viernes, 27 de junio de 2008

Un ejemplo mítico

Cinco palabras: U2, With or without you una de las canciones más escuchadas en todos los rincones del planeta en diversas situaciones. Perfecta para cuando te apoyas en la ventana a mirar la lluvia mientras recuerdas algo pasado, normalmente para cuando echas de menos a alguien o algo (bonito pero peliculero, lo sé, ¿pero qué queréis? yo soy así, me gusta pensar que mi vida es una película que va cambiando de género según el momento). También muy recurrente en esos momentos tontos que tenemos los enamorados en los que nos embobamos a pensar en nuestra pareja mientras miramos hacia ninguna parte, porque en realidad estamos tan ausentes que miremos lo que miremos no vemos nada…
Esta mañana ha caído un chaparrón veraniego de esos que te hace extrañar la romántica lluvía de invierno y me he acordado de esta canción. Siempre que llueve la escucharía, eso sí, ya aprendí hace tiempo que la mayoría de compositores anglosajones se guían más por el sonido que por el significado así que si de verdad os gusta la canción dejaros llevar por su melodía sin ponerle demasiada atención a la letra (pierde su encanto).


miércoles, 25 de junio de 2008

Sopa ¿amarilla?

Es curioso lo que hace la educación y las costumbres de cada uno. Hay cosas que para ti son absolutamente normales porque las has vivido así desde pequeño en tu núcleo familiar y cuando visitas otros núcleos te sorprende la normalidad ajena (por llamarlo de alguna manera). Por ejemplo, en mi casa –no me preguntéis por qué- siempre que se hace sopa se le echa un poco de colorante anaranjado que la deja completamente amarilla. Yo he tomado sopa amarilla desde que tengo uso de razón. Pues bien, ahí estaba yo tan feliz en mi ignorancia hasta que un día invité a comer a una amiga y cuando vió la sopa amarilla… ¡pensó que le había servido sopa radiactiva!. La pobre se quedó de piedra y empezó a hacerme un montón de preguntas mientras yo terminaba de servir la mesa hasta que por fin me explicó que la sopa de toda la vida era blanca. Y yo empeñada en que la confundida era ella, y que la sopa desde siempre se sirve amarilla, con colorante al igual que la paella. Incluso me escudé en ese ejemplo y le pedí explicaciones sobre si alguna vez había visto una paella blanca. Al final, nos echamos a reír y decidí preguntarle a mi madre el motivo por el cuál en casa se tomaba la sopa amarilla. Pero me quedé con la curiosidad, porque mi madre lo había heredado de la suya y nunca le había llamado la atención lo suficiente como para preguntarlo. Sin embargo, me contó una anécdota de cuando yo era pequeña: resulta que nos fuímos de vacaciones con otro matrimonio amigo y alquilaron un apartamento, con lo cuál se compraron las cosas justas y necesarias para consumir aquellos pocos días de vacaciones y por supuesto no compraron colorante. Según me contó mi madre armé todo un follón cuando me sirvieron con toda naturalidad del mundo un plato de sopa blanca e incluso llegué a decirles que la sopa estaba mala. La verdad es que yo no recuerdo muy bien aquella anécdota, pero en vistas de mi cabezonería y lo contestona que siempre he sido… me lo creo. A partir de entonces siempre que invito a alguien a tomar sopa en casa, le pregunto si la sopa la quiere amarilla o blanca.

Todo este tema me lleva a pensar sobre las costumbres que tenemos en nuestras cosas y que difieren de las demás. Este es un tema que hemos comentado a menudo mi chico y yo, en nuestro caso encontramos numerosas diferencias que para uno son normales y para el otro son cosas de extraterrestres, ejemplo: en mi casa tenemos la costumbre de desconectar de la electricidad todos los aparatos tecnológicos antes de irnos a dormir debido a las fuertes y continuas subidas de tensión que ya nos han fastidiado más de una cosa alguna vez, también tenemos la costumbre de bajar las persianas por la noche (sobretodo la del comedor), además cuando va anocheciendo y la luz solar disminuye encendemos el fluorescente de la cocina y ya no se apaga hasta que el último se va a la cama (el motivo es que encender y apagar un fluorescente produce más gasto que dejarlo encendido todo el tiempo). Otra de nuestras costumbres es tener la nevera llena de papelitos con teléfonos, notas y sobretodo uno con la lista de la compra actual donde cada uno va apuntando lo que necesita que se compre, lo cual nos lleva a la siguiente costumbre: la nevera a tope. En casa todos tenemos horarios algo apretados, por lo tanto solemos ir al super a hacer una gran compra cuando es necesario. Como vamos a comprar una vez cada 7-10días cuando compramos yogures no traemos seis, sino doce o dieciocho porque tenemos en cuenta cuántos somos y hasta cuándo tienen que durar. Por eso cuando venimos de comprar tenemos que jugar al tetris para que todo quepa en la nevera. De igual manera cuando compramos carne la empaquetamos en paquetes individuales que luego se congelan y quedan listos para descongelar cuando sean necesario. Pues bien, en mi casa las cosas siempre han sido así y me parece lo más normal del mundo pero me doy cuenta de que lo que a mí me parece normal a otros les parece inimaginable. En casa de mi chico por ejemplo en la nevera siempre hay espacio porque tienen otras costumbres. Como mi suegra trabaja de tardes suele ir a comprar lo que va haciendo falta a diario y como va ella sola y le gusta comprar las cosas frescas pues es de las que compra seis yogures y ya no vuelve a pensar en yogures hasta la semana siguiente. Así que lo habitual en su casa es abrir la nevera y saber de qué color es el fondo. Tengo que decir que igual de desconcertado se queda él cuando abre la nevera de mi casa que cuando abro yo la de la suya. Aunque si tengo que elegir… siempre apetece más tener más donde elegir ¿no? Pero su nevera no sólo se diferencia de la mía en el interior, no, por fuera también se sabe de qué color es. Rara vez hay algún papelito colgado, tan sólo bonitos imanes y un bloc de notas que yo les regalé y que no tienen costumbre de usar. Sin embargo, lo que más me choca es la costumbre que tienen en su casa de cerrar la llave de paso del agua antes de acostarse. Es algo que a mí me parece rarísimo. Cuando le pregunté a mi chico sobre ello me comentó que casi se les inunda dos veces la casa por la noche y que desde entonces prefieren cerrar el agua. Yo discuto con él y le digo que a todos se nos ha reventado un flexo alguna vez y que no es algo habitual, pero él me insiste en que las tuberías tienen más presión por la noche y son más susceptibles de ocasionar daños de los que tocan las narices sobretodo si ocurren a las cuatro de la madruga. En fin, ahí estamos él y yo en eterno debate sobre lo absurdo que me parece a mí que cierren el agua en su casa por la noche y lo absurdo que le parece a él que desconectemos la electricidad de los aparatos tecnólogicos en la mía. ¿Y vosotros qué?¿Qué costumbres normales o anormales habéis descubierto en vuestras casas y en las de los demás?

domingo, 22 de junio de 2008

Cuánto significa tu pareja

Cuando un hombre ama a una mujer

"Mi mujer es una alcohólica. La mejor persona que he conocido. Tiene 600 clases distintas de sonrisas..., todas te iluminan la vida. Pueden hacerte reír a carcajadas. Así, sin más. Pueden hacerte incluso llorar. Así, sin más. Y eso sólo sus sonrisas".




