sábado, 11 de octubre de 2014

Psicosupervivencia

Psicosupervivencia es el nombre de un blog que he descubierto muy recientemente y que recomiendo muchísimo. Sólo he leído un par de artículos hasta el momento pero como me gustaron mucho me suscribí a su lista de newsletter y automáticamente se me envió una Guía práctica para evitar al psicólogo.  Uff que a saco voy hoy, a ver, este blog (y la guía) están escritos por Marina Díaz, una psicóloga española NORMAL. ¿Por qué pongo normal? Porque una de las cosas que más rabia me dan de los psicólogos es que escriben (y algunos hablan) con una pedantería que te cansa. Esta chica habla como tú y como yo, y escribe tal cual piensa. Me encanta. Me estoy leyendo la guía poco a poco saboreándola y reflexionando sobre lo que dice porque dice cosas sencillas, claras y que te hacen entender muchas cosas de ti misma y del mundo. Es una guía en la que te habla de la vida y sobre que hay cosas que puedes hacer por ti mismo para tener más calidad de vida sin tener que ir a un psicólogo. ¿Se tira piedras sobre su propio tejado? No. Simplemente pone de manifiesto que hay mucha gente aprovechándose del sufrimiento de los demás y haciendo negocio y que los psicólogos están para cuando los necesita de verdad y que puede que no todo el mundo los  necesite si tiene las herramientas adecuadas para lograr una mejor calidad de vida y resolver los obstáculos que se encuentra por el camino. Es la labor de una profesional altruista y vocacional que desea un mundo de personas más felices. Quisiera contar mil cosas más para convenceros de lo que lo visitéis pero tampoco quiero desvelar nada para no romper el encanto así que lo mejor que puedo hacer es dejaros el enlace para que visitéis su blog. La guía os la manda cuando os suscribís a su newsletter es cortita (55 páginas) que se leen más rápido de lo que gustaría. 

Blog de PSICOSUPERVIVENCIA



Feliz finde!

jueves, 25 de septiembre de 2014

¿Perder el tiempo o dedicarse tiempo?

Nunca he sido una chica muy femenina ni cuidadosa en los detalles que cuidan otras mujeres como el peinado, el maquillaje, las cremas, los complementos, etc. Si alguna vez ha salido el tema me he referido a ello como "no me interesa", "no es mi estilo" o lo más común "no puedo perder el tiempo con esas cosas". En mi círculo siempre había amigas que se pasaban bastante tiempo arreglándose incluso a diario: el peinado, el maquillaje, elegir modelito, complementos, etc. Yo sólo me ponía unos tejanos, algo de arriba, mis zapatos (tengo dos o tres pares como mucho, no doscientos o trescientos como muchas), me cogía una coleta o me lo dejaba suelto y lista. 

Por un lado, es verdad que me molestaba que mis amigas fueran tan presumidas y siempre me tocara 
esperarlas. Pero por otro, también es verdad que ellas iban super guapas y yo siempre me sentía un poco el patito feo. Siempre he sido la típica empollona que se cuida poco porque prefiere la belleza natural y el cerebro antes que el físico. Siempre he sido como Alex de Modern Family.

Pues bien, hace unas semanas estaba viendo unos de estos programas de cambio de look (otro día hablaré de ellos) y la presentadora que siempre va divina de la muerte le preguntó a la invitada que era una chica como la descripción que acabo de hacer que por qué no se arreglaba nunca. La chica le contestó que para ella eso era perder el tiempo, que apreciaba mucho su tiempo y prefería invertirlo en algo valioso. Tengo que decir que la muchacha en sí era super altruista y dedicaba la mayor parte de su tiempo a colaborar con una ONG. Hasta aquí bien, yo de acuerdo con ella. Pero entonces me sorprendió lo que la presentadora le contestó: 

"A mí me gusta cuidar mi aspecto, me hace sentir bien y decido invertir tiempo en sentirme bien, en cuidarme y aprovechar para tener ese ratito para mí. Considero que soy lo más valioso de mi vida y por eso tengo que cuidarme y valorarme". 

Esto ya me dio que pensar. 

La chica no quedó del todo convencida así que se fue con ella a una reunión que tenía preparada con inversores para recaudar fondos para su ONG. Les hizo su presentación y al final la presentadora les preguntó si invertirían en su proyecto y por qué. La mayoría dijeron que no porque a pesar de haberles planteado un buen proyecto su aspecto les inspiraba una falta de confianza, les daba sensación de descuido y falta de seguridad. Entonces hizo que la chica se cambiara de ropa, se maquillara y se arreglara un poco el pelo y preparó otra reunión. Hizo la misma presentación pero esta vez la mayoría de los presentes estaban dispuestos a invertir porque les inspiraba confianza, responsabilidad, seriedad, seguridad, etc. 

Y aquí ya empecé a darle más vueltas a los asuntos: 

1) Nunca me había parado a pensar que pararme a peinarme, maquillarme, elegir el modelito, complementos, etc. era una manera de cuidarme, de dedicarme tiempo y de tener un ratito para mí. Siempre lo había interpretado como una exigencia de la sociedad, la moda, etc. Y como no me gusta hacer las cosas porque todo el mundo las hace no le encontraba sentido. Por otro lado, lo que más me dio que pensar es que como comentaba en el post anterior siempre he antepuesto todo antes que yo. Yo siempre he sido lo último de mi lista: trabajo, familia, amigos, responsabilidades, etc. y al final yo. Siempre me he dejado al final porque tenía la autoestima bajo mínimos y por supuesto nunca me he considerado valiosa. Esto es parte de lo que hablaba el otro día que ya estoy cambiando, empiezo a verme, a quererme, a valorarme y a darme la prioridad nº 1 en mi vida.

2) Nunca me había parado a pensar en lo que puede influir mi aspecto. Siempre he sido de las de "me importa un churro lo que opinen los demás" porque intentaba tener en cuenta mi propia opinión de mí misma. Pero es verdad que es importante, y no sólo en el ámbito laboral sino en todas las relaciones que mantienes con otras personas. Tu aspecto dice mucho de ti, aporta información sobre ti y si no te cuidas ese es el mensaje que transmites: no me cuido, no me quiero, no me considero valiosa, no confío en mí, etc. 

Después de todo este rollo, a donde quería llegar como conclusión es a que he empezado a intersarme más por esos temas "femeninos" que nunca me habían interesado hasta ahora y me empiezan a gustar bastante. Empiezo a fijarme en que hay más peinados más allá de la cola de caballo o el pelo suelto, en la importancia de los complementos, de los colores, de saber elegir ropa que te favorece, etc. Por supuesto soy absolutamente ignorante en este mundillo y sé cero patatero sobre cosas de maquillaje, peluquería, estilismo, pedicura, etc. pero estoy dispuesta a aprender. Incluso estoy muy ilusionada porque se me ha ocurrido la idea de montar una web con todo lo que vaya aprendiendo y descubriendo. Me hace ilusión por tener un sitio donde tener toda esa información recogida y creo que también me gustará compartirlo con otras personas que quizá se hayan sentido alguna vez como yo. Me ayudará a seguir creciendo y seguir conociéndome y sobre todo a sentirme mejor conmigo misma. 

