miércoles, 27 de abril de 2011

Oficialmente ya no soy "hiper" sensible

Hoy en el trabajo ha sido un día interesante. Me ha tocado hacer una sustitución en una clase de niños que no conocía. Cualquiera que se dedique a la enseñanza sabrá que es una "putada" cuando te toca estar de sustituta: no conoces sus nombres = descontrol, no te conocen y saben que eres temporal = se pasan por el forro tu presencia, no conoces sus rutinas = probablemente acabarán tomándote el pelo para sacar partido, etc. Sin embargo he tenido una suerte tremenda porque además de que eran alumnos de 1º de primaria (que sean más bajitos que tú ayuda bastante) tenía en clase a una compañera que les suele dar refuerzo y ha decidido quedarse a echarme un cable. Al final ha sido un cablazo ya que la clase prácticamente la ha dado ella que era la que los conocía y yo he sido la que le he hecho el refuerzo.

Pues bien, al terminar la clase ha venido la jefa de estudios enfadadísima y le ha pegado una bronca impresionante en un tono muy irrespetuoso como si fuera una cría y, lo peor, delante de los niños. La bronca venía porque se suponía que mi amable compañera tenía que haberse llevado los niños a hacer refuerzo a otra aula como hace habitualmente cuando está la tutora. Pero en este caso como la tutora no estaba y yo que cubría su puesto no les conocía ni he tenido tiempo de prepararme la clase la muchacha ha pensado que quedándose me ayudaría más. Y vamos sí lo ha hecho, le estoy agradecidísima. Pero a lo que íbamos: la compañera ha aguantado la bronca con valentía y en cuanto la otra (la jefa) se ha ido no ha podido aguantar más y se le han saltado las lágrimas. Yo he echado a los niños al patio que ya era la hora y me he quedado consolándola. Pero lo más importante es que por fin sigo progresando y a aunque me he sentido totalmente identificada con ella y empatizaba al 100% con sus sentimientos he sabido distinguirlos de los míos como observadora. A menudo me pasa que sufro por mí y por los demás porque me pongo tanto en su lugar que al final lo vivo (esto es a lo que me refería cuando decía lo de ser "hiper"-sensible). Al final entre varias compañeras la hemos animado y yo por supuesto le he dado las gracias mil veces por su ayuda.

La cuestión es que me doy cuenta de estoy mejorando un montón con lo de darle la importancia justa que las situaciones requieren en cada momento. No me he traido el mal rollo a casa y pienso que si me hubiera pasado igual no habría contestado con toda la mala leche que me correría por las venas en esa situación pero quizá sí hubiera contestado. Obviamente una se juega el puesto en casos así y la vida no está como para perder un trabajo pero es absolutamente intolerante la actitud que algunas personas muestran hacia otras que también son personas simplemente por encontrarse en su lugar de trabajo. Por mucho que uno sea jefe no tiene ningún derecho a faltarle el respeto a ningún otro. Es más, considero que un buen jefe es aquel que logra un ambiente de trabajo óptimo en el que los trabajadores se siente a gusto y motivados para realizar su tarea de la mejor forma posible y así aumentar las ganancias y el progreso.

En otra situación me estaría comiendo la cabeza acerca de este cambio que estoy realizando pero forma parte de una decisión de vivir la vida que tomé hace tiempo:

NO PIENSO VIVIR MI VIDA CON MIEDO. NO VOY A VOLVER A DESPERDICIAR NI UN MINUTO HACIENDO LO QUE SE SUPONE QUE DEBERÍA HACER SEGÚN OTROS EN LUGAR DE LO QUE YO CONSIDERO QUE DEBO HACER. Y NO PIENSO PERMITIR QUE NADIE ME HAGA DAÑO MIENTRAS ME QUEDO DE BRAZOS CRUZADOS: NI UN TRABAJO, NI UNA PERSONA, NI UNA SITUACIÓN.

El miedo lo perdí cuando me encontré a la mayor de mis pesadillas y me di cuenta de que lo que yo creía que eran pesadillas hasta entonces eran gilipolleces gigantes. Hasta que llegó ese momento había vivido mi vida lidiando con problemas del tipo: "me sobran unos kilos", "no me gusto", "me gustaría encontrar a mi media naranja", "estoy harta de vivir en casa", "no soporto a mi madre o a fulanito", "este trabajo es una mierda", etc etc etc. Eso que yo creía que eran grandes problemas y me quitaba el sueño por las noches un día se desvaneció como el humo.

Hasta que no te encuentras en la sala de un hospital de oncología intentando recordar como se respira pera que no te de un ataque de ansiedad y te desmayes y tratando de coordinar tus movimientos para poder andar mientras te tiemblan las piernas a medida que avanzas por el pasillo, no te das cuenta de lo que realmente son Problemas. Y lo peor no creo que sea cuando vas a visitarte tú (no puedo decirlo porque no lo he vivido) pero no veo mayor dolor que tener que acompañar a ese lugar a una persona que quieres tanto que te duele sólo pensar que ese día te dirán el tiempo que te queda de tenerla a tu lado. Hasta que no entras en una sala de espera y te encuentras a una mujer de no más de 40 años desesperada preguntando si puede comer o no antes de la quimioterapia porque es su primera sesión y con los nervios olvidó preguntarlo. ESO ES UN PROBLEMA.