"Tenemos una buena vida, una vida genial. Pregúntate qué falta en nuestra vida que puedas comprar con dinero".

Inmersión letal

jueves, 19 de junio de 2008

Ir a comprar ropa: una prueba de autoestima

Hace más de un año que leyendo un periódico local encontré un artículo que hablaba de un tema que yo ya hacía tiempo que observaba y que parece que nos pasa a todos: usamos varias tallas a la vez. Yo por ejemplo tengo actualmente en mi armario tres tallas distintas de pantalones. Al medirlos todo miden lo mismo pero lo que marca la etiqueta es lo que varía y esto me saca de mis casillas. Es por cosas como ésta por las que odio ir a comprar ropa, porque si tengo un mal día vuelvo a casa hundida. Si cojo la talla menor de mi armario en la tienda y no me entra me cabrea, pero cojo la siguiente y cuando veo que tampoco me entra es cuando me entra una mala leche que me dan ganas de montar una convención de tunos debajo de la ventana del puñetero diseñador. Y es que…¿esto a quién le beneficia? Porque a todas por igual nos ponen de mala leche estas cosas, yo cuando cojo la 42 y no me entra y al final consigo entrar en una 46 me subo por las paredes. Pero es que yo aún he aceptado que me sobran unos kilitos, pero ¿y esas pobres chicas que suelen calzarse una 36 y de repente comprueban que han acabado embutiéndose en una 40? Esas sí que se suben por las paredes y por las lámparas a modo de spiderman.Y es que resulta que a partir de la talla 44 empieza a haber problemas para comprar ropa. En muchas tiendas ves que todo llega a la 44 y “con suerte” hay un apartado donde pone “tallas especiales” que están las tallas de la 46 a la 50. ¡¿Especiales?! ¡¿Cómo que especiales?! ¡¿Especiales por qué?! ¿Qué significa exactamente “especial”? Pues para entendernos, lo que nos quieren decir es “para gordas” a modo de sinónimo de “las que no tienen derecho a ir a la moda o estar guapas”. ¿O si no por qué coño ves los escaparates repletos de maniquíes que muestran una imagen insalubre donde apenas hay lugar para las costillas, no existen las curvas y por supuesto si se convirtieran en personas ni qué decir tenemos de los montones de problemas de salud que tendrían? Y lo malo de todo es que somos animales de costumbres y aunque algo nos fastidie seguimos tragando y al final forma parte de la normalidad y cuando ves la prenda en el maniquí sonríes y vas corriendo a buscar una de tu talla y cuando te miras tú en el espejo… te queda mal. Pues no. No es que te quede mal, es que no te queda como al maniquí por una razón muy sencilla: el maniquí no está hecho a imagen y semejanza del cuerpo humano y mucho menos del cuerpo femenino y mucho menos del latino (¡qué somos las reinas de las curvas!). Y entonces te cabreas, te deprimes y te vas a tu casa y te castigas sin cenar porque de repente… te ves gorda. ¡Claro! ¡Al lado del maniquí cualquiera está gorda! Con todo esto no quiero decir que las chicas que usan la 36 no tengan derecho a usarla o tengan problemas de salud, ni muchísimo menos. De hecho conozco a más de una con una talla 36 que no se priva de nada a la hora de comer, pero eso si, tiene una suerte divina con su metabolismo y su constitución. Desgraciadamente, lo que más abunda no es este tipo de mujer si no todo lo contrario. Recuerdo una anécdota que me pasó hace poco en las últimas rebajas de verano: yo siempre he ido a las rebajas con mi hermana pero este año, como mi hermana no estaba decidí ir con mi novio. Bueno, para empezar imaginaros la cara de susto que puso el pobre cuando vio aquella gran multitud de chicas como locas de un lado a otro de las tiendas. Al principio se alegró porque vio a algunos hombres con ellas y se sintió en sintonía pero en seguida cambió de ánimo cuando se dio cuenta de que los hombres eran utilizados como percheros ambulantes y parecía que hubieran estado entrenando con las pesas todo el año para tener unos brazos lo suficientemente fuertes que pudieran soportar aquel montón de ropa que la novia les colocaba encima. Bueno, la historia es que el día anterior estuvo dándome la tabarra para que fuéramos a comprar al otro día y así evitar el montón de gente pero yo le dije que ni de coña, que eso era una locura. Y entonces él me dijo “¿por qué? ¿es que piensas que te vas a quedar sin ropa en un día?” y yo le contesté “sin ropa no, pero sin talla si”. Fue entonces cuando le expliqué que lo que siempre sobra es la talla 36, 38 y algunas de la 40 pero que la mayoría de la población femenina empieza en la talla 42 y eso vuela. Me puso algunos reparos, pero al día siguiente tuvimos opción de corroborar mi teoría, en algunos apartados era como si solo vendieran de la 36 a la 40 porque no había ni un ejemplar superior disponible. Para que luego nos cuelguen el cartelito de “especiales” tiene narices… En fin, he intentado escanear el artículo que mencioné al principio pero como no tenía mucha calidad he decidido transcribirlo por si a alguien le llama la curiosidad leerlo, aquí os lo dejo:

Cuando la ropa no da la talla

En Europa no existe ninguna ley que regule las tallas. Las medidas de las prendas de vestir no están unificadas, ni en nuestro país, ni en el resto de Europa, ya que no existe en la actualidad ninguna reglamentación ni organismo oficial que los regule y estandarice. Hay un condicionamiento, y es el que existe a la hora de ir a comprar y que conlleva distintos problemas, sobre todo en lo que respecta a la moda del vestir femenino, mucho más cuando se requiere vestir acorde con las tendencias que marca la moda.

Este polémico tema de las tallas y a en el año 1992 fue tema de debate en el Senado del Estado, sobre todo al verse incrementada la incidencia de la anorexia y la bulimia… Después de ocho meses de reuniones se acordaron, entre otros puntos y pro unanimidad, las siguientes medidas políticas y legislativas:

- La obligatoriedad de las industrias fabricantes de moda en la normalización de las tallas, con objeto de evitar el desconcierto del comprador ante la diversidad de medidas dentro de una misma talla, según quien sea el fabricante.

- Que las tiendas ofrezcan variedad de tallas, y no pretendan imponer la talla 36, número con el cual los diseñadores por lo general empiezan su producción…

- Que la sociedad se conciencie de que el vestir a la moda no es cuestión de tallas, así como de la necesidad de priorizar los valores internos frente a la imagen externa…

Pese a estas medidas, hoy, según fuentes del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, no existe ninguna orden ministerial ni de otro tipo que regule oficialmente el tallaje de las prendas. Esto mismo ocurre en la Unión Europea. Y aunque el Comité Europeo de Normalización esté interesado y trabajando por la homogenización de este apartado en el vestir, informan que no es tarea fácil, ya que los estudios antropométricos revelan que las personas que formamos la población europea somos muy diferentes.