Creo que hoy en día la publicidad, el cine, la música, etc. nos presentan a mujeres tan bellísimamente inverosímiles que a veces no apabullan y hacen que nos sintamos peor con nosotras mismas porque nunca llegaremos a ser tan guapas y espectaculares como ellas. A veces nos sentimos incluso menos mujeres o lo peor con menos derecho a sentirnos guapas, sexys, atractivas y a gusto con nuestros cuerpos y nuestro aspecto. Es por ello que es importante conocerse a una misma y distinguir los trucos de photoshop y de esos super profesionales del maquillaje, la fotografía, la iluminación y la peluquería. Como ejemplo de ello, os dejo una foto de una mujer que he descubierto recientemente: se llama Egypt Sherrod y es la presentadora de un programa de venta de casas de Divinity (Recién Hipotecados). Egypt es de esas pocas mujeres que defienden la belleza natural de la mujer, las curvas, la realidad y no se esconden. Ella misma publicó las fotos que veís abajo alabando el gran trabajo de su equipo de maquillaje y peluquería. En el pie de foto ponía algo así como "esta mañana en el gimnasio y por la tarde en el trabajo. Increíble!! Gracias al magnífico equipo de profesionales con el que trabajo!!".  Ojalá hubiera más mujeres como ella. Me ha encantado :)


¿Y tú? ¿Dedicas tiempo a cuidarte o no te consideras lo suficientemente valiosa?

domingo, 21 de septiembre de 2014

Salir de la zona de confort

¿Sabéis la típica peli donde la chica de pueblo decide cambiar de vida y probar suerte en la gran ciudad? Me siento un poco así últimamente. Y no me refiero al glamour, la sonrisa de oreja a oreja por la ilusión y la música chula cuando alquila el apartamento y le hace una puesta a punto. Me refiero al miedo que da salir de tu zona de confort, hacer algo que nunca has hecho y no tienes ni idea de cómo va a salir ni de cómo te las vas a apañar. 

En mi caso, llevo toda mi vida haciendo las cosas de la misma manera, sin pensar mucho puesto que el camino estaba pre-establecido con anterioridad. Muchos de nosotros hemos sido educados en un camino de obstáculos numerados: acabar el insti, ir a la universidad, casarse, tener hijos y un trabajo estable. Éste era el orden de los elementos habitual en las últimas décadas; de hecho, si alterabas el orden y tenías un hijo antes de casarte por ejemplo estaba mal visto, la sociedad te condenaba moralmente. 

Yo seguí ese camino pero me quedé en el comienzo: terminé la carrera, tenía pareja estable y ahora necesitaba un trabajo para poder casarme y tener hijos. Pero yo acabé la carrera en 2007, justo el momento en el que estalló la crisis. A día de hoy, 7 años después, la cosa no ha hecho más que empeorar y lo de conseguir trabajo por muchos estudios que tuviera e incluso experiencia era misión imposible. 

Esto me llevó a una depresión profunda. Tantos años trabajando duro, dejándome la piel y ahora no tenía nada. Yo lo había hecho todo correctamente, había seguido el camino marcado y no podía continuar porque no se estaba cumpliendo el plan pre-establecido. Me hundí, no supe que hacer y lo peor es que di cuenta de que la depresión en sí no era sólo por lo inútil que te puedes sentir sin trabajo sino porque me di cuenta de que llevaba toda mi vida dándolo todo por mi vida profesional, había dado tanto que incluso había incluido mi vida personal, todo mi yo. Así que cuando la inversión en lo profesional fracasó todo se hundió, incluida yo. No quedaba nada. Sentía que mi vida carecía de sentido y me sentía culpable, castigada, sin saber por qué. Yo lo había hecho todo correctamente y ahora no había nada al final del camino.

Una tarde se me ocurrió la idea de esforzarme un poco más: me matriculé en magisterio, lo cual aumenta enormemente mis posibilidades de trabajo a corto plazo puesto que formo parte de la bolsa de profes interinos desde hace años. Así que nada, el año pasado me matriculé de 14 asignaturas. El plan era hacer 3 años en 2 para acabar cuanto antes y poder trabajar. 

¿Resultado? A nivel académico fenomenal todo aprobado y con nota, sin embargo a nivel personal ha sido de los más desastrosos. El precio de llevar a cabo el plan pasa por privarme de vivir casi literalmente. Me he pasado el año rotando de la cama a la silla del pc y al sofá un ratito con suerte alguna noche. Apenas he salido, me he puesto mala no sé cuántas veces ni de cuántas cosas diferentes, apenas he visto a nadie (casi ni a mi novio y vivo con él), el nivel de estrés y ansiedad ha alcanzado niveles altísimos y mi autoestima se ha ido volatilizando. Cada vez me sentía peor. Es esa sensación divergente que te hace preguntarte ¿por qué mientras mejor se supone que hago las cosas peor me siento conmigo misma? Aún dejándome la piel y sacando notazas me sentía traicionada.

Hace unos días he tenido que tomar una decisión: continuar como hasta ahora dejándome la piel en lo que hago y sufriendo pero de un dolor conocido o arriesgarme a lo desconocido. Hacer algo nuevo siempre da miedo: puede ser genial pero también puede empeorarlo todo. Por eso hay muchas personas que se quejan de su situación pero no hacen nada para cambiarla, porque a pesar de estar pasándolo mal conocen la situación y se sienten dentro de su zona de confort. A veces escuchamos a personas quejándose de que no soportan determinada situación y cuando les planteas alternativas viables ves que ponen mil excusas y como que esquivan el tema. Esto es porque el miedo frente a lo desconocido es peor que el sufrimiento habitual.

Pues yo he decidido ser valiente y salir de mi zona de confort: estoy acostumbrada a ser una estudiante excelente aunque para ello tenga que prescindir de tener vida. Como he dicho antes el anterior año ha sido uno de los peores de mi vida, vamos que ha sido un año no-vivido sino sobrevivido y ahora estaba a punto de cometer el mismo error: iba a matricularme de todos los créditos que me quedan y a pasar otro año encerrada con tal de acabar la carrera y cumplir mi objetivo de hacerla en dos años para poder trabajar cuanto antes. Pero no, esta vez no, esta vez he decidido hacer algo que nunca antes me había atrevido a hacer: he desobedecido a mi Pepito Grillo y me me matriculado de la mitad. No acabaré este año, acabaré a mediados del siguiente. ¿Por qué? Pues porque elijo vivir. Elijo un año en el que no sólo pueda disfrutar de lo que estoy estudiando sino de que pueda cambiar mi vida para siempre.

Siempre he sido la chica obediente que ha seguido las normas al pie de la letra. Pero ahora voy a crear MIS PROPIAS NORMAS. Ahora voy a aprender a VIVIR. Voy a cambiar todo lo que llevo años deseando que cambie pero sin poner medios para ello: voy a reengancharme al gimnasio, voy a adelgazar haciendo ejercicio y comiendo sano (parte del precio del año pasado incluyó engordar unos 13 kgs nada menos), voy a salir de casa todos los días, voy a quedar con mis amigas para tomar algo a menudo, voy a hacer planes de salidas los fines de semana, voy a tener tiempo para mi chico, voy a volver a escribir aquí que es de mis cosas favoritas del mundo y de las que menos hago, voy a seguir estudiando inglés para mí, voy a tener tiempo para mi familia y sobre todo me voy a convertir en la persona que siempre he querido ser pero he tenido miedo de ello. 

