Acabo de volver después de una semanita por Badajoz y Sevilla entre familia y familia política y la verdad es que lo echaba de menos TODO. Justo antes de irme estaba al borde el ataque de nervios por las mil cosas que quedaban por hacer en casa, las pocas que parecía que había hecho, los líos y enredos que lleva convivir con una madre más neurótica que la hija, un hermano que vive en casa como en un hotel y un padre adicto a las telenovelas, etc. Además últimamente mi rutina diaria me estaba devorando por momentos y necesitaba salir. Pues bien, me he dado cuenta de que a veces lo que más detestamos es lo que más queremos. Un ejemplo de ello es el tema de las comidas: acostumbrada a mi dieta sana, equilibrada y un poco cansina de alimentos a la plancha, verduras hervidas y crudas, lácteos y frutas, una semanita fuera de casa a base de una oferta de bocadillos, fritos, tapas, embutidos y warradas en general me ha hecho desear a gritos una buena comida a base de ensalada y pechuga a la plancha!! Nunca pensé que lo echaría tanto de menos... Por otro lado, como a todo nos ocurre extrañaba mi colchón y es que en casa es donde mejor duerme uno y es que yo creo que aunque el Sr. Flex me invitara a alojarme en su enriquecida mansión echaría de menos mi cama. También extrañaba mi queridísimo PC con acceso a Internet, y es que digan lo que digan de que en los pueblos se vive bien yo soy de ciudad. Tampoco viviría en una capital de provincia pero me encanta donde vivo a medias entre un pueblo y una ciudad, lo que en inglés sería town (entre la city y el village). Y la playa... aishhh lo que he echado de menos mi playita!!! Pero sobretodo, sobretodo no podía pasar un día sin pensar en mis gatos y es que son tann tann adorables y cariñosos que no puedo pasar un día sin ellos. Aquí os dejo una foto de estas monadas: Sort y Minok
22 Julio 2007
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