Todo ello nos da en resumen una batalla perdida, de la que todos dicen estar de acuerdo en normalizar tallas, pero lo dicen en voz muy baja, ya que saldrían perjudicados, pues nadie quiere perder ventas. No se puede olvidar el factor psicológico que juegan las tallas en la venta de prendas de vestir, sobre todo en el sector femenino. A este respecto no es nada extraño comprobar cómo algunas mujeres cuando se prueban una prenda comprueban, aunque ésta les sienten bien, que es una talla mayor a la que usaban, se indignen y se vayan sin comprar. Por ello se fabrican prendas con tallaje de numeración trucada, con ello quiero decir que cada fabricante tiene sus trucos y sus tácticas.

Pedro Farré

LA PRENSA, nº23 Enero 2006

Castelldefels, Año 4 nº47

miércoles, 18 de junio de 2008

Pensando en más de un amigo le diría..

Eres una iglesia abandonada: no tienes cura ni arreglo :P

Cuenta Conmigo, Jorge Bucay

lunes, 16 de junio de 2008

Respuestas graciosas de exámenes

No tiene desperdicio:

Este es un correo que ha sido escrito por un profesor de la E.S.O. Consta de una serie de preguntas de examen y las correspondientes respuestas de los alumnos. LO MEJOR DE TODO... LOS COMENTARIOS DEL PROFESOR!!! (Entre paréntesis). MIEDO ME DA COMO VA A IR ESPAÑA EL DIA DE MAÑANA... ¿Y ELLOS SON EL FUTURO? Ahí va eso:


Barroco: Estilo de casas hechas de barro. (como su propio nombre indica)

Lenguas vernáculas: Las que se hablan en las tabernas. (Aaah, por eso no me entero de lo que hablan cuando voy a una taberna, yo creía que era por el jaleo, pero resulta que se trata de un idioma nuevo)

¿Derivados de la leche?: La vaca. (Si, la vaca deriva de la leche del toro)

Estimulantes del sistema nervioso: El café, el tabaco y las mujeres. (Joder chaval, lo has clavao, y es que las mujeres te sacan de tus casillas...)

Alfarero: El que tiene un farol. (Farolero: el que hace cosas de barro, como por ejemplo cosas barrocas)

Marsupiales: Los animales que llevan las tetas en una bolsa. (Estos marsupiales son unos degenerados)

Polígono: Hombre con muchas mujeres. (Pentágono 5 mujeres, Hexágono 6... y así sucesivamente)

Comentar algo del 2 de mayo: ¿De que año?. (Ahí, vacilando, que te los sabes todos desde 1576)

Coleccionistas de sellos: Sifilíticos. (A saber por donde se meten los sellos los muy depravados, esos y los que coleccionan mariposas... los peores)

Ave Cesar morituri te salutan: Las aves de Cesar murieron por falta de salud. (Estos gladiadores... ya decía yo que parecían algo maricas)

Cogito, ergo sum: Le cogí lo suyo. (¿Y lo tenia grande?)

Ecosistemas: La tundra y la gaita. (No te olvides de las castañuelas)

Derivados de la leche: El arroz con leche. (Derivados del arroz, la leche con arroz)

Sujeto de la frase (elíptico): Epilíptico. (y el pronombre tenía el parkinson)

El arte griego: Hacían botijos. (Siglos de Arte resumidos en una "p**a" frase)

Países que forman el Benelux: Bélgica, Luxemburgo y Neardental. (Hombre, los holandeses tienen cara de simios pero no tanto)
Cita organismos internacionales: La OJE, "Boyes Caos", USA, USS y UNI, Policía, bomberos, Socorristas y cruz roja, La ITT y la olimpiada de México, la OJE, FIFA, UEFA, EU, NASA y URSS. (Los "Boyes Caos" es que son universales)

Pediatra: Medico de pies. (Convencido toda la vida que eran pederastas y no pediatras)

Trabajo y energía: Trabajo es si cogemos una silla y la ponemos en otro sitio, energía es cuando la silla se levanta sola. (Y fuerza es cuando se rompe la silla)

Ejemplos de nematoceros (mosquitos): El "buo", el "búho" real y el mochuelo. (Joder, si es que cada día hay mosquitos mas gordos, eso es por los pesticidas, fijo)

Quevedo: Era cojo!, pero de un solo pie. (Bufff, menos mal que nos lo has aclarado)

Brisa del mar: Es una brisa húmeda y seca. (A la par que mojada y ausente de humedad)

Un gusano que no sea la lombriz de tierra: La lombriz de mar. (Si es que se lo han puesto a huevo)

Un marsupial: El chimpancé. (Si, pero no cualquiera, solo los que llevan las tetas en una bolsa)

El oído interno: Consta de utriculo y draculo. (Contra la ignorancia... imaginación)

¿Conoces algún vegetal sin flores?: Conozco. (Y como me vuelvas a preguntar algo te parto la cara)

Moluscos: Son esos animales que se ven en los bares, por ejemplo el cangrejo. (Y los calamares, que crecen en bocadillos)

El alantoides: Es una especie de rabo que tiene el pollo para respirar. (Si el pollo tiene rabo... ¿que tiene la polla?)

Ejemplo de reptil: La serpiente "Putón" (Si es que las visten como guarras)

Monotremas: Son mamíferos de forma humana, y son los monos. (Que quede claro)

Reptiles: Son animales que se disuelven en el agua. Un reptil peligroso de España es el cocodrilo. (Al lado de mi casa hay una charca con un mazo de cocodrilos, plagaditos estamos en España oye. Y sí, los cabrones se disuelven como aspirinas)

Calamar: Se llama así porque cala los mares. (Elemental querido Watson)

Movimientos del corazón: El corazón siempre está en movimiento, solo está parado en los cadaveres. (Joder, cuanta razón tienes)


Volcanes: En Mallorca está el Teide. El agua de mar se solidifica y sale por el cráter. (Si, ese que esta al lado de los Pirineos. Salen hasta pulpos en las erupciones)

Terremotos: Son movimientos bruscos que se tragan a las personas. (No me gustaría encontrarme por la calle con un movimiento brusco de esos)

Insectos: Son una especie de aves pequeñísimas. (Igual que los arácnidos, que son mamíferos de 8 patas)

Arterias: Son unos tubitos de plástico flexibles. (Yo ya nací con marcapasos y todo)

Mahoma: Nació en La Meca a los cinco años. (Ni te imaginas lo mal que lo pasó su madre al dar a luz, menudo cabezón tenía a los 5 años)

Fósiles: Son unos señores muy antiguos. (En una excavación encontraron a un abuelo con boina solidificado). Son animales que se extraen de los grandes museos, como el de Madrid. (Si es que plantas un fósil y crecen en cualquier sitio)

La Santísima Trinidad: Son el Padre, el Hijo y una Palomita que vive con ellos. (Si, hasta le han puesto una jaula y todo, que bonito)

¿Qué, es una Encíclica?: Es un buque de hierro que flota en el mar. (Es como el Papamóvil pero en barco)

Animales polares: Son la Osa mayor y la Osa menor. (No te olvides de la constelaci¢n de Orión, menudo bicharraco)

El sexto mandamiento: No fornicarás a tu padre y a tu madre. (Jodida iglesia, siempre amargando a la gente)

Un cuadro de Velázquez: Las "mellizas". (Te equivocaste, se llama "Las Meninas")

Minerales: Son animales sin vida. (Es verdad, ni se mueven ni na, son de aburridos estos! animales...)