Es una cuestión de valentía, como cuando te subes a un trampolín y cuando estás a punto de saltar te entra miedo y lo ves muy alto. Tienes dos opciones: darte la vuelta y seguir en tu zona de confort a salvo o cerrar los ojos, sonreír, confiar y saltar!! 

Se me ocurren varias frases de esas que me gustan que ilustran este pensamiento:

Si nunca haces más de lo que has hecho, nunca llegarás más de dónde has llegado.

Cuando camines por la vida verás un precipio: SALTA. No es tan grande como parece. 

Todo cambio siempre trae consigo una nueva oportunidad. 

Iniciar un nuevo camino asusta. Pero sólo después de cada paso nos damos cuenta de lo peligroso que era quedarnos en el mismo lugar.

Y uno de mis nuevos mantras favoritos:





martes, 19 de agosto de 2014

¿Por qué aparece la ansiedad?

Bueno, el grupo de facebook está yendo mejor de lo que yo pensaba. Ni en mis mejores deseos imaginé que iría tan bien. Hay muy buen ambiente, cada vez entra más gente (ya somos alrededor de 50) y ya he conocido en persona a algunas chicas y me han caído fenomenal. Me siento orgullosa de haberlo puesto en marcha. 

Pero hoy quiero hablar de otro tema. Hace tiempo escribí un post sobre la ansiedad y los ataques de pánico titulado Cómo distinguir un ataque de ansiedad de un infarto sobre el que recibo varios comentarios a menudo y sobre todo me escribe mucha gente por privado para darme las gracias porque les ha parecido útil la información. No sabéis lo feliz que me hace que mi experiencia - porque de verdad que me he convertido en un experta de primera mano- pueda ayudar a otras personas, es muy reconfortante. Así que hoy quiero hablar de la causa de este asunto ¿Por qué aparece la ansiedad?

La ansiedad no es más que una forma de comunicarse de tu cuerpo. Te está enviando un mensaje, normalmente te está diciendo "¡BASTA!" sobre algo que estás haciendo y que te perjudica. Pensemos un poco, ya sé que hay miles de casos pero los más comunes ¿cuánto aparece la ansiedad?: cuando hay cambios en el trabajo o tenemos un trabajo nuevo, cuando estamos preocupados por algo (por ejemplo un tema de salud de un familiar), cuando llevamos un ritmo de vida demasiado ajetreado y sobrecargado, etc. Sin darnos cuenta en todos los casos estamos maltratando a nuestro cuerpo: a veces no comemos o comemos demasiado o comemos mal, dormidos poco o muy mal, vamos siempre corriendo, estamos siempre nerviosos, no nos relajamos, no disfrutamos, etc. Nuestro cuerpo no está creado para que lo maltratemos, es muy resistente pero por suerte tiene un sensor de aviso como medida de autoprotección cuando el maltrato llega a un límite: este sensor de aviso es en forma de ansiedad. 

En ocasiones la ansiedad va de menos a más, y en otras ocasiones aparece de golpe y de forma brusca
a modo de ataque de pánico o ansiedad. En mi caso en particular apareció de golpe y de forma muy brusca: me atracaron por la calle y por suerte no me pasó nada. Pero en lugar de tratar de asimilarlo, desahogarme, echarlo, o lo que sea yo intenté hacerme la fuerte y seguir como si nada y entonces tuve mi primer ataque de pánico (el más fuerte que he tenido). Perdí el control por completo, yo, que siempre he sido tan medida en todo. Fue horrible y fue el inicio de un calvario. No os voy a aburrir con los detalles, sólo quería poner el ejemplo para ilustrarlo: me asusté, me sobrecogió y no me permité pararme a lamerme las heridas, y mi cuerpo protestó y reclamó mi atención porque sí que era algo importante que necesitaba prestarle atención.

A día de hoy, 10 años después, he aprendido mucho sobre mí misma, sobre mi cuerpo, sobre mi mente (y sus superpoderes para el bien y el mal) pero sobre todo he aprendido a pararme a escuchar a mi cuerpo, cosa que antes nunca hacía. Tienes que pararte a escucharlo para ver qué necesita: un rato para ti, que bajes el ritmo, que comas mejor, que desconectes, que no magnifiques las cosas, que necesita descansar, etc. 

En mi caso en particular, últimamente la ansiedad se activa cuando me traiciono a mí misma. Por ejemplo: hace tiempo que no tenía ansiedad y antes de ayer me dio otra vez. ¿Por qué? Pues porque yo había decidido días antes que me dedicaría la tarde a mí, llevaba tiempo sin hacerlo y me apetecía dedicar una tarde a mis cosas, a ordenar y organizar algunas cosas y a tener un ratito de ocio a solas. Sin embargo, una amiga me propuso quedar y no me apetecía mucho pero me insistió y soy así de tonta que me puse la última de la lista y a ella la primera. Me fui a tomar el café y todo estupendo, pero cuando llegué a casa por la noche viento la tv tranquilamente apareció la ansiedad. Mi cuerpo protestó porque me había traicionado a mí misma, hace mucho que me prometí ponerme a mí misma en la lista de mis prioridades y es algo que suena muy bien en la teoría pero que me está costando llevar a la práctica. Cuando digo "cuerpo" también incluyo la mente. La mente forma parte del cuerpo y como tal también necesita un descanso de vez en cuando. Yo llevaba días prometiéndoles una tarde agradable y relajada y en lugar de ello hizo doble turno, así que protestó en forma de ansiedad.

Como conclusión final me gustaría deciros que la ansiedad es una putada, se pasa realmente mal y cuesta mucho controlarla. Pero también la necesitamos, nos estamos pasando de la raya y necesitamos a ese "guardia" que nos toque el silbato y nos haga ser conscientes de ello. Así que para terminar con la ansiedad unos consejos de cosecha propia:

- Lo primero es que escuches a tu cuerpo, deja todo lo que estés haciendo y túmbate a escucharlo. ¿Qué necesita? ¿Qué pares? ¿Qué te relajes? ¿Qué duermas mejor? ¿Qué no le des tantas vueltas a algo?

- Lo segundo es que lleves una dieta sana y hagas ejercicio. Tu cuerpo necesita que lo mimes, necesita los mejores cuidados y la dieta y el ejercicio son los mejores. No hace falta que te machaques o te apuntes a un gimnasio, si lo haces genial pero sino igual basta con que salgas a caminar varias veces por semana.

- Lo tercero es que hables contigo misma con mucho cariño, que te digas frases tranquilizadoras y mantengas conversaciones internas para buscar el consenso. Y sobre todo, si le haces alguna promesa a tu cuerpo más vale que la cumplas porque de no hacerlo protestará enérgicamente. Así que ya lo sabes, si le has prometido bajar el ritmo y no lo haces la ansiedad aparecerá más fuerte. 

- Escucha a tu cuerpo y haz todos los cambios necesarios para darle lo que necesita, al fin y al cabo es donde vives y no podrás conseguir otro si te cargas el que tienes ;)

viernes, 18 de julio de 2014

Hacer amigos de adulto ¿misión imposible?

