lunes, 22 de diciembre de 2008

Mi día favorito del año

Para la mayoría de las personas el día de su cumpleaños es su día favorito o especial del año. Para mí no. No me gusta mucho el día de mi cumpleaños porque inevitablemente ese día todo el mundo está demasiado “raro” conmigo y lo peor es que soy el centro de atención –cosa que odio- y la única que recibe regalos. Por ese motivo mi día favorito del año es el día 6 de Enero, bueno, el transcurso entre el día 5 y el día 6. En casa siempre me dicen que me van a regalar una noche de hotel para esa noche al año siguiente a ver si así les dejo en paz. Y es que no puedo, es superior a mí. Me encantan los Reyes… es la culminación de un proceso que ha durado todo el año.

Para mí todo empieza la misma mañana del día 6, porque cuando se produce el intercambio de regalos también surgen algunos comentarios tipo “¡qué bonito! Sólo me falta…” o “Jolín, ahora voy a tener que comprarme….”. Y es entonces cuando me transformo sin que nadie se de cuenta en lo que ellos llaman la niña de la libreta, porque tengo una libretita donde voy tomando nota durante todo el año de todo lo que a los demás les hace ilusión, necesitan o les ha suscitado una sonrisa. Por eso me encanta ir de compras (sobretodo cuando tengo dinero!) porque siempre tengo al menos un regalo por persona seguro que sé que les va a hacer ilusión. Y es aproximadamente sobre estas fechas cuando me pongo con mis listas de regalos: una lista de las cosas para cada uno, otra lista sobre dónde comprar esas cosas para ahorrar tiempo y viajes, otra lista con los cómplices para los regalos grandes, etc. Y así ando, plagada de listas, porque como memoria no tengo pues tengo que tirar de papel y lápiz. Pero la lista que más me hace ilusión es la que cuelgo en la nevera con los nombres de todos. Es como una carta común y abierta de reyes de cada uno. Cuando éramos pequeños todos escribíamos a los Reyes Magos pero de mayores por desilusión, falta de ganas o según dicen “madurez” se pierde esa costumbre. ¿Y entonces que pasa? Pues que alguien que se ha dejado la cabeza para averiguar qué te puede hacer ilusión no ha dado en el clavo, o te ha regalado algo que ya tenías o simplemente no se molesta en pensar y te da dinero con la excusa de que no sabe lo que te gusta. Y eso es lo peor, lo más triste, que te den dinero. Porque cuando todos nos hacemos adultos todos ganamos nuestro dinerito y nos compramos nuestros caprichitos cuando queremos y cuando nos dan dinero para colmo casi nunca nos lo gastamos en nosotros. A mí me gusta hacer regalos a los demás porque para mí es una forma de demostrarles que no sólo les quiero sino que también les conozco y me preocupo de saber lo que les gusta y les ilusiona. Cierto es que se me va la olla y al final acabo con una factura que convierte la cuesta de enero en el Everest pero… para mí es el dinero mejor gastado del año: todo queda invertido en la sonrisa de mis seres queridos. Y eso, eso no tiene precio. Mucha gente se queja de que se dejan una pasta en regalos, a veces lo que le hace ilusión al otro no cuesta tanto o te puedes poner un presupuesto y amoldarte a tus circunstancias pero yo lo que recomiendo es ir apartando un poquito cada mes para tener una hucha que rompare en navidad y no llevarse ningún disgusto con las tarjetas de crédito. Me pone de mala leche cuando alguien me dice que no se puede permitir tener un detalle con el otro o cuando me dice que no sabe que regalarle a otro o cuando dejan las compras para última hora y no queda nada donde elegir o cuando dicen que van a regalar dinero. Me saca de mis casillas. En fin, yo lo intento pero tampoco puedo convertirlo en una dictadura así que al final acabo siendo el cerebrito de la mayoría de los regalos que unos se hacen a otros y a parte de los míos. Ahora eso sí, lo que no soporto es que para vengarse de lo latosa que me pongo se pasan los días cotilleando por lo bajito de mis supuestos regalos ¡aaarghhh! Eso si que no! Pero bueno, esto también forma parte de la tradición, como el roscón de reyes con el haba y el rey :) Si os apetece leer sobre las tradiciones de navidad os dejo esta web para que le echéis un vistazo: http://www.uam.es/personal_pdi/ciencias/depaz/mendoza/belen.htm

¿Qué pensáis vosotros de Los Reyes o Papá Noel? ¿Cuál es vuestro día favorito del año?


jueves, 18 de diciembre de 2008

¿Una situación dificil? ¿Un momento de paz? Léelo.