El voltio: Fue inventado por Voltaire. (Voltaire es Dios)

Dónde está el río San Lorenzo: En El Escorial. (Está allí guardadito)


Qué, es la hipotenusa: Lo que está entre los dos paletos. (Si, entre el cenutrio y el pardillo)


Peces: El caviar se hace con huevos de "centurión". (Están locos estos romanos, mira que poner huevas de pez)

Dónde fue bautizado Jesucristo: En Río Janeiro. (Con Ronaldinho y Romario, menuda fiesta se pegaron)

Napoleón: Está enterrado en "Los Paralíticos", en París. (Debe ser por lo de la mano tonta que tenía)

Geografía: En Holanda, de cada cuatro habitantes, uno es vaca. (Las vacas hasta cotizan en la seguridad social, están muy avanzados)
Religión: Caín mató a Abel con una molleja de burro. (Le costó, pero al final lo consiguió)

El cerebelo: Es el fruto del cerebro. (Como mejor está es en zumo)

Animales suptores: Son los que chupan, como el elefante. (Que le digan al elefante como la chupa la elefanta)

Felipe II: Nació por poderes en Valladolid. (Por no decir por cojones)

Quién inventó el pararrayos: Frankenstein. (Realidad y ficción ¿que diferencia hay?)

Insectos: El paludismo es producido por la mosca "SS". (Jodidas moscas nazis)

¿Qué significa leucocito?: Como su nombre indica Leu significa animal, y cocito, pequeño. (Obviamente, hay que ser tonto para no darse cuenta)

Partes del tronco: Ombligo, cintura y tetilla. (La tetilla es un órgano vital para el ser humano)

Anfibios: De los huevos de rana salen unas larvas llamadas cachalotes. (Mmmmh, cachalotes en las charcas... interesante)

La piel: Es un vestido sin el cual no resistiríamos los porrazos, es además un muro de contención para que no se nos salgan las carnes. (Es que si se salen las carnes, todas las tripas desparramadas por ahí, que asco ¿no?)

Área del triángulo: Es igual a la cuarta parte de la mitad de su lado por la semisuma de la raíz cuadrada de tres. (Más la raíz cúbica del cuadrado de los paletos)

¿Quién fue Anibal?: Fue un jefe cartilaginoso. (Y cruzó con elefantes chupadores el Teide de Mallorca en medio de una erupción de agua solidificada)

La conquista de Méjico: Fue realizada por dos extremeños: Menéndez y Pelayo. (¿No eran Rodríguez y Menéndez? ¿o tal vez Ortega y Gasset?)

Glaciar alpino: Se llama así porque arrastra muchos pinos. (Como mi bici de montaña, que arranca las montañas que no veas...
FUAS!! de cuajo)

Si habéis pasado tan buen rato como yo con este post quizá os apetezca pasaros por un par de webs más donde podéis encontrar más gazapos. Cuando acumule más experiencia en el aula seguro que yo misma puedo añadir más de mi propia cosecha. De momento, de todos los que he leído por ahí, mi favorito es éste: Los cuatro Evangelistas eran tres: San Pedro y San Pablo. ¿Alguien da más?

sábado, 14 de junio de 2008

¿Crees en el príncipe azul?

Amor. Príncipe azul. Enamorarse. Amar. Media naranja. Todo forma parte de lo mismo, ¿crees en el amor? ¿en el amor eterno? ¿en el amor de película? ¿cómo entiendes tú el Amor? Cada persona entiende el amor a su manera, es decir, tiene su propio concepto de amor: algunos lo entienden como un contrato, otros como algo pasajero, otros como un sentimiento incondicional, otros sin embargo como una entrega. No obstante, hay una gran mayoría -dentro de la cual me incluyo- que aunque no coincidamos al 100% con lo que nos muestran, nos rendimos frente a la presentación que nos hace la industria hollywoodiense en las comedias románticas norteamericanas. Nos encantan esas pelis de final feliz en las que los protas se quieren a pesar de sus diferencias, aprenden a convivir y a aceptar al otro y son felices juntos mientras se divierten y disfrutan de la vida. Es el concepto clásico del príncipe azul: un ser encantador que te provoca una sonrisa de oreja a oreja incontrolable cada vez que lo ves y que te hace sentir la mujer más afortunada del mundo a su lado mientras deseas que se detenga el tiempo y que no se acabe nunca ese día. Este es un tema que ha surgido a menudo en conversaciones con amigas donde yo fui acusada de ingénua por creer en eso que ellas llamaban “mito”. Yo soy de esas personas que creen en el amor sincero e incondicional, nunca me gustaron los rollos de una noche ni aceptar salir con alguien por probar. Siempre esperé a que llegara el de verdad mientras disfrutaba de tardes de palomitas y comedias románticas en el sofá. Siempre tuve claro que a pesar de lo que dijeran un día encontraría a mi príncipe azul. Sin embargo tenía muy claro que azul no significa perfecto y que como todas sabemos hay que tenir cuidado con los colores porque a veces destiñen. Pues bien, después de besar a algún que otro sapo por fin di con él. Lo supe en cuanto le conocí, pasamos una tarde hablando y me enamoré de sus palabras, de sus pensamientos, de sus proyectos, de sus ojazos azules, de su sonrisa, de su manera de hacerme sentir realemente a gusto, en paz, feliz, afortunada, etc. Ambos tenemos cosas que no le gustan tanto al otro pero tratamos de llegar a un punto medio y sobretodo sabemos que cuando te enamoras de alguien no puedes cambiarlo, esa persona es así con sus defectos y virtudes y eso también forma parte del amor: aceptar al otro tal y como es. Por otro lado, a pesar de tanta película la vida me enseñó que el amor puede que no sea eterno, muy pocas cosas en la vida lo son. Sin embargo, hoy, aquí y ahora puedo decir que le amo; no sé si le amaré mañana, no depende de mí, no depende él. Sólo sé que disfrutaré de ello mientras dure y que me gusta pensar que durará siempre aunque sobreviviré si ello no sucede. Para mí, tu pareja es la segunda persona con la que estás más a gusto en el mundo, ya que la primera eres tú mismo. Con el tiempo aprendí a quererme a mí más que a nadie, y aunque quiero muchísimo a los demás, trato de no olvidar nunca esa lección. Yo soy la única persona que siempre estará conmigo pase lo que pase y a la vez la persona más importante de mi vida porque sin mí no existiría mi vida. No puedo estar a gusto con los demás si no estoy a gusto conmigo misma y así se lo comuniqué a mi pareja, quien compartía mis ideas. Pienso que la vida es más fácil de esta manera. Por supuesto que me encanta mimarlo al máximo pero lo que espero de él es que se cuide siempre y que se preocupe y se haga responsable de sí mismo. Hace tiempo aprendí a no hacerme responsable de la felicidad/infelicidad del otro y de no sufrir por si estaría bien en mi ausencia, así es todo más fácil. Yo le quiero muchísimo y me encanta estar con él así que trato de cuidarme todo lo que puedo para poder estar con él de la mejor manera posible y así él no tiene que preocuparse de mí, ya estoy yo para eso.

