miércoles, 9 de noviembre de 2011

Pensamientos de una desempleada más

Hoy me encuentro con los ánimos un poco más bajos que otros días. No pasa nada, es normal, tenemos días buenos y días no tan buenos y hoy es uno de estos últimos.

Estaba mirando el calendario para anotar una cita con el dentista y me he dado cuenta de la fecha que era ¡casi estamos ya a mediados de noviembre! Madre mía cómo pasa el tiempo de rápido a veces. Hace dos días estaba acabando agosto y yo fantaseaba pensando en qué población me tocaría trabajar y en cuánto tiempo tardaría en irme a vivir con mi chico. Hoy estamos a dos pasos de navidad, a la que estornudemos es enero y empieza un nuevo año. Y yo al final fallé la población en todas mis fantasías porque me he quedado sin trabajo. La ilusión de irnos a vivir juntos está ahí. De hecho, el otro día, en un arranque de entusiasmo y de enfrentarme a la realidad nos pusimos a hacer cuentas simulando un presupuesto de cuánto nos costaría irnos a vivir juntos (de alquiler, por supuesto) y qué nos podríamos permitir. Nos hizo mucha ilusión porque al final la cosa pintaba mejor de lo que en realidad pensábamos. Pintaba mejor porque los dos somos personas muy sencillas y nos conformamos con lo necesario, nada de lujos. El problema es que para que pudiéramos irnos necesitamos que yo tengo un trabajo que genere un mínimo de ingresos: si es en la Generalitat, hicimos un presupuesto sobre la jornada mínima que complementaría con unas clases particulares. Y, si la cosa sigue congelada en las listas de la Generalitat, hicimos un presupuesto sobre cuántos alumnos necesitaría para cubrir mi parte. En realidad, insisto, no lo vi tan mal: 5 o 6 alumnos (ahora tengo 2).

¿Qué ha pasado desde la ilusión del otro día a la tristeza de hoy? Que después de darme cuenta de la fecha en la que estamos y ver que hoy tan sólo han llamado a trabajar a dos personas de mi especialidad en todo el Baix Llobregat y para 5 días. Me estoy dando cuenta de que a este ritmo (y hoy ha sido un día de los buenos, hay días que no llaman a nadie) no voy a trabajar en todo el curso. Después de quedarme sin vacante este año, acepté el hecho de que me tocaría hacer sustituciones días sueltos de un lado para otro. Me hice a la idea de la inestabilidad y los nervios que eso conlleva pero lo asumí, como hacemos todos. Luego empecé con las clases como plan B pero manteniendo siempre presente de que el plan A llegaría algún día. Hoy el plan A casi ni lo veo. Yo pongo todo de mi parte para aceptar con serenidad de que la cosa está mal y va a ir muy lenta, pero el problema es que empieza a no ir, a quedarse congelada. Cada vez pasan más días en los que no convocan a nadie en secundaria (porque en primaria sí) y eso no es normal. Bajas hay siempre lo que pasa es que no las están cubriendo. Así que el plan A se está quedando paralizado y eso es no avanzar.

Por otro lado, el tema de las clases particulares es algo que también es totalmente imprevisible. En cualquier momento puedes perder una y tampoco puedes hacer nada para conseguir más. He puesto carteles por todo el pueblo, en la biblioteca, se lo he dicho a compañeros, etc. Y a mediados de noviembre, no hay alumnos nuevos. Otros años hace un mes que habría recibido montones de llamadas pero la crisis la estamos pagando sobretodo los ciudadanos de a pie y si no se puede contratar a un profesor particular porque hay que comer o pagar la hipoteca es totalmente lógico.

Respiro hondo, miro por la ventana y me pregunto ¿cuánto tiempo más estaré aquí sentada mirando por esta ventana? ¿Pasarán años antes de que pueda seguir con mi vida y dar el siguiente paso fuera de la casa de mis padres? ¿Realmente lo peor de la crisis está por llegar a partir de 2012? ¿Servirá de algo el cambio de gobierno sea cual sea el que entre? ¿Cuántos años tendré cuando podamos irnos a vivir juntos? ¿Y cuántos cuando podamos permitirnos ser padres? A veces los pensamientos en mi mente se asemejan a una autopista en plena hora punta.

Después de los pensamientos llegan las sensaciones. Me siento inútil en el sentido más literal de la palabra: no útil. Me pongo a mirar las páginas de ofertas de empleo y lo primero que ocurre es que no entiendo nada. No entiendo ni a qué se refieren con los nombres de los puestos que ofrecen. Nos estamos volviendo tan... ¿qué palabra usar? ¿hipócritas? que llamamos al conserje "responsable de servicios básicos de mantenimiento para el bienestar de la comunidad" ¡toma ya! Y esa suerte que está en español porque ahora la moda es ponerlo todo en inglés, todos son assistants, managers, advisors, etc. como si eso cambiara las funciones que desarrollará. Pero es que te pones a buscar y todo lo que hay son, en primer lugar trabajos relacionados con la informática de forma específica y por otro lado peticiones imposibles del tipo: se necesita becario trilingüe, con dominio de office avanzado, licenciado y disponibilidad para trabajar de 6h-21h por 325€ ¡alucino! Y encima da gracias por tener trabajo.