Cuenta una antigua leyenda que, en la Edad Media, un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer.En realidad, el verdadero autor del asesinato era una persona muy influyente en el reino y, por eso, desde el primer momento se procuró un"chivo expiatorio", para encubrir al culpable.El hombre fue llevado a juicio ya sabiendo que no tendría oportunidad deescapar al terrible veredicto: la horca. El Juez, también compinchado,cuidó no obstante de dartodo el aspecto de un juicio justo y, por ello, dijo al acusado:
- Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino: Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente.Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino.

Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: culpable.Y la pobre víctima, aun sin conocer los detalles, se daba cuenta que elsistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados.Éste respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos conlos ojos cerrados y, cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y, con unaextraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a la boca lo engulló rápidamente. Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente...

- Pero, ¿qué hizo...?. ¿Y ahora...?. ¿Cómo vamos a saber el veredicto?.
- Es muy sencillo- respondió el hombre. Es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué.

Con rezongos y enojo mal disimulados, debieron liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo...


Moraleja: Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejes de buscar la salida ni de luchar hasta el ultimo momento. Cuando todo parezca perdido, usa la imaginación.

"En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento" (Albert Einstein).

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La canción más romántica del mundo

Cada uno tiene sus gustos. A mí me encanta la música, sobretodo la que tiene letra que puedo entender. La que me transmite. Hay montones de canciones con significados especiales para mí pero si tuviera que elegir la que contiene el mensaje más romántico que jamás he oído me quedaría con esta:

Una foto en blanco y negro

Solamente oír tu voz

Ver tu foto en blanco y negro

Recorrer esa ciudad
Yo ya me muero de amor
Ver la vida sin reloj 
Y contarte mis secretos
No saber ya si besarte 
O esperar que salga solo 
Y vivir así.. 
yo quiero vivir así 
Ni siquiera sé si sientes tú lo mismo
Me desperté soñando
Que estaba a tu lado 
Y me quedé pensando 
Qué tienen esas manos
Sé que no es el momento 
Para que pase algo 
QUIERO VOLVERTE A VER 
Quiero volverte a ver 
Quiero volverte a ver 
Y me siento como un niño 
Imaginándome contigo 
Como si hubiéramos ganado 
Por habernos conocido  
Esta sensación extraña 
Que hoy se adueña de mi cara 
Juega con esa sonrisa 
Dibujándola a sus anchas  
Y vivir así.. yo quiero vivir así
Ni siquiera sé si sientes tú lo mismo 
 
 El canto del Loco

Para mí no hay mensaje más bonito que el que transmite esa sensación de
haber ganado,de haberle ganado a la vida, de haber conseguido lo más
importante simplemente por haber conocido el amor. Qué bonito cuando
amas y te sientes amado y conservas la esencia de la magia que te unió a
esa persona día a día a través de pequeños detalles, miradas,
gestos cariñosos, … Solamente por haberte conocido TODO
ha merecido la pena :)
 
¿Cuál es para vosotros la canción más romántica del mundo?