Hace poco hablaba con una amiga que me decía que el amor sólo dura el primer mes, me pareció un poco triste su punto de vista, aunque lo respeto. Sin embargo, todo depende del concepto de amor de cada uno. Para mí el amor (de pareja) son muchas cosas: es pasión, deseo, ganas de comerte a besos a esa persona, desear que siempre sea feliz, mimarlo, apoyarlo, sentir cariño, admiración, apoyarlo, tratar de comprenderlo, intentar estar siempre a su lado, tener ganas de divertirte y hacer cosas con él y disfrutar de todo momento a su lado. Por supuesto existen días mejores y peores y toda pareja tiene sus rachas pero lo principal es que haya respeto siempre, algo fundamental para mí. Poder hablar de lo que sea teniendo opiniones contrapuestas pero con calma y ganas de llegar a un acuerdo sin gritos ni acusaciones que no vienen a cuento. Las diferencias en la pareja pueden crear muchas discusiones pero también enriquecen mucho, sobretodo porque aprendes nuevas técnicas, formas de vivir la vida o afrontar una situación que tú nunca habrías imaginado. En mi opinión, lo principal es que esa pareja comparta los pilares básicos de vida y prioridades que cada uno establece a su gusto: la importancia de la pareja, la familia, el trabajo, la economía, los proyectos de vida, etc. Cuando coincide la escala de valores, todo lo demás es como en las películas: momentos tensos, ridículos, graciosos, tristes, bonitos, enternecedores, etc. Dicen que las películas sólo son películas, pero yo pienso que una película puede ser tanto una historia que visualizas en una pantalla como las historia de la vida de alguien. De todas formas hasta que no aparezca la palabra fin no lo sabremos. Sin embargo, para los que tengáis dudas acerca si esa persona que acabáis de conocer es vuestro príncipe azul, aquí os dejo esta simpática web que os echará un cable. Ya me contaréis!

¿Cuál es vuestro concepto de amor? ¿Creéis en el príncipe azul?

jueves, 12 de junio de 2008

Las 5 lecciones de hoy

Para los amantes de los libros denominados de "autoayuda" o "ecología emocional" que injustamente tan mala fama tienen o para los que les alegra el día recibir un mail con un bonito mensaje o para ti si lo quieres leer. Aquí tienes uno de esos Powerpoints que subrayan algunas lecciones maestras para tener una vida más agradable:


martes, 10 de junio de 2008

El síndrome de Olivia Newton John

A veces pienso que hay fases de la vida que inevitablemente todos atravesamos sin remedio: la época de mostrar nuestra rebeldía e inconformidad con el mundo a través de nuestro aspecto (recuerdo una época que me dio por pintarme los ojos rosa chillón y la raya de los ojos negro a lo bestia, que vergüenza ahora que lo pienso, aunque también me parece divertido). También todos pasamos por esa fase en que nuestra familia de verdad son nuestros amigos y nuestros enemigos son la familia carnal a la que tratamos de evitar lo máximo posible (una de las principales características de la época del pavo). O sino también la fase escapista que tarde o temprano nos da a todos (normalmente durante la época universitaria) en la que estás harta del mundo que te rodea y te crees que si te vas -como en las pelis- a vivir a otra ciudad y a empezar desde cero todo te irá de maravilla. Pero, de todas esas fases o circunstancias por las que creo que todos pasamos alguna vez, recuerdo con especial cariño lo que yo llamo el síndrome de Olivia Newton John. Esto es la paranoia que nos da -a raíz de ver a la prota de Grease- de cambiar radicalmente de look y con ello pensar que seremos más populares, más guapos, más admirados, más queridos y que en el fondo seremos más felices. Es cuando nos da por cortarnos el pelo a lo bestia, por teñirnos de otro color, por cambiar radicalmente nuestro estilo de vestir, por quitarnos el flequillo o crear uno, etc. ¡incluso sé de gente que ha llegado a comprarse lentillas para cambiar el color de sus ojos!. Al menos yo creo que todos lo hemos probado aunque sea un día. Yo he sufrido ese síndrome montones de veces entre los 13 y los 17 años -ya he confesado ser una películera rematada en más de una ocasión. Me acuerdo una vez que traté de impresionar al chico que me gustaba en el insti, os pongo en situación: yo siempre sacaba notas altísimas -al menos hasta el insti, la uni ya es otro tema- no era la típica empollona con gafitas pero sí que he sido siempre muy tímida y a pesar de hablar con todo el mundo siempre me he relacionado con círculos reducidos. En el insti casi siempre vestía en plan "aparte" como digo yo, es decir, pasando de modas yo iba con mis tejanos y mis camisetas, blusas, etc. Normalita del todo. Él era un pijo rematado y el tío más popular casi de todo el insti, pero yo estaba coladita por él porque extrañamente hicimos amistad y cuando estábamos a solas era otro, un encanto nada parecido al soberbio pijolín que aguantaba todo el mundo en clase. Pues bien, un día me desperté con el dichoso síndrome en las venas y llamé a mi mejor amiga que tenía mucha maña como esteticién de andar por casa: me planchó el pelo, me pintó un poquito, me prestó un vestido cortito en plan pijolina, y lo que es peor: ¡¡me animó a embutirme en unas botas altas que eran un número menor al mío!!. No sé cómo me convencí o me convenció, no sé cómo pude hacerlo... Total que el tío se quedó impresionado. Sí, a partir de aquel día no paró de hablar conmigo de cualquier chorrada que se le pasara por la cabeza pero a mí me dolían tanto los pies que incluso me cabreé injustamente con él por haber sido tan idiota de pretender hipnotizarle con mi aspecto aún a pesar de mi salud. Ni qué decir tiene que mientras menos caso le hacía -por el cabreo- más caso me hacía él a mí, pero bueno eso de que los tíos son un mundo aparte es otro tema...
En fin, todo esto me vino a la cabeza el otro día cuando emitieron en tv la esperada transformación de la protagonista de Yo soy Bea. Yo que pensaba que esas cosas ya habían pasado de moda cuando los índices de audiencia se cargaron los concursos tipo Cambio radical, Equipo G, etc en los que un equipo de esteticines, peluqueros, estilistas y (en algunos casos) cirujanos cambiaban por completo el aspecto -y al parecer la calidad de vida- de gente normal y corriente -como somos la mayoría- poseedores de cuerpos imperfectos (los cuales nos negamos a aceptar) y millones de complejos difíciles de desterrar. Lo que yo me pregunto es ¿cómo se hace para pasar de ser normal/del montón a ser superguapa/divinadelamuerte? Es decir, está claro que si llevas gafas te tienes que poner lentillas; si tienes flequillo, te lo quitas (y viceversa); si tienes el pelo liso, te lo ahuecas, le das volumen, rizos, etc. (y viceversa); si vistes con tejanos y camisetas o blusas normales te tienes que pasar a las minifaldas y las medias; si tienes las cejas más espesas que el abuelo de Heidi te las depilas hasta que parezcan una línea y no un pegote; si siempre llevas el pelo recogido ahora toca llevarlo todo el día suelto a lo Pantene; etc. Vamos que pasar de ser un patito a un pato parece que no tiene mucho misterio, a fuerza de creer que todavía queden patitos como la muchacha de la serie que sigue llevando blusas con estampados ochenteros y gafas de las de mi abuela. Pero ¿qué pasa cuando eres un pato normal y quieres convertirte en cisne? ¿Eso se puede? ¿Sin cirujía? ¿Sin que el presupuesto destinado a ello supere el destinado a la alimentación? No sé yo...