Si busco en mi sector, la educación, todo lo que encuentro es que sólo contratan nativos. Da igual que sea carnicero que si es nativo de un país de habla inglesa ya es suficiente. Es otra moda absurda: lo importante es que sea nativo no que tenga estudios relacionados con la docencia. Es desesperante.

Vuelvo a mirar el reloj y siento que he perdido más de una hora navegando absurdamente por la página de búsqueda de empleo. Vuelvo a mirar por la ventana, miro el calendario y me preguntó cómo se estarán sintiendo el resto de los casi 5 millones de parados que hay en este país. ¿También se sentirán inútiles? ¿Impotentes? ¿Desesperados?

Según la mayoría de estudios relacionados con la depresión por pérdida de empleo es muy común atribuirnos la culpa. Nos sentimos culpables por no tener trabajo. Sentimos que no valemos lo suficiente, o al menos tanto como valen los demás que sí tienen uno. Si la cosa va a más incluso se puede llegar a caer en malos hábitos, drogadicción, enfermedades, etc todo lo que nos evada y nos aisle del resto del mundo. Se puede llegar a pagar una factura muy cara con salud a cambio de momentos de paz mental y dejar de sentirse culpable. Me he puesto un poco dramática pero es realidad que existe ese extremo.

Esperemos que mientras se soluciona, mientras lo estamos viviendo y soportando cada día, seamos conscientes de las malas pasadas que nos juega nuestra mente que nos quiere culpar de algo porque no encuentra explicación alguna. Si alguien se queda sin empleo por los recortes tan bestias que están haciendo señores que viven a todo trapo, que no se sienta culpable. Que haga lo posible por no sentirse así. No es culpa suya, es culpa del sistema (un tema muy largo de explicar que se resumen en que unos pocos acumulan riqueza a base de explotar a los demás). Si estás sin trabajo lo mejor que puedes hacer son dos cosas: 1) No dejar de buscarlo (seguir enviando curriculums y preguntando por todas partes) y 2) Recordar que el trabajo es una parte importante de la vida de una persona, pero por suerte no lo es todo, existen otras cosas de las que se pueden disfrutar a pesar de no tener trabajo:
1) Salud: no te duele nada, disfrútalo. En serio, párate a pensar en momentos que has estado enfermo o has tenido dolor y disfruta de tu salud en este preciso instante.
2) Familia: aprovecha para disfrutar el tiempo junto a tu familia. Mímalos, déjate mimar y seguir conociendoos.
3) Amigos: los buenos amigos van a estar ahí para ti siempre. Tendrán un poquito menos de disponibilidad horaria que tú, pero siempre podrás contar con ellos para tomar un café.
4) Tiempo: dedica una parte del día o de la semana a buscar trabajo pero no te obsesiones. El resto del tiempo disfrútalo como más te apetezca con tus seres queridos, tus hobbies, tus cosas pendientes, etc. Aprovecha la suerte que tienes cuando suena el despertador y te puedes permitir quedarte un ratito más en la cama ¿por qué no? ¡Alguna ventaja tendrá que tener no estar parado!

Piensa que hay millones de personas que tienen trabajo y/o que tienen mucho-mucho dinero y que no pueden disfrutar de esas cosas que tú si tienes y no se pueden comprar. Por mucho que uno sea millonario no puede comprar salud si la suya ya no tiene remedio, no puede comprar a la familia que siempre te querrá de forma incondicional, no puede comprar a los verdaderos amigos pero sobretodo no puede comprar algo que tú ahora mismo tienes de sobra: tiempo.

Aprovéchalo y disfrútalo porque aunque nos haya tocado vivir una mierda de momento en la historia, tu tiempo es tuyo, forma parte de tu vida y depende de ti cómo desees invertirlo. Invierte en felicidad por muy pobre que seas ;)

Ojalá que todo empiece a solucionarse por despacito que sea, pero que empecemos a ir hacia arriba, hacia mejores momentos.

Un abrazo a todos los desempleados y los seres queridos que nos soportan!!

3 comentarios:

Gema dijo...

Ay, qué identificada me siento con este post. Esos sentimientos que describes son tan familiares...

Mucha fuerza y ánimo, sé que como casi todos los que estamos en esta situación, haces todo lo que está en tus manos. Mas no podemos hacer, y en eso nos tenemos que consolar: lo damos todo de nosotros, aunque no veamos resultados.

Britanny dijo...

Hola Gema,

Gracias por tu apoyo. Ese post es del año pasado y ahora que ha pasado un año te diré que al final pude independizarme gracias a que he empezado a dar clases particulares casi a jornada completa. No es lo mismo que trabajar con un contrato y cotizar a la seguridad social, pero no me puedo quejar puesto que me permite seguir avanzando. Así, que queda constancia de que el esfuerzo finalmente se ve recompensado. Ya lo dice el refrán: "nunca es perdido el bien que se hace"

Gema dijo...

Me alegro mucho del cambio de rumbo que han tomado las cosas :)