sábado, 6 de diciembre de 2008

Piratería y legalidad

Es muy fácil decir que uno está en contra de la piratería y del top manta -sobretodo bajo la excusa super fashion de que explotan a los pobrecillos que están en la calle vendiendo- la mayoría opta por defender esta causa incidiendo en el derecho de autoría de los artistas y todo ese rollo. Lo más fácil es destruir todo el material y hacerlo ilegal culpando al comprador, cuando estoy segura de que si curioseásemos en la casa de más de un defensor de esta idea encontraríamos algún que otro cd pirata... pero paremos por un momento la batalla y pensemos en las causas: ¿por qué creen que la gente compra cd's piratas? ¿quizá porque les queda más cerca que El Corte inglés? ¿por hacerle un favor al pobre inmigrante sin papeles que están explotando y así permitirle comer ese día? ¿porque toca más la moral que el reproductor te joda un original que una copia? ¿porque quieres escuchar la música de determinado cantante sin contribuir a su inmensa fortuna? Yo creo que no. En mi opinión la aparición de la piratería nació del bando contrario porque seamos realistas, ¿alguien cree adecuado el precio de un cd original? Porque yo, particularmente, lo encuentro desorbitado (entre 20-30€ por cd). Entiendo que crear un cd conlleva unos gastos de producción que deben cubrirse y al mismo tiempo procurar beneficios para que el negocio sea fructífero pero sinceramente opino que por la mitad del precio actual o un poquito más se puede conseguir todo eso y que además se aumenten las ventas y se permita el acceso de más músicos que merecen una oportunidad. Opino que ambas partes saldrían ganando puesto que la discográfica obtendría sus beneficios y el cliente podría disfrutar de sus artistas favoritos contribuyendo a que estos pudieran grabar más discos. No todo el mundo puede permitirse comprarse un cd siempre que quiere o incluso el cd que quiere porque algunos no gozamos de un sueldo decente (ese ya es otro tema). Ocurre a veces que un grupo consigue grabar un disco y no tiene todo el éxito que se esperaba; sin embargo, llena los conciertos (sobre todo si son gratuitos) y disfruta del calor de sus fans y el placer de escuchar la canción que ha compuesto en boca de miles de personas y lamentablemente no puede seguir adelante porque la venta de discos no ha cumplido las expectativas aunque su canción suene en coches, casas, locales, y miles de bocas. Esto ocurre porque el cd pirata ha eclipsado al original y debido a ello dichos músicos no pueden cumplir su sueño y abandonan sus carreras profesionales volviendo a los garitos de barrio y a la intimidad. Este cuento podría tener un final feliz equilibrando la balanza y poniendo al alcance de cualquier bolsillo la adquisición de un original. Y es que cuando uno compra un cd de música quiere escuchar música así que todo ese rollo del librito con las fotos y demás se lo podrían ahorrar porque eso es lo que encarece el cd: el marketing. A mi me da igual la pinta del cantante, cuando meto el cd en el reproductor lo que quiero es escuchar su música así que si vendieran cd’s con la música, una portada con el título del disco y una carátula trasera con el título de las canciones seguro que se rebajarían muchísimo los costes y la batalla llegaría a su fin. Entiendo que si te gusta mucho un cantante y quieres verlo entonces te puedes comprar el dvd musical y eso no lo veo mal que lo pongan más caro, ahí si que pueden meter más marketing pero es que tal y como están las cosas entre que por un lado casi cualquiera puede grabar un disco y el mercado se plaga de recién llegados y que dicho disco vale una fortuna cualquier se compra un cd original! Los sueldos no dan para tanto, así que la mayoría de la gente opta por descargarse la música a través de la red y si entonces les gusta mucho (y se lo pueden permitir) se compran el cd, porque van a tiro hecho. No sé, es mi opinión pero se aceptan otras alternativas.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Indiana Jones no tenía miedo

Hay personas que viajan por todo el mundo (cambiando de trabajos, viviendo de becas, siguiendo amores pasajeros, etc) que nunca tienen residencia fija ni trabajo estable y se pasan la vida conociendo gente nueva y viviendo nuevas experiencias a diario. Hay otras personas, sin embargo, que en mayor o menor grado se pasan la vida acongojadas en una esquina temiendo cualquier pequeño cambio en su rutina diaria y con el corazón en un puño suspirando sólo de pensar qué desgracias podría traer el futuro. Sus vidas están llenas de miedo, rutina y quejas sobre lo uno o lo otro. Yo personalmente suelo ser una de las covardicas enganchadas a la seguridad con la que me arropa el manto de mi rutina. A veces tengo la suerte de conocer personas del primer grupo que me regalan energía y ganas de vivir sin miedo. Poco a poco voy aprendiendo a ser más valiente y aventurera, a ver la oportunidad de aprender de la crisis y tomarme lo nuevo como un reto excitante lleno de aventuras, aprendizaje y obstáculos por sortear. Porque un cambio no es otra cosa que eso, un cambio, no necesariamente tiene que venir apegado a esa horrible y negativa acepción de "mal rollo" con el que la sociedad le ha teñido hoy en día. Evoco en mis pensamientos a los grandes superhéroes y aventureros al estilo Indiana Jones y no me los imagino llenos de miedo por coger un avión y largarse a empezar desde cero, por cambiar un trabajo asqueroso por uno vocacional después de conseguir un puesto fijo o por tener la suficiente entereza para hacer realidad sus sueños. Cuando conozco a personas como mi amiga Vero de la uni que va viviendo un año acá y otro allá terminando la carrera y realizando montones de diferentes trabajos, sola, con su mochila y su portátil me siento como si hubiera conocido a una especie de aventurera de película. Imagino el miedo y la ansiedad que representaría para mi separarme de mi familia y mi país para irme a vivir a otro lugar a la aventura y lo comparo con el entusiasmo y la ilusión con que lo encara ella y me da envidia sana. Por eso, hace poco que he puesto en práctica eso de calzarme el sombrero y el látigo a lo Dr.Jones con tal de cargarme cualquier malo-malote o pedrusco gigante que me impida conseguir mis sueños. Al fin y al cabo, ¿qué es lo peor que puede pasar?

El temor es el resultado de la idea prejuiciosa de que uno no va a poder afrontar lo que se avecina. (J. Bucay)