domingo, 8 de junio de 2008

Los libros te llaman

Soy de esas personas que opina que los libros te llaman cuando creen que los necesitas o que les apetece contarte algo. Hoy me ha llamado uno que me ha contado el cuento que necesitaba oír y me gustaría compartirlo contigo:

Un señor muy creyente sentía que estaba cerca de recibir una luz, que le iluminara el camino a seguir. Todas las noches, al acostarse le pedía a Dios que le enviara una señal sobre cómo tenía que vivir el resto de su vida. Así anduvo por la vida, durante dos o tres semanas en un estado semi místico buscando recibir una señal divina. Hasta que un día, paseando por un bosque, vio a un cervatillo caído, tumbado, herido, que tenía una pata medio rota. Se quedó mirándolo y de repente vio aparecer a un puma. La situación lo dejó congelado, estaba a punto de ver cómo el puma, aprovechándose de las circunstancias, se comía al cervatillo de un solo bocado. Entonces se quedó mirando en silencio, temeroso y también de que el puma, no satisfecho con el cervatillo, lo atacara a él. Sorpresivamente, vio al puma acercarse al cervatillo. Entonces ocurrió algo inesperado, en lugar de comérselo, el puma empezó a lamerle las heridas. Después se fue y volvió con unas ramas humedecidas y se las acercó al cervatillo con la pata para que éste pudiera beber el agua, y después se fue y trajo un poco de hierva húmeda y se la acercó para que el cervatillo pudiera comer. Increíble. Al día siguiente. Cuando el hombre volvió al lugar, vio que el cervatillo aún estaba allí, y que el puma otra vez llegaba para alimentarlo, lamerle las heridas y darle de beber. El hombre se dijo: esta es la señal que yo estaba buscando, es muy clara. “Dios se ocupa de proveerte de lo que necesites, lo único que no hay que hacer es ser ansioso y desesperado corriendo detrás de las cosas”. Así que agarró su atadito, se puso en la puerta de su casa y se quedó ahí esperando que alguien le trajera de comer y de beber. Pasaron dos horas, tres, seis, un día, dos días, tres días,... pero nadie le daba nada. Los que pasaban lo miraban y el ponía cara de pobrecito imitando al cervatillo herido, pero no le daban nada. Hasta que un día pasó un señor muy sabio que había en el pueblo y el pobre hombre, que estaba ya muy angustiado, le dijo:
- Dios me engañó, me mandó una señal equivocada para hacerme creer que las cosas eran de una manera y eran de otra. ¿Por qué me hizo esto?. Yo soy un hombre creyente...
Y le contó lo que había visto en el bosque...
El sabio lo escuchó y luego le dijo:
- Quiero que sepas algo. Yo también soy un hombre muy creyente, Dios no manda señales en vano, Dios te mandó esa señal para que aprendieras.
El hombre preguntó:
- ¿Por qué me abandonó?
Entonces el sabio le respondió:
- ¿Qué haces tú, que eres un puma fuerte y listo para luchar, comparándote con el cervatillo?. Tu lugar es buscar algún cervatillo a quien ayudar, encontrar a alguien que no pueda valerse por sus propios medios.

El camino del encuentro, Jorge Bucay

jueves, 5 de junio de 2008

Citas de One Tree Hill

One Tree Hill es una de esas series que me cautivó al principio pero que luego todo se fue enredando tanto que se convirtió en culebrón de niños ricos, cosa que ya no me interesa. De todas maneras, he aprendido que todo tiene su lado bueno en esta vida, así que me quedo con estas dos citas:

- La primera hace referencia a uno de mis grandes demonios internos: El Miedo.

"No hay que avergonzarse de tener miedo, todos tenemos miedo. Lo que tienes que hacer es averiguar por qué te da ese miedo, porque cuando lo miras de frente, lo vences. O mejor aún, lo utilizas". (Capítulo 1x02)

- La segunda habla de un tema más trascendental en el que todos a veces pensamos cuando estamos de bajón y tienes ganas de que todo se acabe:

"John Steinbeck escribió: creo que si tú y yo hemos de elegir entre dos vías de pensamiento o acción, deberíamos recordar que vamos a morir y deberíamos intentar vivir, ya que nuestra muerte no proporciona ningún placer al mundo”. (Capítulo 1x05)


miércoles, 4 de junio de 2008

Robando memes

Hace dos días no sabía ni lo que era un meme y ahora me crean el mismo tipo de adicción que los tests de la Vale. En fin, decidida a robar uno por ahí de tantos que hay he decidido coger prestado uno que se repite en un par de mis blogs favoritos. En principio el meme en esencia consistía en:- poner el enlace de la persona por la que somos elegidos- poner estas reglas en el blog al momento de publicar- compartir 6 cosas que no son importantes para nosotras y otras 6 que nos gusten y amemos- avisar a estas 6 personas en sus blogs con un comentario. Yo pienso como Mohikana y no voy a nombrar a nadie en concreto para que lo siga, pero sí me gustaría que si tú lo sigues dejaras un comentario con el enlace (porque soy una cotilla!). Como soy un desastre no lo leí bien al principio y entendí 6 cosas que no nos gusten y 6 cosas que nos gusten y como ya las tenía pensadas las dejo también. Además con tanta emoción también se me ocurrió añadir 6 cosas que me animan por si alguien necesita ideas para animarse. En fin, ahí va el resultado:

No me gusta

- No me gusta leer antes de acostarme, me rayo con lo que he leído y no duermo tranquila.

- No me gusta viajar. Me llevo fatal con todos los medios de transporte, especialmente con el avión. Estoy a la espera de que inventen por fin la teletransportación y con sólo chasquear los dedos me encuentre en el puente de Brooklyn, en la Fontana de Trevi o flipando delante del Partenón.

- No me gusta la gente falsa e hipocrótita. Soporto a los mentirosos, a las malas personas e incluso a los trepas pero no puedo con los que fingen ser amables y cariñosos con alguien y cuando se giran lo ponen verde.

- No me gustan las barbacoas. Tanta carne me da fatiguita, no es que odie la carne pero como la justa.

- No me gustan los dentistas ni nada relacionado con la boca. Me da una grima que me muero!

- No me gusta contradecirme, suele resultar catastrófico. Hacer algo que no quiero hacer pero que tengo que hacer suele hacerme sentir muy mal.

Me gusta

- Me gusta la playa. Puedo pasarme horas delante del mar disfrutando de una apacible paz interior. Es uno de los únicos sitios en los que me siento libre, liberada de todo.

- Me gusta la gente que te contagia su optimismo. Esas personas que llegan y te hacen la vida más agradable ofreciéndote una sonrisa, un “buenos días” lleno de efusividad o un punto de vista positivo ante una situación.

- Me gustan las comedias románticas americanas. Sé que hay grandes películas de otros géneros que están más premiadas pero a mí me hacen feliz ese tipo de películas. Cuando terminan me dejan una sensación muy agradable en el cuerpo.

- Me encantan los gatos. En mi casa hay dos que me tienen loca: son independientes, cariñosos pero no agobiantes, observadores, tranquilos, altamente higiénicos, presumidillos, grandes atletas y más fieles de lo que jamás hubiera imaginado (considerando la fama de los perros).

- Me gusta hacer deporte antes de desayunar, da muchísima pereza pero cuando termino me siento rebosante de energía y buen humor.

- Me gusta estirar las piernas cuando veo la tv en el sofá, ya no sé ver la tv con los pies en el suelo. Si veo la tv en otra casa y no puedo subir las piernas, me pongo hiperactiva.

NO me importa

- No me importa la vida privada de los famosos, se supone que son famosos por su oficio no por las exclusivas que vendan.

- No me importa lo que hace normalmente “la mayoría”. No soy un borrego, me gusta pensar por mí misma y si coincido bien y sino también.

- No me importa la moda. Tengo mi propio gusto, no necesito que nadie venga a decirme lo que se lleva o lo que no se lleva.

- No me importa que alguien se de cuenta de que no me cae bien, la sinceridad ante todo (aunque con educación y sin ánimo de ofender).

- No me importa de qué equipo de fútbol sea una persona. Sigo sin entender cuál es la esencia de un club que está lleno de jugadores de todo el planeta y directivos que no tienen tiempo ni de calentar el asiento. ¿Qué defiende cada club exactamente?

- No me importa gastarme más o menos dinero o pasarme horas haciendo un regalo para alguien que sé que se le va a iluminar la cara de ilusión cuando lo reciba.

Me anima

- Comprarme un libro. Aunque no me lo lea esa misma tarde, sólo con ir a elegirlo y comprarlo ya me hace sentirme mejor.

- Ver alguna de mis películas favoritas, siempre me traen buenos recuerdos.

- La playa. Me tranquiliza, me hace sentir paz interior y cuando me levanto de la arena después de un ratito de desconexión con el mundo interior me siento liberada, renovada.

- Una frase que siempre dice mi madre “ningún mal dura cien años”. Me hace tener en cuenta que nada es eterno y que tarde o temprano “todo pasará”.

- Hacer deporte. Suelo echarlo todo cuando me machaco así que después de darme una duchita me siento mucho más animada y llena de energía.

- Coger a mi gato y ponérmelo encima para que se duerma en mi regazo mientras le acaricio. Sé que él depende en muchos aspectos de mi protección y mis cuidados y el cariño que me otorga a cambio me hace seguir adelante casi siempre.

¡Qué vicio esto de los memes! Si a vosotros también os vuelven locos os recomiendo que os paséis por el Planeta Fernando, que no sólo tiene una sección específica de memes y cadenas sino que también me ha parecido uno de mis blogs-descubrimiento de los últimos meses.

Cuando lo nuevo da miedo...

  • El temor es el resultado de la idea prejuiciosa de que uno no va a poder afrontar lo que se avecina.

martes, 3 de junio de 2008

Un día tonto

Todos tenemos días tontos en los que no nos apetece nada, bien porque no ha resultado ser un buen día o bien porque ha sido un día normal pero nos hemos levantado con ese ánimo de la cama. Suelen ser días que no tienes ganas de nada ni de nadie y mucho menos de comerte la cabeza con cualquier historia. Yo cuando tengo un día de esos me gusta -si tengo tiempo- ponerme una película tonta, "tonta" en el sentido de que no es trascendental, de que no te comes la olla pensando o que no tiene ninguna moraleja o mensaje oculto -al menos demasiado obvio o importante-. Una de estas películas es Clueless: fuera de onda cuando la pongo, en mi casa me preguntan que por qué me gusta esta película y que vaya gusto tengo y tal… pero yo me siento bien porque gracias a ella me entretengo un rato sin comerme la cabeza y me distraigo un poquito de mi rutina. Es como para el tiempo por una hora y media y descansar del agobio un poquito.

Protagonizada por Alicia Silverstone, Paul Rudd y una casi irreconocible Britanny Murphy, la película en sí es una crítica en forma de comedia al superficial mundo de los niños pijos. Una comedia romántica más en la que el amor y los valores éticos triunfan sobre la moda, el que dirán y el querer aparentar. Recomendada para pasar un rato bonito y divertido sin esperar un mensaje trascendental.