Qué difícil es hacer amigos cuando eres adulto. Me refiero a amigos-amigos, no conocidos o compis del curro. Actualmente me encuentro en una situación que parece bastante común por lo que leo por los foros: mis amistades han hecho su vida a otro ritmo (hijos, trabajos absorbentes, novios-lapa, etc.) y me gustaría conocer amigas nuevas para salir a dar un paseo, tomar un café, ir a la playa, etc. Y digo amigAs porque parece que es difícil tener amigos masculinos que no quieran ir más allá de una amistad a estas edades. Así que lo he reducido a amigas, me gustaría hacer nuevas amigas. Ojalá encontrara amigas de verdad como el grupito que tenía en el insti (que hemos acabado desperdigadas y desconectadas por mudanzas, hijos, maridos, etc.). Yo no tengo hijos y con 32 años parece que eso te aisla un poco porque no entras en el club de las mamis (ni me apetece) y no estás para discotecas y farras como las de antes. Cuesta encontrar alguien normal hoy en día. Entras en un foro y todo son "amistad y lo que surja" o lo que no entiendo que cada vez está más de moda: gente para crear grupos por whatsapp. Repito no lo entiendo. En mi familia somos 7 miembros que tenemos un grupo para mandarnos fotos de la peke y para ponernos de acuerdo en algunas cosas y os aseguro que cuando hablamos más de cuatro es un lío tremendo. No entiendo como hay gente que crea grupos multitudinarios de whatsapp, tiene que ser imposible mantener una conversación. Aunque no sé, quizá conversar no sea exactamente el objetivo... Además, una chica me ha comentado que por qué no hacía un grupo en whatsapp que no era tan íntimo como facebook ¡¿cómo?! En facebook te puedes inventar la info o no rellenarla directamente pero si le das tu nº de teléfono a alguien ¿¿¿¿eso no es íntimo????

 En resumen, que viendo que hay más chicas como yo desperdigadas por España me he decidido a
crear un grupito para chicas en facebook. He pensado que sería una buena opción tener un lugar de encuentro para hablar de nuestros temas y, además, en facebook tienes la opción de hablar en el grupo o en privado y si conoces a alguien cerca poder quedar en persona después de haber hablado un tiempo. A veces quedas en persona con alguien -a mí me ha pasado con dos chicas de mi ciudad- y luego nos costaba tener una conversación, y mira que yo hablo por los codos pero es que con una tenía muy poco en común y se pasó más tiempo mirando el móvil que otra cosa y la otra era tan tímida que parecía que la estaba interrogando. En fin, que he creado el grupo porque puse un anuncio en un foro proponiéndolo y algunas chicas me comentaron que estaban interesadas. De momento somos 3 contando conmigo, tengo la esperanza de que se vayan uniendo las demás y que salga bien el experimento. Ojalá que sí porque he puesto mucha ilusión en ello y no quiero llevarme un chasco. 


domingo, 17 de noviembre de 2013

Cómo distinguir un ataque de ansiedad de un infarto

Hola tod@s, siglos después sigo por aquí. Echando mucho de menos el blog pero sin tiempo ni para peinarme. Desde que he vuelto a la uni no doy a basto. Me he matriculado de 90 créditos este año lo que equivale a levantarse y acostarse con la uni, cero vida social, ocio, etc. A ver si le cojo el tranquillo y cambia el asunto.

Bueno, pero hoy quiero hablar de otra cosa: del miedo que te entra en el cuerpo cuando te empieza a subir el nivel de ansiedad y empiezas a pensar que te vas a morir de un infarto. Por desgracia últimamente me está volviendo la ansiedad y hace dos días tuve un ataque de los fuertes, hacía años que no me pasaba. Por suerte, gracias a mucha práctica tengo controlado el tema de la hiperventilación y la taquicardia ¿cómo? Pues concentrándote en la respiración. Mi truco: siéntate o mejor túmbate y cierra los ojos, visualiza tus pulmones inflándose y desinflándose mientras coges aire por la nariz y lo sueltas con por la boca. Nada más. No puedes pensar en nada más porque estás ocupada visualizando esa imagen. En muy poquito las pulsaciones bajan y la respiración se vuelve automática. Habrá gente que le funcionen otros trucos, ese es el mío.

Sin embargo, lo que no he logrado dominar después de tantos años de prácticas de relajación, etc. es el miedo. El miedo te inunda y se apodera de tu cuerpo y de tu mente. En ese momento es algo inexplicable pero no sabes cómo tienes el presentimiento de que algo malo (malísimo) te va a pasar, incluso piensas que puede que haya llegado tu momento. Realmente sientes que te puedes morir. Y entonces es cuando peor lo pasas. Es desesperante. Aunque intentes tranquilizarte a ti mismo diciéndote que sólo es ansiedad, a veces no puedes pararlo ni aliviarlo. Es lo peor. Tener la sensación de que te estás muriendo y no puedes hacer nada. Piensas que te está dando un infarto. En ocasiones incluso sientes un fuerte dolor en el pecho, a veces se te extiende al brazo, o sientes que se te adormece alguna parte del cuerpo, etc. Hay muchos síntomas similares entre un ataque al corazón y un ataque de ansiedad. De hecho, un médico para estar seguro es muy probable que te haga un electro para descartarlo. ¿Pero qué puedes hacer tú en casa? Hombre en caso de duda ir al médico por mucha vergüenza que te de o reparo o lo que sea, la salud es lo primero. ¿Pero qué hacer esas veces en las que estás seguro de que es ansiedad al 98% pero ese 2% de inseguridad te pone nervioso? Bueno, pues a continuación tenéis un vídeo bastante tranquilizador y explicativo:


¿Mejor? Yo sí me quedé mejor, más tranquila. Igualmente os pongo un resumen de lo que me ha parecido más significativo recordar a la hora de distinguirlo y al final unos enlaces de las webs originales de dónde lo he sacado:

1) Un infarto se caractariza por un dolor muy fuerte (incluso paralizante) que dura como unos diez minutos -antes de que tengas que llamar a la ambulancia-. Por lo tanto, si tus síntomas llevan horas o días y te encuentras nervioso andando de arriba a abajo de la casa... eso es ansiedad. Asúmelo descartando el infarto y te tranquilizarás un poco. Repítetelo a ti mismo: "esto no es un infarto, sino ya estaría muerto, sólo es ansiedad. Fastidia mucho pero no es mortal". Dilo en voz alta incluso, a veces el cuerpo te oye y lo entiende mejor. Son de esas chorradas que funcionan.

2) ¿Qué edad tienes? ¿Tienes antecedentes o problemas cardíacos? Si estás por debajo de los cuarenta -sobre todo- y la respuesta a la segunda pregunta es "no". Entonces es ansiedad.

