viernes, 29 de julio de 2011

¿Dónde está el verano de 2011?

¿Cómo os gusta invertir el tiempo de vuestras vacaciones? ¿Para relajaros o para "aprovechar"? Yo intento que sea una mezcla de ambas pero reconozco que soy de las que "aprovecha". Aprovecho para hacer una serie de cosas que no puedo o no me apetece hacer durante el resto del año. Normalmente suelen ser actividades relajadas relacionadas con el ocio pero a veces también se me acumulan otras cosas de la lista de "cosas pendientes" no tan ociosas. Además, también me gusta aprovechar para reciclarme y vuelvo a sacar mis libros y me pongo a hacer ejercicios de refuerzo o ampliación.

Sin embargo, este año me da la sensación de que se me están yendo los días y ni me estoy relajando ni estoy haciendo nada productivo. Y todo ello es por el tiempo. No es la primera vez que hablo de ello en el blog pero a mí el clima -y la luz solar en concreto- me afecta muchísimo. Si no hace un día de luminoso voy como a media carga y soy incapaz de realizar tareas que requieran un mínimo de concentración. Y es que este año no estamos teniendo verano (acordaros que escribo desde Barcelona,España). ¿Dónde está el verano? Recuerdo que tuvimos un mes de mayo que parecía agosto del calor que hacía y la cantidad de luz que había y que en semana santa no hizo ni un pelo de frío. Parece como si el verano hubiera ocurrido en mayo y ahora estuviéramos en otoño con días llenos de nubes, tormentas aisladas, viento y sobretodo esa luz tan molesta que ilumina pero daña la vista y que hace que lleves gafas de sol a todas horas como si te pasaras el día de resaca. Pero no sólo estamos sufriendo las consecuencias de un tiempo inesperado aquí. En otras partes del mundo también están notando cambios imprevisibles: en Chile están cayendo unas nevadas y hace un frío que no recuerdan en cién años y en Nueva York están teniendo unas temperaturas inusual y extremadamente altas. Si no recuerdo mal, el corresponsal del telediario dijo que estaban como a unos 40ºC. Que la verdad, le veías al hombre achinando los ojos mientras lo explicaba y le recorrían por la frente las gotas de sudor que yo pensaba que se derretía y al final de reportaje sólo quedaba en el suelo un micrófono y unas gafas en un charquito de agua.

¿Qué está pasando? Pues no lo sé, no tengo ni idea porque la ciencia no es lo mío. Pero la verdad es que hace tiempo que creo (y ahora cada vez más) que es cierto que nos estamos cargando el planeta MÁS RÁPIDO de lo que en realidad creemos y el cambio climático nos lo está diciendo a gritos: lluvías torrenciales, temperaturas altamente desorbitantes, tsunamis, terremotos, heladas, nevadas, etc y todo ello en lugares y momentos cada vez menos inusuales.

A veces me pongo a pensar qué puedo hacer yo personalmente para ayudar a conservar el planeta y frenar o reducir las consecuencias del maltrato al que le sometemos desde hace años. Sé que las grandes consecuencias siempre hayan su culpable en grandes empresas que contaminan de una forma exagerada, en la construcción sin miramientos en lugares poco apropiados, la tala de árboles y la eliminación de zonas verdes, el uso indiscriminado y abusivo de medios de transporte cada vez más contaminantes y un largo etcétera. Fastidiamos el planeta y ninguno nos sentimos responsables, es como si lo estuvieran haciendo otros, no nosotros personalmente. Pensamos que si se destruirá dentro de montones de años nos da igual en el fondo porque no estaremos aquí para presenciarlo. Sin embargo, sí estarán aquí -si sobreviven hasta entonces- nuestro descendientes. No soy madre todavía, pero alcanzo a imaginar lo que se puede sentir al dejar a un hijo desamparado. Y eso es lo que estamos haciendo poco a poco con nuestros bisnietos, tataranietos, etc. Es más, no hace falta ir tan lejos, ahora mismo por ejemplo ya nos está pasando. Y si no, ¿por qué estamos en otoño en el mes de julio?

Una de las pocas cosas que se me ocurren por mi parte para contribuir al bienestar del planeta es reciclar. En mi casa reciclamos: papel, envases, basura ecológica y el resto de basura. Sé que no es gran cosa pero por poquito que una persona pueda hacer es más que si esa persona no hace nada. Además, persona a persona se convierte en toda la humidad. ¿Y si todos recicláramos? ¿Y si usáramos más el transporte público que contamina menos que el privado? ¿Y si tuviéramos más cuidado con los recursos limitados como el agua, entre otros? ¿Y si...? Estoy segura de que persona a persona el mundo sería cada vez mejor y nos sentiriamos orgullosos de dejar en herencia a nuestros seres queridos un lugar donde vivir (y no sobrevivir a duras penas) y ser felices.


¿Cómo está resultando vuestro verano? ¿Este último mes estáis viviendo en verano o en otoño? ¿Qué creéis que podéis hacer individualmente para contribuir al bienestar del planeta?

No hay comentarios: