sábado, 6 de noviembre de 2010

Down to Earth (again)

Casi 2 meses después. Aquí estoy. Volví a desaparecer. Dicen que el hombre tropieza dos veces con la misma piedra, pues yo no sé cuántas llevo ya. Os presento a una de las piedras que reaparecen en mi camino a menudo: olvidarme de mí. Forma parte de mi carácter extremista y cada vez menos obsesivo que por suerte ya va mejorando: cada vez que tengo un problema/asunto me centro tanto en él que pierdo el sentido del resto de las cosas.

¿A vosotros os pasa? A mí me pasa que me obsesiono con algún aspecto de mi vida y anulo por completo los demás. Me ocurrió durante años hasta que encontré el amor, estaba tan obsesionada con encontrarlo que no veía que había otras cosas en mi vida que también era importantes. Me pasa cuando me propongo empezar una dieta, sólo pienso en calorías gastadas y calorías consumidas. Me pasa cuando empiezo un trabajo, todo son proyectos por empezar. Por suerte voy variando, hay personas que se pasan años o toda una vida encalladas en uno de los aspectos. La típica amiga que siempre está hablando del mismo tema: los tíos, su madre, su novio, la moda, el curro, etc. Monotema. Le tienes cariño pero a veces raya.

Pues eso me pasa a mí, casi que me rayo sola. Esta última vez me ha dado por el trabajo de nuevo. Se me metió en la cabeza probar a preparme oposiciones. Resultado (3 semanas después): agotada física y mentalmente, estresada, a mi novio sólo le he visto porque me traía fotocopias, 2 kgs de más de pasarme todo el día en una silla, múltiples dolores musculares de la dichosa silla, principio de ansiedad y casi de locura. Al final he tenido que dejar de preparlas (muchos motivos, no hace falta pegar el rollo aquí). Simplemente, no es mi momento.

Ahora me siento libre. Es como si mis pulmones tuvieran más espacio para expandirse. Los músculos se han destensado. Ayer pasé una tarde de lujo con mi chico y he dormido bien. Todo lujos que se nos pasan por alto a menudo.

Todo eso me ha recordado un cuento, uno de esos que me encantan. No recuerdo los detalles pero en esencia...

Dicen que un exitoso hombre de negocios salió a pasear por la playa con su perro una mañana soleada de verano. A mitad del paseo oyó a su perro ladrar a una pequeña barquita de madera y se acercó por ver a qué venía tanto alboroto. Dentro de la barquita encontró a un pescador aproximadamente de la misma edad que él echando una siesta. El hombre se disculpó con el pescador por los ladridos de su perro, a lo que éste le restó importancia y ambos entablaron una pequeña conversación:

- ¿Usted también está de vacaciones? - preguntó el hombre de negocios.
- No. Yo trabajo todos los días del año, nunca tengo vacaciones - contestó el amable pescador.

- Pero hoy está usted aquí en la playa descansando y tomando el sol. Eso son vacaciones.
- No es así, lo que ocurre es que hoy ya he terminado mi jornada laboral y puedo descansar el resto del día.
- ¿Y no piensa aprovecharlo para trabajar más horas?
- ¿Para qué?- preguntó el pescador- Ya pescado lo suficiente para comer hoy.

- Pues hombre, para aumentar sus ganancias.

- ¿Y para qué? -contestó de nuevo el pescador.

- Para crear su propia empresa.

- ¿Y para qué?

-Pues para poder tener a sus propios trabajadores acumulando ganancias para usted y así usted podría pasarse el día descansando.

Tal y como dijo esta última frase el pescador sonrió y siguió durmiendo su siestecita y el exitoso hombre de negocios se dió cuenta de lo irónico de la situación.


Espero que os haya gustado. ¡Qué tengáis un buen día!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amiga neurótica:
A todos nos ocurre alguna vez que nos centramos en un tema concreto de nuestra vida y dejamos de lado todo lo demás. Yo lo encuentro natural cuando se trata de personas de personas con ganas de superarse en la vida. A mi también me ha ocurrido con el amor y el trabajo. En una época de mi vida solo me preocupaba el tema "pareja" y no veía más allá. Hace unos meses me pusé a buscar trabajo y mi única preocupación era encontrar esa salida profesional que tanto asiaba... pero todo es un equilibrio y tienes que sentirte bien emocionalmente para llegar a estar agusto fisicamente... Como te digo hay que saber disfrutar de lo cotidiano que tenemos en nuestra vida para volverlo extraordinario. Esto se consigue a base de paciencia y fuerza de voluntad y fe en uno mismo...dedicarse a quererse uno mismo sin importar lo que hay alrededor nuestro... A mi me funciona y siempre intento hacer cosas que me diviertan y me estimulen, sea sola o en compañia, e intentar tener pensamientos positivos durante el día... Espero que te funcione si lo intentas!!!
Saludos