Los síntomas de un infarto en la mujer pueden ser diferentes a los de los hombres, echa un vistazo en esta web  . Yo soy mujer, así que lo primero que haré si me vuelve a pasar es pensar en el resumen de arriba y luego si determino que puede que no sea ansiedad, pensaré en lo que pone en esta web. Pero primero lo de arriba porque puede que tras analizarlo ya me tranquilice directamente. Y me ahorre una visita a urgencias en la que luego te sientes incluso ridícula dependiendo de quién te atienda y el tacto que tenga. Porque la verdad es que tela marinera a veces con los médicos de urgencias. Hombre una cosa es que vayas a menudo con lo mismo y te den un toque de atención pero también los hay que es la primera vez que vas y con un susto tremendo en el cuerpo y encima te echan bronca por ir por una "chorrada". Si os pasa no le déis ni una vuelta ni media, habéis hecho bien en ir. Para eso están, y mejor prevenir que curar.

Otras webs dónde podéis obtener más información son:

Espero que os haya servido, a mí me dejó muuucho más tranquila saber estas cosas :)

Por último un consejo que realmente sirve: haz deporte, come sano y cuando empieces a preocuparte por algo coge un lápiz y un papel y haz dos columnas: en una escribe lo que te preocupa, en la otra las posibles soluciones. De verdad que ayuda!!

ACTUALIZACIÓN: Hola de nuevo, aprovechando que tuve que ir al médico por otro asunto le pregunté por esta cuestión y me dio más pistas que nos pueden ayudar (a mi me tranquilizó):

1) Normalmente los infartos van acompañados por naúseas o vómitos y sudores

2) El dolor de un infarto siempre va a más y no se detiene. La ansiedad en cambio a veces parece que produce vaivenes y nos da pequeñas treguas (aunque sea de segundos) y luego te da otra vez incluso más fuerte. Este ir y venir del dolor o la opresión es ansiedad, el dolor de un infarto va en aumento y llega a ser incluso tan fuerte que puede resultar paralizante.

Éste último punto a mí me ayuda mucho porque a veces cuando tengo un ataque fuerte de ansiedad, me tumbo a hacer respiraciones y parece que por unos segundos cede pero luego vuelve. Pues bien, ahora cuando vea que ceda creo que automáticamente me tranquilizaré porque sabré que efectivamente es ansiedad.

Y otro consejillo de nueva experimentación: haz deporte, si puede ser sal a correr. Cuando haces deporte el cuerpo se relaja al completo, los músculos cogen temperatura y cuando terminas y estiras vuelven a su medida original y digamos que te "descontracturas", pierdes esa rigidez muscular que tenías. Además, cuando te machacas un poco el chute de endorfinas es la droga más potente que existe. No sabes por qué pero te sientes bien, no digo que seas super feliz pero "te sientes mejor". Aliviado. Y finalmente, es la mejor opción para despejar la cabeza. El riego sanguíneo ha tenido que circular y distribuirse de otra manera para la práctica deportiva y ya no se acumula todo en el mismo sitio del cerebro. Probadlo y me decís :)

NUEVAS ACTUALIZACIONES:

Os dejo la referencia de un libro que a mí me ayudó muchísimo, trata sobre agorafobia, ansiedad y ataques de pánico y explicá qué te pasa, por qué te pasa, y cómo superarlo con propuestas específicas y ejercicios (no sólo pautas generales) además lleva la guía del paciente y del acompañante. He leído mucho sobre este tema y éste es el mejor libro que he encontrado (yo lo pillé de la biblioteca). Se llama:

AGORAFOBIA Y ATAQUES DE PÁNICO, de Arturo Bados López 

Una puntualización importante:

Sé que algunos pensáis que al vivir con estos síntomas tenéis una enfermedad, yo pensaba igual cuando me pasaba. Pero ahora que ya hace años que lo he superado puedo confirmaros que NO ES NINGUNA ENFERMEDAD, tan sólo es un grito de auxilio de vuestro cuerpo porque hay algo que no estáis gestionando bien, algo que os oprime, os hace sentir amenazados, infelices, etc y el cuerpo se rebela y monta el follón más fuerte que sabe para haceros ver que hay algo que tenéis que solucionar ya. Yo he logrado superarlo porque llevo 3 años en terapia y he descubierto muchas cosas de mí que no sabía y ahora puedo verlas, hacerme cargo y gestionarlas, por lo que el cuerpo ya ha cumplido su misión de alertarme y ni me acuerdo la última vez que tuve ansiedad. Así que ánimo pero sobre todo manos a la obra, la solución está en descubrir qué es lo que os está haciendo daño para que el cuerpo lance esas señales. Mi consejo: buscad un buen psicólogo que os ayude a descubrirlo. 

miércoles, 10 de julio de 2013

Toldo casero y barato para balcón

Ahora que de verdad empieza a apretar el calor es cuando uno se da cuenta de lo necesario que es en algunos casos un toldo. Lo que pasa es que es un gasto que no siempre te puedes permitir (sobretodo en estos tiempos) o  si vives de alquiler -como es mi caso- que tu casero es un tacaño y un cabrón (por decirle algo suave). En mi casa, en concreto, da el sol toooodo el día desde que sale hasta las seis de la tarde más o menos, lo cuál se agradece muchísimo en invierno porque la temperatura es muy agradable y la calefacción ni la toco. Pero ahora en verano te fríes casi literalmente. Así que después de que nuestro "amable" casero nos dijera que no nos pone un toldo ni harto de vino (aunque tooodos los vecinos lo tengan porque realmente se necesita) y yo pataleara y blasfemara un buen rato, me puse a pensar. Busqué en internet y no encontré ninguna solución para balcón, todo lo que había era para terraza. Me cabreé más todavía porque llevo el calor fatal. Entonces un día mi hermana dando un paseo por la playa vio un invento que había hecho un chico en su apartamento y lo adaptamos. Pongo las fotos del experimento y debajo lo explico:


MATERIALES (todo comprado en los Chinos)
2 cortinas (24€)
1 barra de cortina (15€)
1 cuerda de nylon (4€)
pinzas de la ropa (opcional)
2 tacos y 2 cáncamos cerrados (2€)

PRECIO TOTAL: 45€

Es tan sencillo como colocar la barra de cortina en el techo del balcón, más o menos a la mitad del techo y luego cuelgas la cortina. Después buscas la manera de atar una cuerda justo de lado a lado del balcón justo por delante de la barandilla (yo he puesto una cuerda de nylon blanca discretita porque la barandilla es blanca). Entonces ya sólo tienes que colgar la cortina y pasarla por detrás de la cuerda. Las pinzas de la ropa se las puedes poner de la cortina a la cuerda si hace mucho aire para que no se mueva. Suena un poco raro pero pongo fotos que seguro que lo ilustran mejor.

Techo del balcón visto desde dentro


Techo del balcón visto desde fuera

Toldo visto desde dentro de casa




Toldo visto desde "fuera"

Ya, para rematar, podéis colocar los cáncamos a los lados de la pared para poner las trabillas de la cortina y que se quede recogida a los lados. A mí me ha quedado así:




Y ésta ha sido mi solución para luchar contra el calor desde mi humilde bolsillo. Desde luego no es tan fashion ni tan práctico como darle a la manivela con el toldo normal pero hace su función: quita mucho el calor y deja pasar la luz.

Un último consejo: buscar una cortina que sea de un material resistente y que sea lo más parecida al resto de toldos de vuestros vecinos para evitar discusiones. Aunque de todas formas os pueden decir misa porque no vulneráis ninguna norma, no habéis puesto un toldo, es una cortina y está dentro de vuestro balcón eso no infringe ninguna norma de estética de edificios ni historias. Como si te da por colgarte una sábana, o no?

Espero que os sirva!!

Por cierto, cambiando de tema, las sesiones con la psicóloga van dando sus frutos y voy notando bastante mejoría respecto a la depresión así que ánimo a todos aquellos que estáis en una situación similar, no os lo penséis y buscar ayuda donde podáis.

Un abrazo,

Britanny

miércoles, 3 de julio de 2013

"Tengo depresión" Ufff!! Por fin lo he dicho!!!

Llevo mucho tiempo queriendo escribir esta entrada y no he podido por falta de energía (casi literalmente). Estoy pasando una de las peores etapas de mi vida y por fin he sido lo suficientemente valiente como para admitirlo: tengo depresión. Parece fácil pero cuesta un montón decirlo en voz alta, sobretodo a tus seres queridos. ¿Por qué? Ni idea, pero hoy en día creo que cada vez más gente sufre de ansiedad o depresión y son dos cosas que tienen muy mala fama a nivel popular. Normalmente alguien te comenta que tiene ansiedad y te lo imaginas volviéndose medio loco y casi sin poder respirar. Cuando la ansiedad se puede manisfestar de muchas maneras. Yo misma cometí ese error hace unos meses cuando tuve que ir a urgencias porque tenía un dolor en la espalda que cada vez era más fuerte y se iba extendiendo. Al final era ansiedad. Me quedé muy sorprendida, hasta ese momento mi concepto de ansiedad era la imagen esa de estar medio loco e hiperventilar.
Pero volviendo al tema de la depresión. Lo primero que tengo que decir es que aunque yo no me lo tomaba en serio (no me lo acaba de creer) está catalogada como enfermedad. Y esto quiere decir que cuando una persona tiene depresión no se trata de que no quiera animarse y prefiera quedarse en casa lamentándose, es que es algo interno, involuntario. Como todos sabréis comprende una amplia lista de síntomas entre los más comunes: apatía, tristeza, trastornos del sueño y de la comida, cansancio, dificultad de concentración, pensamientos negativos, y un largo y variado etcétera.
Cuando uno tiene depresión lo que menos quiere oír es "anímate y sal a dar un paseo, verás cómo se te pasa". No es verdad. Aunque pasear sienta muy bien no se te va a pasar así. Va a requerir mucho trabajo por tu parte y probablemente y depende del caso ayuda profesional.
Yo por mi parte ya he dado el paso y he empezado una terapia con una psicóloga. Tengo claro que no tiene una varita mágica y no me curará de un día para otro pero de momento después de probar cincuenta mil cosas sin éxito por mi cuenta ha sido la mejor idea que he tenido. No la conozco mucho pero parto de la base de depositar esperanza en ella como guía, sé que ayudará a arreglar el desastre. Aunque el trabajo lo tengo que hacer yo, eso lo sé. El problema es que ya he intentado tantas cosas yo sola que aunque tengo mucha voluntad no tengo ni idea de cómo empezar a arreglarlo. Por eso confío en ella.
Lo que llevo peor de todo es la extrema apatía que me domina. Parece increíble de creer que una persona hiperactiva y con imaginación como yo que siempre ando metida en tantas cosas que me faltan horas al día ahora mismo no haya nada -absolutamente nada- que despierte mi interés. Todo me es indiferente. Las cosas que antes me gustaban ahora no me dicen nada. Lo llevo fatal. Pero voy a poder con ello lo tengo muy claro. Hace mucho tiempo que aprendí que la mente es la peor enemiga del ser humano pero no es invencible, ella será muy cabrona pero nosotros tenemos la ciencia para ganarle la batalla. Por eso me gusta mucho leer y poner en práctica esos consejos tipo Elsa Punset que ayudan a reprogramar el cerebro. Cuando existe un problema de este tipo mucha gente se refugia en los libros de autoayuda, la religión, los grupos de autoayuda, los antidepresivos, etc yo apuesto por la ciencia. Y como para muestra un botón os dejo un vídeo del Dr. Mario Alonso Puig donde habla de la apatía, yo después de haberlo visto ya me siento más motivada:


No sé cómo voy a llevar este asunto que me dificulta tanto mi día a día, sé que voy a escribir sobre ello pero puede que no lo haga aquí porque lo que no quiero es volverme monotemática y esparcir mis malos rollos. Se me pasa por la cabeza la idea de abrir otro blog exclusivamente sobre la depresión e ir escribiendo sobre mis progresos y mis experimentos, pero todavía no lo tengo claro. De hecho, una de las grandes dificultades de esta mierda es que cualquier cosa por pequeña que sea se te hace un mundo llevarla a cabo. Pero ahora mismo estoy muy contenta porque escribir este post era una de esas "pequeñas" cosas que tanto me costaba y ya está hecho :)

Un abrazo enorme! (que siempre sienta bien!)

lunes, 22 de abril de 2013

Ya no necesito que a los demás les afecte tanto como a mí

Esta mañana he ido a caminar con una conocida. Es una ex-vecina (más amiga de mi madre que mía) pero nos vemos mucho, tenemos confianza y al comentarle que me gustaba ir a andar para hacer algo de ejercicio en seguida me propuso de ir hoy. 

La verdad es que no me ha gustado mucho el paseo: por un lado, los temas de conversación eran un poco forzados e incluso ha habido varios silencios (cosa que jamás me ha pasado con una amiga, jamás). Y por otro lado, no he hecho mucho ejercicio porque hemos paseado más bien y yo quería ir a andar rapidito para hacer ejercicio. Pero bueno, un día es un día, y no está todo perdido porque hace tiempo que aprendí que siempre se puede sacar algo positivo de cualquier situación. 


¿Queréis saber lo positivo de ésta?

Me he dado cuenta de que ya no tengo la necesidad de hacer a los demás tan partícipes de algo tanto como yo. Me explico: a veces me ocurre que algo me hace mucha ilusión, o he descubierto un método nuevo para algo, un sitio nuevo, un sitio horrible, lo que sea. Y entonces se lo digo a la gente que quiero o a los demás cuando surge el tema. Como por ejemplo cuando descubrí una gasolinera que estaba medio escondida en la zona industrial de mi pueblo y que tiene el combustible muchísimo más barato que el resto. O cuando me recomendaron un dentista y a parte de hacerme un destrozo se portó fatal. Me empeñé no sólo en decírselo a los demás, sino casi diría en convencerlos. Me puse tan pesada que casi les hubiera hecho jurar que a partir de aquel momento irían siempre a repostar a aquella gasolinera y que jamás pisarían la clínica dental de la que les hablé. Y lo mismo me solía pasar cuando algo me hacía mucha ilusión o me indignaba. Como cuando aprobé por fin la asignatura de Fonética Inglesa II en la carrera y daba saltos de alegría porque para mí era la asignatura más chunga de todas y no me creía capaz de aprobarla en la vida. Recuerdo que llegué a casa, se lo dije a mi madre y me cabreé porque sólo me dijo "muy bien hija, me alegro por ti". No era suficiente para mí, no entendía lo que aquello significaba. Era como si yo esperase luces, confetti, una pancarta y una orquesta en directo para celebrarlo ¡como mínimo! 