Cualquier otra cosa: un mal día en el curro, una discusión con tu novio, una puñetera tienda que tiene tallas que ponen un nº que no se corresponde con la realidad, ... cualquier otra cosa que no peligre la vida de un ser querido NO es un problema.

La experiencia de haber vivido una situación tan triste y dolorosa me ha hecho más fuerte y me ha dado la suficiente energía de por vida como para no angustiarme por nada. Pienso vivir mi vida sin miedo y eso implica actuar y pensar sin miedo, basta ya de sufrir. Vivir no es sufrir, es disfrutar. No dejes que nada ni nadie amargue ni un minuto de tu existencia :)

Dicen que...

"La mejor manera de honrar a los que ya no están es seguir viviendo"


lunes, 25 de abril de 2011

Ya no soy tan hipersensible

Hace tiempo me planteaba cómo dejar de ser hipersensible. De hecho, es uno de mis posts más visitados y comentados y además muchísima gente me ha escrito al correo privado para comentarme más sobre ello. Está claro que es algo que nos preocupa, porque nos hace daño.

Los comentarios de los demás nos afectan, a unos más que a otros. Hay personas que los oyen pero no los tienen en cuenta y, en cambio, otras no pueden sacárselos de la cabeza por más que quieran. He de decir que personalmente en este terreno he ido evolucionando mucho. De hecho, como dice el título, ya no me considero hipersensible. Digamos que ya me he desecho del "hiper". ¿Cómo? Pues supongo que por experiencias que te brinda la vida. En mi caso me he cansado y me he dado cuenta de que realmente tenemos poco tiempo de vida. Hace poco tenía 17 años y dentro de unos días cruzaré la barrera de los 29 ¿dónde se ha quedado mi veintena? ¿cómo la he invertido? De lo que me arrepiento es de haber perdido el tiempo comiéndome la cabeza por comentarios ajenos, planteándome mi vida o tomando decisiones equivocadas guiada por ese tipo de comentarios.

Está claro que nunca lloverá a gusto de todos y el ser humano no está creado para satisfacer a todos los que le rodean. Como decía aquel anuncio de coca-cola que tanto me encantó:

HAS NACIDO PARA SER FELIZ

Por tanto, se acabaron los comentarios ajenos. Soy una persona fuerte y decidida. De hecho, siempre lo he sido pero por temor a parecer soberbia lo escondía y tomaba demasiado en cuenta los comentarios ajenos. Al final ha resultado que por temor a algo he acabado haciéndome daño yo misma así que se acabó. Esto es como dejar de fumar: un día tienes que decidir que no es que lo estés dejando sino que YA lo has dejado (palabra de ex-fumadora).

Es un cambio que sienta bien y que empieza a notarse alrededor. Hace unos días, por ejemplo, salí a cenar con unos amigos y hubo una gran diferencia. Normalmente, suelo defender a capa y espada mis ideas y si alguien plantea una opinión con la que no estoy de acuerdo no me callo. Así de sufridora he sido. ¿Qué si hay que defender los ideales? Por supuesto, pero sólo los importantes. Ya no me enfado cuando un amigo comenta que los animales domésticos son caprichos que tenemos y que a los dos días nos cansamos (mi gordo ayer cumplió 15 añazos y cada día le quiero más) o ya no salto cuando alguien dice "esto es así". Será "así" para ti, en mi casa se juega de otra manera.

Estoy más tranquila, más calmada, me siento más en paz conmigo misma. Simplemente porque dejo que los demás expresen sus opiniones sin tomármelas a pecho. Yo tengo claro cuáles son mis elecciones en la vida y al igual que no voy a obligar a nadie que las comparta no tengo por qué compartir las de los demás. Cuando alguien dice algo con lo que no estoy de acuerdo o hace una crítica sobre algún aspecto de mi vida, sonrío y no le doy importancia. Al fin y al cabo sólo yo sé cómo de importante son las cosas y qué tanto de cierto hay en esa afirmación. Ya no me siento que tenga que justificar o defender con uñas y dientes mis decisiones. Con la mayor paz y tranquilidad del mundo notifico a los demás que esa es la decisión que he tomado y que en caso de que me equivoque asumiré las consecuencias pero no cambiaré mi decisión si estoy segura de ella.

Os lo recomiendo, en serio, no os sintáis atacados por comentarios ajenos. No dejeis que os invada la inseguridad ante personas que no tienen todo el conocimiento de la situación que os rodea, tú eres tu propio experto en cada tema porque tratándose de ti nadie sabe más que tú mismo. Si tuvieras un problema sobre algún tema que desconoces (hacerte un traje, arreglar las cañerías, construir una casa, etc) ¿a quién le harías más caso al experto o cualquiera que opinara? Yo tendría en cuenta todas las opiniones pero el experto tiene más peso, por ello es un experto.

Por cierto, una vez me dijeron una definición de experto que me encantó:

"Un experto es un sujeto que ya ha cometido todos los errores posibles en un campo determinado"

No sé vosotros pero yo me considero experta en mí misma.


Un beso y un abrazo a todas las personas que tienen el don de la sensibilidad que tanto nos acerca y nos empatiza con el resto del mundo. A disfrutar de los sentimientos y no a dejarnos torturar por ellos!!