lunes, 2 de junio de 2008

Trabajos basura

Llega la época estival y aumenta la oferta de trabajos basura, sobretodo aquellos que se inician en el mundo laboral para sacarse unas pelillas en verano. Y es que la primera vez que buscas trabajo pagas muchas novatadas. Como la primera vez en todo. Recuerdo mis primeras entrevistas de trabajo: iba de tilas hasta las cejas, me vestía impecablemente, intentaba memorizar mi currículum al detalle (fechas, etc.), siempre tenía una sonrisa en los labios y aguantaba todas las tonterías de cualquier encargadillo mindundi que se creía Bill Gates. Al principio te cuelan muchas, y cuando consigues el curro ni te cuento: procuras estar siempre antes de la hora, siempre te quedas de los últimos recogiendo e incluso eres capaz de llevarte trabajo a casa con tal de que la empresa esté contenta contigo (aunque sea un trabajillo de ayudante de un ayudante creado para un estudiante a partir de 16 años, obviamente sin experiencia y que por cuatro céntimos te quita el exceso de trabajo de encima - o al menos te mantiene ordenado el lugar de trabajo y te trae el café a la mesa). A los 18 años empecé a trabajar de azafata de tierra en una línea aérea y allí sí que aprendí bastante sobre el mundo laboral en general y sobre el mundo en particular. Si sois personas sociables y os gusta la gente en general os recomiendo trabajar en un aeropuerto porque conoces a gente para todos los gustos. Eso de cara al público, pero entre los trabajadores era un salvesequienpueda porque muchos intentaban destacar pisando tu trabajo y o te espabilabas o te comías los marrones. Yo aprendí a espabilarme, a sacar un poco de mi genio fuera de casa y sobretodo gané en autoestima porque aprendí a valorarme. Tres años después y a pesar de que me gustaba el trabajo lo dejé por mis estudios. No sé si –como en otras muchas cosas- fue la educación que reimpartieron mis padres o fue algo que yo no entendí correctamente pero desde que entré en el mundo laboral tenía el concepto de que cuando alguien te daba trabajo te estaba salvando la vida y le tenías que estar agradecido eternamente y demostrárselo a diario. Por suerte descubrí que todo esto no era cierto el día en que en un trabajo vino el encargado y me dijo que no hacía falta que volviera al día siguiente porque ya no me necesitaban. Me indigné un montón y recuerdo haber estado discutiendo con mis padres durante horas mi gran cabreo y mi ofuscación por ser tratada como un número y no como una persona: yo me había portado como la empleada del mes a diario y en el caso de que quisiera abandonar debía avisarles con quince días de antelación y ellos podían echarme a la calle sin dar ni una explicación de un día para otro. Fue uno de aquellos momentos injustos que todos pasamos a veces. Me consumía la impotencia. Después de aquello estuve un tiempo sin trabajar debido a mi horario de clases en la universidad y la siguiente vez que busqué trabajo me lo tomé de otra manera. Fui a las entrevistas con más cautela y les hice todas mis dudas respecto a su oferta (sobretodo quería saber si volverían a echarme cuando ya no me necesitasen sin previo aviso). Recuerdo una serie de entrevistas que empecé a hacer en unas semanas (si os digo que me chupé unas 10-12 en una semana no exagero), eran entrevistas sobre trabajos que no eran de mi gremio: yo estudiaba para ser profesora pero las entrevistas eran del mundo de la administración (teleoperadora, auxiliar administrativa, recepcionista, etc.). La mayoría puestos para personas que no necesariamente tuvieran experiencia pero que dominaran el paquete Office, tuvieran buen trato con el público y hablarán Inglés sobretodo. Bueno, a lo que iba, durante una de estas entrevistas tuve un momento de revelación y vi la luz: recuerdo que éramos unas cuatro o cinco chicas reunidas con una seleccionadora que a pesar de tener nuestro currículum en las manos nos lo preguntaba todo de arriba abajo. Estábamos allí por una oferta de teleoperadora en la que habían remarcado que no hacía falta experiencia y que había variedad de turnos a nuestra disposición. Cuando todas terminamos de exponer nuestras vidas ella empezó a comentarnos que se trataba de atender llamadas “a lo páginas amarillas” y que tendríamos a nuestra disposición un sistema que prácticamente nos buscaría las cosas solas. Añadió que para aprender el sistema tendríamos que atender obligatoriamente a una fase de formación de 15 días en horario únicamente de mañanas la cual no estaba remunerada. Si pasábamos esta fase de selección empezaríamos a trabajar seis días a la semana en turnos rotativos de 7h cada uno y cobraríamos lo que entonces eran unas 60 mil pesetas. Dicho esto, nos pidió que rellenásemos sus formularios de currículum y otras hojas más de papeleo, que les entregásemos unas fotos y que si estaban interesados se pondrían en contacto con nosotras. No sé si alguna vez os ha pasado algo parecido pero yo en aquel momento sentí que se estaban aprovechando de mí, que era idiota tan sólo por haberles aguantado el rollo entero y que cómo podían existir situaciones así en la vida. Me sentía impotente e incrédula al mismo tiempo. Cuando la seleccionadora se acercó a darme los papeles le di las gracias por su tiempo y le dije que tenía que marcharme ya. Cuando ya estaba en pie me miró desafiante y me dijo que si no rellenaba los papeles no habría servido de nada que hubiera asistido a la reunión y que no mostrarían interés alguno por mí. Estaba apunto de sonreírle y marcharme pero por una vez no lo hice; la miré a los ojos y le dije que en ningún momento nos había preguntado a nosotras si estábamos interesadas, que un trabajo es un negocio (un intercambio de tiempo por dinero), que no nos estaba haciendo un favor, que era un trato de igual a igual, que una empresa que te pedía un currículum y te hacía cantarlo en voz alta para luego rellenar el suyo no tenía mucho que aportarme y que para la próxima le aconsejaba que no menospreciara el tiempo de las demás personas haciéndoles sentir a prueba ante un trabajo del que ni siquiera habían publicado las condiciones y para colmo que tuvieran un poco de cabeza al pensar que las personas que buscaban un trabajo de tardes es porque no tenían disponibilidad por las mañanas ni para formación ni para rascarse la barriga. Salí de aquel lugar y me sentí como una Diosa, mi madre me esperaba en una cafetería cercana y cuando me vio y me preguntó si se habían interesado por mí me sentí en las nubes cuando le dije que era yo la que no sentía interés por ellos. En cuanto cerré la boca me esperaba una reprimenda, pero después de contarle todo con detalle me sorprendió mostrándose orgullosa de mí.

Todo esto me ha venido a la cabeza hace unos días que leía las ofertas de Infojobs que llegan a mi correo a diario. Actualmente no estoy trabajando. Estoy a la espera de que me llamen de una bolsa de trabajo para la que he estado toda la vida preparándome, así que pensé que igual podía coger algún curro por las tardes. Vi una oferta de una famosa cadena de grandes almacenes que tiene una vacante en el apartado de cine y me ilusioné con ello. Pero antes de enviar el currículum me puse a investigar por la red, y menos mal. Todo lo que he encontrado son quejas de gente que ha trabajado o trabaja para ellos. Cuentan que el sueldo es una miseria, que aunque te pidan 5 horas por contrato te obligan a hacer 6 en la práctica, que la formación es pésima o nula, que la gente de dentro vive según la ley del más fuerte a ver quién trepa más alto y que el turno te lo cambian cuando les rota bajo cualquier excusa (que conste que hablo sobretodo de los contratos por obra y servicio que se hacen para el personal de apoyo en ciertas épocas). Pero lo que más gracia me hizo es algo que me he dado cuenta que está de moda últimamente en las técnicas de selección de candidatos a un puesto de trabajo: las preguntas rollo “¿qué crees que puedes aportar a la empresa?”. ¡¡¡Pero qué se piensan que vas a aportar a una empresa trabajando de reponedora!!! Bueno, eso y cuando te preguntan cuánto quieres cobrar para descubrir si te valoras lo suficiente o no. O como cuando les da por hacerte preguntas sobre tus trabajos anteriores… Tengo un amigo que es mi ídolo: fue a una entrevista para trabajar de dependiente a tiempo parcial en una tienda de jardinería. Él había estado trabajando en La Caixa pero tuvo que dejarlo por cuestiones de estudios y se buscó este curro para sacarse unas pelillas, entonces el entrevistador le preguntó cuánto cobraba en su trabajo anterior y cuando el respondió una cifra de esas que matarías por envidia (real pero envidiable), ni corto ni perezoso añadió “¿Y cuánto cobra usted en este trabajo?”. Cuando me lo contaba me quedé atónita y supuse que no le habría contestado pero me contó que le respondió una cifra como la mitad que le había dicho él. Así que después de esto, tiré a la basura el correo de Infojobs y me sentí muy bien conmigo misma por no venderme a cualquier precio. Quiero añadir que hay situaciones en la vida que te obligan a aceptar cualquier cosa para sobrevivir, pero yo en este post no me refiero a esas situaciones.