Situaciones así siempre me han hecho sentir mal. Siempre me he sentido como si los demás no sólo no me comprendieran sino que no les preocuparan mis cosas. 

¿Os ha pasado alguna vez?

Bueno, pues esta mañana, me he dado cuenta de que cada vez tengo más confianza en mí misma y me siento más cómoda y más a gusto disfrutando yo sola de las cosas. A ver, no es el otro extremo eh, no se trata de que ahora no comparta las cosas. Sino que simplemente muestro mi opinión y ya está. No insisto. Y sobretodo no me decepciono ni siento que no me escuchen o no le valoren mi aportación. 

Esta mañana, por ejemplo, íbamos hablando de diferentes temas y yo disentía: me decía que estaba matriculada en unas clases de pilates (carisísimas para mi bolsillo: 55€ dos clases) y que no estaba contenta pero que iba a seguir pagando y a aguantar hasta septiembre porque había pagado la matrícula (20€). A ver, yo creo que si no estás contenta con algo mejor no seguir porque al final le vas a coger manía. Y vaya tontería pagar por estar a disgusto. Sobretodo cuando el precio de la matrícula no es para tanto. Que no es lo mismo perder una matrícula de 20€ que una de 300€. Pues, ella prefería seguir su plan de pagar e ir a disgusto durante casi 4 meses más. Le he propuesto también que hablara con el responsable y le explicara por qué no está a gusto. Tampoco le ha parecido buena idea. Le he comentado que conozco un gimnasio que por 35€/mes puedes ir a hacer tantas clases como quieras y disfrutar de las instalaciones: piscina, fitness, pistas de diferentes deportes, etc. Tiene amplios horarios y está en nuestra ciudad. Pues nada. Su respuesta: "ya, si eso, en septiembre me lo recuerdas". Mi pensamiento "Sí, claro. Ahora me lo apunto en la agenda!" :P

No es mala persona pero es una mujer un poco... cabezona y gruñona. Así que, menos mal que me he dado cuenta de esto a mitad del paseo, porque luego han seguido surgiendo temas de los que se quejaba y yo le podía ofrecer alternativas que a mí me han funcionado. Así que me he limitado a comentarlas en plan "pues a mí me han funcionado esto", ella a rechazarlas todas y yo a seguir caminando y disfrutando del sol y de la playa sin ofenderme ni sentirme infravalorada. 

¡Qué gozada vencer tus malas costumbres y así poder disfrutar más de la vida!



Lo que más me satisface es darme cuenta una vez más de que voy evolucionando, voy aprendiendo de mis errores y corrigiendo las cosas que me hacen daño (y dependen de mí) para poder tener una mejor calidad de vida. Cada vez me conozco mejor a mí misma y sé qué cosas me funcionan, me gustan y me hacen feliz y me dedico a disfrutarlas. Yo sola. Porque son las cosas que a MÍ me van bien y no tiene porque cuadrarle a nadie más. Sólo a mí me encanta madrugar e ir a pasear por la playa mientras amanece, no tengo que convencer a nadie para que venga conmigo y se emocione lo mismo que yo. Me basta con mi compañía y mi felicidad. Esa necesidad de compartir con los demás se ha transformado en un sentimiento de disfrutar de MI vida. 

¿Os suele pasar esto a vosotros? ¿Alguna vez sentís que los demás no viven las cosas igual que vosotros y eso os hace daño? ¿También tenéis amigos con problemas solucionables que parece que no quieran solucionar y sólo quejarse de ellos?

martes, 9 de abril de 2013

Poniendo en práctica mis propios consejos

En el último post hablé de lo mucho que me había valido entender que hay cosas que no podemos cambiar pero sí la forma en que nos afectan. Pues bien, no sabéis cuánto me he repetido y he utilizado esta mentalidad en las últimas semanas. Han sido horrorosas pero por suerte, como todo en esta vida (como decía el cuento) ahora ya todo ha pasado. Os cuento:

 El mismo día que escribí el último post, por la noche, recibí una llamada de mi hermana. Tenéis que saber que está embarazada y vive a más de mil kilómetros de distancia. Llevaba varias semanas encontrándose mal, pero estaba en el primer trimestre de embarazo y todos pensábamos que poco a poco se le pasaría. Total que once de la noche sonó el teléfono: "Soy yo, no te asustes pero nos vamos para el hospital". ¡¿Quién no se asustaría verdad?! Llamé a mi madre y estuvimos esperando noticias, hasta que casi tres horas después nos envió un mensaje para decirnos que se quedaba ingresada. Eso quería decir que la cosa era grave. Así que respiré hondo y traté de mantener la calma, compramos un billete en el primer avión disponible y nos fuimos para allá. 

Estuvo ingresada diez días y la cosa no mejoraba, durante los dos últimos días le dieron dos ataques de ansiedad. A mi hermana, la persona más tranquila y pachorra que he conocido en mi vida. Si una sufre cuando está mala todos sabemos que el dolor se multiplica enormemente cuando el que está malo es un ser querido. Durante su estancia allí me inventé lo ininventable para distraerla, calmarla, entretenerla, acompañarla, etc. Los días se hacían eternos y las noches horribles, durmiendo en un sillón que te daba palizas en la espalda. Suerte que estaba mi madre y hacíamos turnos de 24h. Al final, consideraron enviarla a casa puesto que ya la habían hidratado y habían repuestos sus niveles de todo que estaban bajo mínimos cuando ingresó. Todo fue llegar a casa y empezar a mejorar poco a poco. Pero aún así decidí quedarme con ella hasta que se recuperara del todo. Tiempo total fuera de mi casa: casi un mes. En mi vida he estado tanto tiempo fuera de casa, no me gusta mucho viajar pero esta vez no se trataba de placer sino de necesidad.

De vuelta a casa llegué agotada física y mentalmente de todos los nervios y la tensión que había estado aguantando. Así que saludé a mi chico y a mis gatos y fui a hacer la compra para no tener que salir en unos días de casa y poder descansar. Eso creía yo.

