este tema? ¿qué oscura relación existe entre el chocolate y la menstruación? ¿alguien es adicto al chocolate y no puede desengancharse?

Por cierto, ¿qué pensais sobre ese mito del chocolate como sustituto del sexo? ¿Lo consideráis un mito? ¿Es realmente el sexo sustituible? jejeje