Al día siguiente cuando me levanté mi gato estaba muy enfermo. Nos fuimos corriendo al veterinario y se quedó ingresado. Estaba muy débil. Me esperé lo peor. No dejé de llorar durante los tres días que estuvo ingresado y fui a verle en un par de ratitos. El tercer día me dejaron traermelo a casa por la noche a ver si comía porque estaba más chafado que el día anterior. Estuvo en casa durmiendo a mi lado durante casi tres horas, después se puso malísimo. Yo sabía que había llegado el final, me costaba muchísimo creérmelo porque habíamos pasado 17 años juntos y era el amor de mi vida. Pero tuve que llevarlo corriendo al veterinario. Lo envolví en su manta favorita y estuve hablándole y cantándole durante el trayecto al veterinario. Me despedí de él. En cuanto abrió la puerta el veterinario le pedí que lo durmiera sin perder un segundo. Y así fue. La decisión más dura que he tomado en mi vida. Siempre pensé que no sería capaz. Pero cuando quieres tantísimo a alguien y le ves sufrir haces lo que esté en tu mano con tal de evitarle un segundo más de sufrimiendo, aunque lo que tengas que hacer sea apartarle de ti para siempre. En cuanto se durmió me inundó una sensación de paz. Mi peor pesadilla siempre había sido que muriera en mi casa agonizando y con dolor, pero durmió ronroneando. Se lo comenté a la veterinaria antes de pincharle y me dijo que seguramente eran problemas respiratorios pero al oscultarle me confirmó extrañada que efectivamente estaba ronroneando. Así que sé que murió en paz, feliz y lleno de amor. No sabéis cuánto le echo de menos. Mi gato no era un gato corriente. Sé que eso lo decimos todos de nuestras mascotas. Pero a lo que me refiero es que para ser un gato no se comportaba como tal: le encantaba que le cogieran en brazos, te rodeaba con sus patas el cuello y se pegaba a ti ronroneando, me lamía la nariz (eran sus besitos), a la hora de la siesta se metía debajo de la sábana y se pegaba a mí poniendo siempre su pata en mi mejilla, siempre estaba donde yo estuviera y si me ponía mala nunca se despegaba de mi cama. Con los años había aprendido el significado de muchas frases y era él único que siempre supo consolarme y llenarme de cariño en todo momento. Más de una vez ha sido mi único motivo para seguir adelante y todos estos gestos de cariño sólo los tenía conmigo. No le gustaba mucho el resto de la gente. Lo dicho, ha sido el amor de mi vida. Puede sonar erróneo o egoísta pero no he querido a nadie (ni siquiera a mi familia) tanto como he querido a ese gato. Y le echo muchísimo de menos cada día porque era un escandaloso y un charlatán y se pasaba el día maullando contándome cosas. Ahora la casa está vacía. Está la otra gata pero ella es discreta, silenciosa y más "gata": sólo viene cuando a ella le interesa. 

Después de que muriera empezó a entrarme el pánico por mi gata y la llevé a hacerle un chequeo completo. Estaba muy preocupada porque él no mostró ningún síntoma a pesar de que al parecer llevaba mucho tiempo enfermo. No lo sospechaba en abosluto porque a sus casi 17 años seguía corriendo, jugando y montando a la gata tres veces al día. Así que sentí la necesidad de asegurarme de que ella estaba sana. Por suerte está como una rosa (tiene 10 años). Qué peso me quité de encima, dos días pegada al teléfono esperando los resultados de sus análisis. Menos mal. Ahora ya está lista para recibir al nuevo cachorrito que estamos esperando para finales de esta semana. Nunca he tenido ninguna duda en este tema. Minok estuvo solo durante siete años y se convirtió en un gato-mueble, hasta que llegó Sort a casa (que tenía dos meses) y ella le rejuveneció, le cuidó y le cambió la vida. Mi mejor recomendación si tenéis un gato es que adoptéis un compañero. De este modo ellos se cuidan, se hacen compañía, hacen ejercicio (algo fundamental para su salud) con sus juegos y cuando tú no estás en casa ellos están bien, porque están acompañados. 

Y esto ha sido un poco en resumen lo principal que ha ocurrido en mi vida estas semanas. Y unas cuantas cosillas más que ya contaré otro día. Pero he conseguido sobrevivir a ello, he estado muy triste, preocupada y agobiada pero he logrado mantener la calma en todo momento. Y todo gracias a mi nueva manera de tomarme las cosas. Mi hermana y mi gato: dos de los seres vivos que más quiero en mi vida y los dos gravísimos. Yo no podía hacer más que lo hice y eso me tranquilizaba. No podía curarles. Sólo podía estar ahí para ellos y hacerles lo más llevadero posible su mal trago. Si me hubiera ocurrido hace años me habría desesperado, me habría hundido y probablemente habría sufrido algún que otro ataque de ansiedad. Pero, lo importante es que ahora sé que no puedo evitar las cosas que ocurren sólo puedo controlar el modo en que me afectan y aunque era tentador perder los nervios y desfogarse creo que fui más inteligente y altruista al mantener la calma y ofrecerles mi amor. 

Ahora mismo me siento muy triste porque busco a mi gato a cada momento, tengo la sensación de que está durmiendo en otra habitación y de que en cualquier instante aparecerá por la puerta y vendrá a rascarme para que le coja en brazos y le de besos. Estas sensaciones son habituales cuando muere alguien, a tu cerebro le cuesta interiorizarlo y siempre piensas que aparecerá en cualquier momento. Con el tiempo esa sensación es cada vez menos frecuente. Pero a la vez que triste me siento feliz y sobretodo en paz. No he conocido en la vida un gato más feliz y con el pelo más brillante que el mío. Ha vivido como un rey y ha tenido una calidad de vida del 100% hasta el último día, y he decidido quedarme con eso. Nadie se merece verse incapaz o depender de los demás, nadie debería presenciar cómo su vida se va apagando poco a poco sin poder hacer nada al respecto. Por suerte con los animales la eutanasia es legal y, en mi opinión, es el mejor regalo que le puedes hacer a tu mascota para agradecerle tantos años de alegrías: un final digno y relajado, sin dolor. 

Tengo que deciros que me ha costado muchos días escribir todo esto, sabía que necesitaba desahogarme y contarlo pero me costaba mucho sacarlo. He llorado mucho mientras escribía. Para aquellos que tengáis mascotas, si alguna vez os véis en la triste situación que yo me ví en la que tienes que decidir que "dormir" a tu amigo es la mejor opción, os diré algo que yo no sabía y que siempre me había preguntado cómo sería. Al menos os cuento que en mi caso fue así: primero le pusieron un valium para calmarle, luego le anestesiaron y se quedó dormidito y finalmente le pusieron la inyección letal. Así que en mi opinión no es nada agresivo, lo hacen de una manera en la que el animal se va tranquilo y relajado. Yo nunca me había atrevido a preguntarlo, pero siempre había pensado que era algo bestia y que le ponían una inyección a saco y caía desplomado (mente peliculera, lo sé). Pero por suerte no es así, al menos en este caso no lo fue.

Finalmente, deciros que a partir de ahora y durante unos meses voy a daros la lata más a menudo. Tengo tantas cosas en la cabeza y tantos temas pendientes que resolver que se juntan con todo el cansancio que llevo arrastrando estas semanas que he decidido dejar las clases. Puede sonar altivo y descerebrado que deje de percibir mi fuente de ingresos en los días que corren. Sin embargo, es una cuestión de salud. No me sobra el dinero, de hecho vamos más bien justitos. Pero necesito un descanso. Han sido experiencias muy fuertes y todavía no lo he echado. Bueno, parece que mi cuerpo está empezando porque hace dos días tenía un dolor tan fuerte en la espalda que tuve que ir al médico: contractura del trapecio (¡no sabéis lo que duele!). Probablemente motivada por la ansiedad. Es curioso, siempre he asociado ansiedad con taquicardías, hiperventilación, nerviosismo, etc. Pero al parecer tiene muchas formas de manifestarse. Por suerte, el cuerpo es sabio y te avisa. Y el mío me ha dicho "¡basta! ¡frena!". Y por una vez le voy a hacer caso.

Esta es una de las últimas fotos que le hice a Minok, y aunque en la foto no se aprecia igual, ¡mirad cómo le brilla el pelo! :)